Fabiola Czubaj Malestar estomacal, pesadez y distensión abdominal hasta el límite de tener que desabrocharse el botón del pantalón o aflojar el cinturón. Son señales inconfundibles de haber cruzado el límite en el almuerzo o la cena... Pero, cuando se repiten después de comer sin excesos o se exacerban con ciertos alimentos, son síntomas de un problema digestivo muy común. Se trata de la dispepsia funcional, un malestar abdominal crónico o recurrente. "Es una de las consultas más frecuentes, tanto al médico generalista como al gastroenterólogo", explicó la doctora Susana Pignataro, del Servicio de Gastroenterología del hospital Penna. Por eso, y dado que los tratamientos farmacológicos disponibles no siempre logran la respuesta esperada, Pignataro y otros tres especialistas decidieron investigar la causa de uno de los dos tipos de este trastorno que afecta a alrededor de la mitad de los pacientes: la dispepsia funcional con estrés posprandial. "Es la que produce una distensión abdominal pregresiva en la región superior del estómago. Todavía se desconoce su origen, aunque sabemos que pueden influir varios factores, como la hipersensibilidad gástrica, la infección por la bacteria Helicobacter pylori [que afecta la mucosa del epitelio estomacal humano] o las alteraciones del vaciamiento gástrico, entre otros", precisó la experta, que también es directora asociada del Centro de Estudios de Enfermedades Digestivas (CEED). Hacia un mejor diagnóstico En los últimos años, un hallazgo en la Clínica Mayo de Rochester, Estados Unidos, abrió camino a otros investigadores para encontrar un método diagnóstico sencillo de ese tipo de dispepsia. Pignataro y los doctores Esteban Campitelli (Hospital Aeronático), Teresa Barcia (CEED) y Horacio Rubio, jefe del Servicio de Gastroenterología del hospital Paroissien, de La Matanza, tomaron la posta y reunieron a 50 pacientes del CEED y del Hospital Aeronáutico que habían consultado por dispepsia funcional por estrés posprandial. Luego de realizarles biopsias de muestras del intestino delgado, confirmaron lo que había descubierto el equipo estadounidense y que podría explicar por qué aparece la enfermedad. "Observamos que tenían un nivel de eosinófilos, que son un tipo de glóbulos blancos, muchísimo más alto que un grupo de pacientes sanos estudiado -comentó Pignataro-, por lo cual, ese aumento de eosinófilos podría ser clave en la aparición de los síntomas de la enfermedad, lo que permitiría utilizarlo como un nuevo método diagnóstico del trastorno tan frecuente en la población y que aún no cuenta con una respuesta farmacológica adecuada."
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