El acamprosato y la naltrexona | 16 MAY 14

Se utilizan poco los fármacos que ayudan a dejar de beber

Varios medicamentos pueden ayudar a las personas a dejar de beber, según un estudio.

Una nueva revisión halla que varios fármacos pueden ayudar a controlar el deseo de beber alcohol, pero los investigadores anotan que esos medicamentos raras veces se recetan.

El acamprosato (Campral) y la naltrexona (Revia), junto con grupos de apoyo como Alcohólicos Anónimos o la consejería psicológica, pueden ser herramientas útiles para ayudar a las personas a no beber alcohol, reportan los autores de la revisión.

"La mayoría de personas con trastornos del uso de alcohol no reciben ningún tratamiento, y apenas alrededor del 10 por ciento reciben medicamentos como parte de su tratamiento", señaló el investigador líder, el Dr. Daniel Jonas, profesor asistente de medicina de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill.

Dos fármacos más, el nalmefene (Selincro) y el topiramato (Topamax) también pueden ayudar a los pacientes a dejar de beber, aseguró. El nalmefene está aprobado para el alivio del dolor, y el topiramato para prevenir las convulsiones, pero también se pueden utilizar "fuera de la etiqueta" para tratar el abuso del alcohol.

Parte del motivo de que esos medicamentos no se usen tanto es que los médicos no están seguros de que funcionen, planteó Jonas. "Pero sí contamos con tratamientos que funcionan, y deberíamos estarlos utilizando más", añadió.

Jonas anotó que esos fármacos se deben usar junto con otros tratamientos.

"No sabemos si se deben usar solos. Siempre se estudian en conjunto con una intervención psicológica, ya sea AA o terapia cognitivo conductual. El estándar de atención es que todo el mundo debe hacer una de esas cosas, y entonces se añade el medicamento", apuntó. "Cuando se añade el medicamento, se obtiene un beneficio adicional".

El informe aparece en la edición del 14 de marzo de la revista Journal of the American Medical Association. La investigación fue financiada por la Agencia de Investigación y Calidad de la Atención Médica de EE. UU.

La Dra. Katharine Bradley, investigadora principal del Instituto de Investigación de la Salud Grupal en Seattle, y coautora de un editorial acompañante en la revista, dijo que hay varios medicamentos efectivos disponibles para tratar los trastornos de abuso del alcohol.

Pero esos medicamentos con frecuencia no se ofrecen a los pacientes que buscan tratamientos para dichos trastornos, lamentó.

A diferencia de los medicamentos más antiguos para el abuso del alcohol, estos fármacos más recientes no enferman a las personas si beben, explicó Bradley.

"En lugar de ello, los medicamentos efectivos más recientes para los trastornos del uso del alcohol abordan la biología subyacente de la adicción al alcohol, y hacen que las personas sean menos propensas a beber, o a beber en exceso si beben", comentó.

Los pacientes que combaten el alcoholismo deben esperar que les proporcionen, o pedir, información sobre los medicamentos que podrían ayudarles en su batalla, aconsejó Bradley.

"La decisión de qué tratamiento elegir contra el alcohol debe ser el resultado de las conversaciones entre los pacientes y sus médicos, que tomen en cuenta los valores, las preferencias y las metas del paciente", afirmó.

Para la revisión, el equipo de Jonas revisó 122 estudios que evaluaron el acamprosato, la naltrexona o ambos. Entonces, los investigadores calcularon el número de personas que tendrían que ser tratados con un medicamento para observar un beneficio en un solo paciente.

Los investigadores hallaron que se tendría que dar acamprosato a doce pacientes para observar un beneficio del fármaco en un paciente. En el caso de la naltrexona, sería a 20 pacientes.

No ha habido ensayos de comparación directa para ver si un fármaco es más efectivo que el otro, dijo Jonas.

Para la naltrexona, los investigadores no hallaron una asociación con el regreso a cierto nivel de bebida o bebida empedernida, pero sí hallaron una asociación con una reducción en los días en que se bebía de forma empedernida.

El alcoholismo puede provocar daño en el hígado, el cerebro y otros órganos, y podría triplicar las probabilidades de morir temprano, advirtieron los investigadores.

FUENTES: Daniel Jonas, M.D., M.P.H., assistant professor, medicine, University of North Carolina at Chapel Hill; Katharine Bradley, M.D., M.P.H., senior investigator, Group Health Research Institute, Seattle; May 14, 2014, Journal of the American Medical Association.

 

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