Advertencia de Naciones Unidas | 07 MAR 12

La obesidad ya es tan grave como el hambre

En el mundo hay 1.300 millones de personas con exceso de peso, lo que provoca 3 millones de muertes anuales. La ONU criticó a la industria alimentaria y a la inacción estatal.

Suena extraño, pero la obesidad se convirtió en un problema mucho más grave que la desnutrición. Las consecuencias del sobrepeso ya son cuestión de Estado. Eso es lo que dirá hoy un informe de las Naciones Unidas. En el mundo hay 1.300 millones de personas con exceso de peso, que se traducen en múltiples enfermedades, y que derivan en 3 millones de muertes anuales.

Si las políticas alimentarias de los gobiernos ponían el acento en la desnutrición, es hora de empezar a hacer algo por la malnutrición. Es el mensaje de la ONU, que dispara contra la industria alimentaria y la inacción de los gobiernos. “El sistema es una receta para vidas poco sanas”, dice el informe, que habla de alimentos saturados de grasas, sal y azúcar. “Los Estados están desatendiendo la responsabilidad que tienen de garantizar el derecho a una alimentación adecuada en el marco de las leyes internacionales de derechos humanos”, agrega. El trabajo también critica las subvenciones al maíz y la soja, que son la base de esos alimentos poco saludables, y pide límites al mercado publicitario, que hace lo imposible por tentar a la gente –sobre todo a los chicos– a consumir esos malos productos.

Olivier de Schutter, relator de la ONU sobre alimentación, asegura que el 65 por ciento de la población vive en países donde la obesidad “mata a más personas que la falta de peso”.

No sólo los países del primer mundo tienen obesos, la malnutrición crece en todos lados, sobre todo en el tercer mundo. La ONU directamente pide que haya legislaciones para ciertas publicidades que afectan la salud, como las de las leches de sustitución de leche materna, o de jugos y gaseosas para chicos. Y va más allá: sugiere gravar su consumo y usar los recursos para concientizar el consumo de frutas y verduras.

La obesidad y el sobrepeso no sólo son motivo de discriminación. A la larga conllevan a lo que se conoce como enfermedades no transmisibles: diabetes, problemas cardiovasculares de todo tipo, hipertensión, complicaciones del sistema óseo y desórdenes metabólicos.

“Ya sabíamos que la malnutrición superaba a la desnutrición. Pero que lo diga la ONU con tanta claridad es un dato político. Supone poner el tema en agenda y le da carácter de obligación a los gobiernos”, dice Sergio Britos, nutricionista de la Universidad de Buenos Aires y uno de los mentores del programa “Nutrición 10, Hambre 0”, en la que participan 1.500 organizaciones no gubernamentales del país, y que justamente apunta a pensar no sólo en el hambre sino fundamentalmente en una mejor nutrición para todos.

 

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