Por Amy Norton
NUEVA YORK (Reuters Health) - Muchos almorzamos frente a la computadora, pero el hábito aumentaría nuestras ganas de comer postre.
En un ensayo de laboratorio con 44 hombres y mujeres, un equipo observó que los que almorzaban mientras jugaban con la computadora terminaban comiendo más galletas a los 30 minutos que los que habían almorzado sin distracciones.
Los autores sostienen que los usuarios de computadora tenían un recuerdo más confuso de su almuerzo y sentían menos saciedad que el otro grupo.
Esto sugiere que las distracciones, como la televisión o la computadora, alteran nuestros recuerdos de la comida, lo que termina modificando el apetito.
"Los recuerdos de las últimas comidas influyen en la cantidad de alimentos que ingerimos en la próxima comida", dijo Jeffrey M. Brunstrom, de la University of Bristol, en el Reino Unido.
"Cuando nuestra memoria no es buena, en la próxima comida comeremos más. Sabemos por estudios previos que la distracción aumenta la cantidad de lo que ingerimos en una comida. En este estudio, usamos esa idea para demostrar que los efectos de la distracción se prolongan más allá de una comida", agregó.
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