Con la edad el cuerpo vítreo humano pierde homogeneidad. Se producen opacidades con frecuencia debido a cambios en su estructura como licuefacción (sínquisis vítrea) y colapso (sinéresis vítrea). Con menor frecuencia, las opacidades pueden ser secundarias a patologías oculares como hemorragia de vítreo, uveitis y desprendimiento regmatógeno de retina. Los síntomas aparecen o se intensifican con el desprendimiento de vítreo posterior en etapa aguda, luego de lo cual van desapareciendo espontáneamente.
Sin embargo, algunos pacientes experimentan un oscurecimiento visual persistente debido a cuerpos flotantes. En general, la agudeza visual es buena y no hay indicación de cirugía. La decisión de tratar este problema quirúrgicamente es, principalmente, a pedido del paciente y muchos cirujanos no están de acuerdo.
Una alternativa a la cirugía es el tratamiento láser, pero implica ciertos riesgos, se desconoce el efecto a largo plazo y algunos pacientes informaron que continúan teniendo opacidades de menor tamaño.
Se realizaron investigaciones sobre este tema, con series más reducidas. En ellas, la satisfacción del paciente es alta, pero los resultados en cuanto a la incidencia de complicaciones varían de un estudio a otro. El objetivo del presente estudio fue identificar las complicaciones de la vitrectomía para tratar los cuerpos flotantes y determinar el perfil de riesgo en una serie de pacientes numerosa.
Pacientes y métodos:
Se analizaron los resultados de 116 casos consecutivos de vitrectomía para tratar cuerpos flotantes. 86 casos primarios y 30 secundarios. Las principales complicaciones observadas fueron la incidencia de desgarros retinianos iatrogénicos y desprendimiento regmatógeno de retina.
A pesar de la controversia que existe alrededor de la utilización de vitrectomía para tratar cuerpos flotantes, los pacientes exigen cada vez más que se tengan en cuenta sus síntomas. Estudios anteriores focalizaron los resultados en términos de satisfacción del paciente mediante cuestionarios y concluyen que la satisfacción es alta. Como la mayoría son series reducidas, hay escasa información sobre porcentajes de complicaciones.
La complicación más temida es el desprendimiento regmatógeno de retina. Como los desgarros retinianos se producen previamente, la identificación de dichos desgarros al finalizar la cirugía, mediante un control meticuloso minimiza el porcentaje de desprendimiento regmatógeno de retina. El porcentaje de desgarros retinianos iatrogénicos en el presente estudio es más elevado que en las investigaciones anteriores. Dicho porcentaje fue de 16,4% y coincide con la magnitud descripta para vitrectomía por otras indicaciones. En la vitrectomía para tratar patología macular el porcentaje de desgarros iatrogénicos varía entre 11% y 24%.
El porcentaje registrado de desprendimiento regmatógeno de retina luego de vitrectomía para tratar cuerpos flotantes varía entre 0 y 6,8 %, en el presente estudio fue de 2,5%. Una investigación describió un alto porcentaje de desprendimiento regmatógeno de retina luego de vitrectomía para cuerpos flotantes, este se produjo entre 24 y 44 meses después de la cirugía en 5,5% de los casos. El desprendimiento de vítreo espontáneo producido a una fecha posterior podría ser la causa del desprendimiento regmatógeno de retina tardía.
Esto indicaría que la inducción intraoperatoria del desprendimiento de vítreo, a pesar de aumentar el riesgo de desgarros retinianos iatrogénicos, es preferible a dejar el hialoides posterior sin tocar. Se deberá investigar en profundidad esta hipótesis. El porcentaje de desprendimiento regmatógeno de retina en el presente estudio, puede estar subestimado debido al seguimiento relativamente corto.
En esta serie, hubo cataratas en 50% de los casos fáquicos. Se sabe que las cataratas progresan más rápidamente en casi todos los pacientes mayores de 50 años, dentro de los dos años. Con un seguimiento más prolongado, sin duda el porcentaje aumentaría.
Los cuerpos flotantes primarios y secundarios a una patología ocular son dos cosas diferentes. Aunque hubo diferencias en cuanto a la edad, agudeza visual, desprendimiento de vítreo y porcentaje de desgarros retinianos, estas no fueron estadísticamente significativas. Un hecho sorprendente fue que el desprendimiento regmatógeno de retina solo se produjo en casos primarios, aunque estos resultados no son estadísticamente significativos, la tendencia indicaría que la vitrectomía para cuerpos flotantes secundarios tendría menos riesgo.
En general, la agudeza visual no se ve afectada, a pesar de informes sobre oscurecimiento visual severo. En una serie de casos se halló un mejoramiento leve, no significativo, con 43 pacientes de 73 casos con AV sin cambios, mejora en 19 pacientes y peor agudeza en 11 pacientes. En el presente estudio hubo una mejora general de la AV, pero esto fue resultado de una alta proporción de procedimientos combinados, donde la extracción de cataratas fue la responsable de dicha mejora.
Finalmente, la vitrectomía para tratamiento de cuerpos flotantes mostró tener el mismo perfil de riesgo que la vitrectomía por otras indicaciones. Debe descartarse la idea de que la vitrectomía para tratar cuerpos flotantes es simple y menos peligrosa que otras vitrectomías. A pesar de dichos riesgos, hay un número reducido de pacientes con síntomas persistentes y debilitantes que pueden tratarse con vitrectomía. La literatura sobre las complicaciones de la vitrectomía para tratamiento de cuerpos flotantes es limitada. Entre los informes hay variación en los porcentajes de complicaciones. Se debe informar adecuadamente a los pacientes acerca de los riesgos de este procedimiento quirúrgico.
Síntesis y traducción: Dr. Martín Mocorrea, editor responsable de Intramed en la especialidad de oftalmología.
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