Daño cardíaco y neurológico | 19 NOV 14

Los niños pequeños y las bebidas energizantes son una mezcla peligrosa

Un estudio encuentra que más del 40 por ciento de las llamadas a los centros de control de intoxicaciones de EE. UU. tienen que ver con niños menores de seis años.

Los peligros potenciales de las bebidas energéticas, esos elíxires llenos de cafeína que prometen mantener el sueño alejado, son bien conocidos, pero un estudio reciente sugiere que incluso los niños pequeños están en riesgo.

Aunque el mercado objetivo de las bebidas energéticas son por lo general los adolescentes y los adultos jóvenes, más del 40 por ciento de los informes realizados a centros de control de intoxicaciones de EE. UU. en un periodo de tres años fueron sobre niños menores de seis años de edad, apuntó el autor del estudio, el Dr. Steven Lipshultz, jefe de pediatría del Hospital Pediátrico de Michigan, en Detroit.

"Alrededor de la mitad de las llamadas al sistema nacional de control de datos de intoxicaciones por bebidas energéticas con cafeína se relacionaban con la exposición accidental de niños menores de seis años", anotó. En los casos más graves, se reportaron convulsiones y problemas del corazón, encontró el estudio.

Lipshultz comentó que lo típico es que un niño pequeño halle la bebida en la nevera y la consuma. "No fueron a la tienda de la esquina a decir que querían comprar una bebida energética", dijo.

Lipshultz presentará los hallazgos el domingo en la reunión anual de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association), en Chicago. Los estudios presentados en reuniones médicas se deben considerar como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.

Para el estudio, Lipshultz y sus colaboradores analizaron datos del Sistema Nacional de Datos sobre Intoxicaciones de la Asociación Americana de Centros de Control de Intoxicaciones (American Association of Poison Control Centers). Observaron la información de las llamadas sobre las exposiciones a las bebidas energéticas de 55 centros de control de intoxicaciones distintos del sistema.

Los investigadores examinaron los datos desde octubre de 2010 hasta septiembre de 2013. Antes de 2010, el sistema no rastreaba las bebidas energéticas, apuntó Lipshultz.

Dijo que los hallazgos muestran que la exposición a las bebidas energéticas es un problema sanitario actual. En 2011, después de que una investigación previa de Lipshultz mostrara los peligros de las bebidas energéticas, la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) dijo que las bebidas energéticas no tenían ningún lugar en las dietas de los niños.

En el periodo estudiado, hubo más de 10,000 casos de exposiciones a las bebidas energéticas, y más de 5,000 fueron exposiciones a una sola sustancia con contenidos que se pudieron identificar. De esas, más del 40 por ciento fueron en niños menores de 6 años.

Entre todos los informes de problemas importantes, más del 50 por ciento tuvieron que ver con problemas cardiovasculares, y más de la mitad incluyeron problemas neurológicos, como convulsiones.

Algunas bebidas energéticas tienen hasta 400 miligramos (mg) de cafeína por porción, apuntó Lipshultz, en comparación con unos 100 o 150 mg en una taza de café típica.

La intoxicación por cafeína puede ocurrir a niveles superiores a 400 mg al día en los adultos, advirtió, y superiores a 100 mg al día en los adolescentes. En los niños menores de doce años, 2.5 miligramos de cafeína por cada 2.2 libras (1 kilo) de peso corporal pueden ser un peligro, enfatizó.

Un grupo que representa a los fabricantes de bebidas comentó que las bebidas energéticas de ninguna forma se destinan al consumo de los niños pequeños.

"Los principales fabricantes de bebidas energéticas colocan voluntariamente declaraciones en los paquetes de bebidas energéticas que señalan que dichas bebidas no son para los niños", dijo la Asociación Americana de Bebidas (American Beverage Association) en una declaración. "También se han comprometido voluntariamente a no mercadear esos productos a los niños ni venderlos en las escuelas de kínder a décimo segundo curso".

El grupo también anotó que "según los datos gubernamentales más recientes publicados en la revista Pediatrics, los niños menores de doce años no consumen casi nada de cafeína a partir de las bebidas energéticas".

Cuando las bebidas se mezclan con alcohol, los problemas pueden empeorar, halló Lipshultz. Los que tienen problemas cardiacos subyacentes pueden correr un mayor peligro.

"Los hallazgos de este estudio desafortunadamente no son sorprendentes, dado el mercadeo empedernido de las bebidas deportivas y de energía a los jóvenes, y los datos nacionales han ofrecido evidencias de que esas bebidas están siendo consumidas por niños pequeños", lamentó Nicole Larson, investigadora principal asociada de la Universidad de Minnesota.

Las graves consecuencias de salud del consumo en los niños pequeños descritos en el nuevo estudio son preocupantes, afirmó. Los hallazgos apuntan a la necesidad de que los padres, los profesionales sanitarios, los entrenadores y los maestros continúen con sus esfuerzos por reducir el mercadeo y la disponibilidad de las bebidas energéticas para los niños.

Larson recordó a los padres que la Asociación Americana de Pediatría desaconseja que los niños consuman bebidas energéticas. En vez de ello, planteó, los padres pueden ayudar a sus hijos a adoptar unos hábitos saludables de hidratación "al enfocarse en el agua para recuperar los fluidos tras el ejercicio, y en el consumo de bebidas saludables como la leche sin grasa en las comidas".

 

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