Diferencias por países | 19 SEP 10

Los riesgos del 'turismo de la fertilidad'

Los pacientes que cruzan fronteras en busca de un tratamiento de fertilidad más sencillo y barato podrían estar poniendo en riesgo su futuro y el de sus bebés, según varios expertos de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE).

Junto a la Federación Internacional de Sociedades de Fertilidad, este organismo ha llevado a cabo un estudio sobre la medicina reproductiva en el mundo. Sus datos muestran grandes disparidades en cuanto a prácticas y legislación entre gran parte de los países analizados.

"Aunque en principio el tratamiento a los pacientes debería ser esencialmente el mismo y cumplir los mejores estándares, tenemos la evidencia de que no siempre es así", ha señalado Francoise Shenfield, miembro de la ESHRE.

Según sus palabras, debido a estas diferencias, los pacientes que buscan tratamientos en el extranjero podrían enfrentarse a problemas médicos o legales al volver a casa.

El trabajo, realizado en 105 países, ha puesto de manifiesto la existencia de diferencias culturales, religiosas y sociales en distintos procedimientos de la medicina reproductiva, como la donación de óvulos, esperma o embriones. Hay una gran variedad en el número de clínicas que ofrecen tratamientos y en los servicios que proporcionan, asegura el documento.

Así, mientra que en la India hay más de 500 clínicas de fertilidad, en Reino Unido sólo hay 66. En España, el número asciende a 600.

¿Cuántos embriones?

Para Ian Cooke, director de la Federación Internacional de Sociedades de Fertilidad, estas discrepancias en el acceso puede llevar a muchos pacientes a viajar al extranjero en busca de tratamientos. Sin embargo, en su opinión, esto puede acarrear problemas médicos, financieros y legales.

Uno de los problemas radica en las diferencias en las leyes que regulan el número máximo de embriones que pueden implantarse tras una fecundación in vitro.

Mientras que en Reino Unido y los países escandinavos, sólo está permitido implantar uno o dos embriones, en otros países no hay limitaciones. Esto, según los especialistas, puede incrementar el número de embarazos múltiples, lo que implica un riesgo para las madres y los bebés.

Por otra parte, la congelación de embriones fecundados está prohibida en Alemania, Italia y Croacia. La donación de óvulos y espera está prohibida completamente en muchos países islámicos, mientras que, en Francia, las mujeres lesbianas no pueden tener acceso a los tratamientos de fecundación.

Tanto la Federación Internacional de Sociedades de Fertilidad como la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología apoyan el derecho de los pacientes de recibir un tratamiento de fertilidad en el extranjero, aunque subraya que "lo ideal sería que las personas se sometieran a estos tratamientos en su propio país".

Por eso, instan a las autoridades sanitarias para armonizar las normativas, de modo que sea posible ofrecer un tratamiento igualitario y seguro a todos aquellos que lo requieran.

"La variación entre las distintas legislaciones es una de las razones de que muchas parejas busquen tratamiento más allá de sus fronteras", ha remarcado Cooke. "Necesitamos unos estándares internacionales para asegurarnos de que esos pacientes reciben tratamientos seguros”, concluyen.

 

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