Factores psicosociales | 04 SEP 12

El estrés y la personalidad 'tipo A' podrían aumentar el riesgo de ACV

Los expertos sugieren que la rabia y la hostilidad de una personalidad impetuosa podrían tener la culpa.

Investigaciones anteriores han relacionado el estrés con la enfermedad cardiaca, pero este último hallazgo, que aparece en la edición en línea del 29 de agosto de la revista Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry, observó el estrés en relación con el riesgo de ACV.
 
Investigadores del Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid compararon los factores de riesgo del ACV, que incluían los niveles de estrés, en 150 adultos que habían sufrido un ACV y 300 adultos sanos (el grupo de "control"). Los niveles de estrés se midieron usando herramientas estandarizadas para evaluar los eventos vitales importantes, la ansiedad y la depresión, el bienestar general y el tipo de personalidad. Los participantes también respondieron a preguntas sobre su ingesta de cafeína, alcohol y bebidas energéticas, su estatus de tabaquismo y si tenían trabajo o no.
 
Haber sufrido un evento vital estresante importante en el año anterior cuadruplicaba el riesgo de ACV, mientras que tener una personalidad tipo A duplicaba las probabilidades, según el Dr. José Antonio Egido y colegas. Fumar o haber fumado en el pasado también duplicaba las probabilidades, hallaron los investigadores.
 
"Abordar la influencia de los factores psicosociales sobre el ACV podría constituir una línea terapéutica adicional en la prevención primaria del ACV en la población en riesgo, y como tal, amerita más investigación", concluyeron los autores del estudio.
 
Los expertos estuvieron de acuerdo en que el hallazgo podría ayudar a los médicos a comprender mejor el efecto del estrés sobre el riesgo de ACV. Pero aunque el estudio mostró una asociación entre ambas cosas, no probó causalidad.
 
"Este estudio es útil y valioso porque nos muestra que hay una asociación entre el estrés, las personalidades tipo A y el riesgo de accidente cerebrovascular", señaló el Dr. Deepak Bhatt, director del programa de intervención cardiovascular integrada del Hospital Brigham and Women's, en Boston. "El estrés puede elevar la presión arterial, y la hipertensión es un importante factor del riesgo del ACV".
 
También tiene sentido que alguien que está constantemente estresado podría fumar, beber alcohol, llevar una dieta malsana y no hacer ejercicio con regularidad, lo que podría empeorar las cosas, añadió Bhatt.
 
Tomar medidas para reducir los niveles de estrés podría ayudar a compensar esos riesgos, aseguró. El ejercicio y la meditación son dos formas para ayudar a mantener el estrés a raya. También es importante comenzar a identificar los desencadenantes del estrés, y tomar medidas para evitarlos, apuntó. "Si las fechas límites le estresan, quizás valga la pena sacar más tiempo cuando haya una pendiente, de forma que no tenga que trabajar a deshoras".
 
El Dr. Rafael Ortiz, director del Centro de ACV y Cirugía Neuro-Endovascular del Hospital Lenox-Hill en la ciudad de Nueva York, dijo que los hallazgos enfatizan la necesidad de controlar los factores de riesgo conocidos del ACV, sobre todo ante la presencia de estrés.
 
"Asegúrese de tener la hipertensión bajo control, de llevar una dieta sana y de seguir físicamente activo independientemente del estrés que haya en su vida", aconsejó. "Todo esto reducirá las probabilidades de tener un ACV".
 
El Dr. Curtis Reisinger, psicólogo clínico del Hospital Zucker Hillside en Glen Oaks, Nueva York, dijo que es probable que la rabia y la hostilidad asociadas con las personalidades tipo A sean lo que contribuye a los riesgos cardiovasculares.
 
"Muchas personas ni siquiera reconocen que sienten rabia, pero son groseras todo el tiempo, y siempre están rechinando los dientes", comentó. La biorretroalimentación y la terapia cognitivo conductual pueden enseñar a las personas a controlar la forma en que reaccionan ante los eventos que les provocan estrés o ira.
 
FUENTES: Curtis Reisinger, Ph.D., clinical psychologist, Zucker Hillside Hospital, Glen Oaks, N.Y.; Deepak Bhatt, M.D., director, integrated cardiovascular intervention program, Brigham and Women's Hospital, Boston; Rafael Ortiz, M.D., director, Center for Stroke and Neuro-Endovascular Surgery, Lenox Hill Hospital, New York City; Aug. 29, 2012, Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry, online.

 

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