La situación en Europa | 29 JUN 10

La crisis económica abre la puerta de las consultas psiquiátricas

Desde 2007, las visitas a urgencias por intentos suicidas han aumentado un 22%. Los pequeños empresarios y autónomos son quienes más sufren estrés y ansiedad.

ISABEL F. LANTIGUA

Lleva dos años instalada en la vida de los ciudadanos y, sobre todo, en sus conversaciones y en sus mentes. La crisis económica no da tregua a los españoles y sus efectos sobre la salud empiezan a pasar factura. Ansiedad, insomnio, estrés o sensación de desamparo son síntomas que están sufriendo en carne propia tanto empresarios como empleados. El primer estudio realizado sobre la influencia de esta situación en un hospital, en concreto en el Hospital La Paz de Madrid, no deja lugar a dudas. Entre junio de 2007 y diciembre de 2009 se registró un incremento de un 50% de enfermos en las urgencias psiquiátricas. Un futuro desalentador ante sus ojos no les deja levantar cabeza.

Según los resultados de este trabajo, en el que participaron 6.000 pacientes y que se presentaron en el VII Seminario Lundbeck sobre ansiedad y depresión en Ibiza, las visitas a urgencias por intentos suicidas ascendieron un 22% en plena crisis, un 14% subieron las consultas por ansiedad y un 6% las motivadas por el abuso de drogas y alcohol.

"En el último año hemos notado un cambio en el perfil del paciente. Ahora es mucho más común que acudan a consulta autónomos y pequeños empresarios, que están sufriendo emocionalmente los problemas laborales suyos y de sus trabajadores. Estamos dando más bajas por estrés", confirma a ELMUNDO.es Jesús de la Gándara, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital de Burgos, que también reconoce que "el número de varones con problemas se ha incrementado".

Este experto indica que son "los empleadores, más que los empleados, quienes están padeciendo los problemas mentales más graves, porque se quedan sin trabajo pero, además, tienen que despedir a otros y saben que tienen en sus manos el futuro de muchas familias, lo que conlleva una implicación emocional muy fuerte y mucho estrés". A esta situación estresante se añade un horizonte incierto, unas perspectivas de futuro nada halagüeñas, lo que produce "ansiedad, insomnio, pánico y otras sensaciones que pueden derivar en depresión", dice Gándara.

"Aunque los síntomas aparecen a corto plazo, en cuanto surgen los primeros inconvenientes en el trabajo, lo cierto es que los afectados tardan tiempo en consultar al especialista. Hasta que no han pasado seis u ocho meses no acuden a consulta. Y, la solución no es rápida. Hay que trabajar con los aspectos cognitivos de la persona, saber cómo ve su vida y su futuro, etc, y no es fácil salir del pozo de incertidumbre en el que se encuentran", explica el psiquiatra. "Es muy posible que el estrés agudo que presentan se convierta en crónico, entendiendo por tal aquel que dura más de seis meses. Esto se debe a que depende de factores no controlables, como la economía y el mercado laboral, y también va asociado a una pérdida de autoestima, porque la persona piensa que no sirve para nada, ha perdido estatus social, etc. Por eso la recuperación lleva tiempo", aclara.

 

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