Ecografía / En personas que hacen deporte | 31 MAY 10

Proponen una técnica para evitar la muerte súbita

Cuando hay hipertrofia del tejido cardíaco, permitiría distinguir si se debe a causas fisiológicas o a una patología genética.

Por Nora Bär

El deporte, cuando se practica con una cierta intensidad y asiduidad, es un verdadero desafío para el organismo. Y éste responde con una variedad de cambios adaptativos: aumento de la fuerza muscular y de la elasticidad de los ligamentos, modificaciones en la composición de la sangre, reducción de la grasa corporal...

Todas ellas son benignas, pero hay una que preocupa a los médicos. Es el engrosamiento de las paredes del corazón, en especial del ventrículo izquierdo, porque si bien generalmente es fisiológico, hay casos en que puede responder a una enfermedad genética que constituye la primera causa de muerte súbita en atletas jóvenes, y es difícil distinguir una de la otra.

Ahora, una investigación del grupo de cardiología del Hospital Universitario Austral (HUA), que acaba de publicarse en la revista Echocardiography, propone distinguir lo normal de lo patológico utilizando una de las variantes de la ecocardiografía, el ecodoppler tisular.

"Desde hace mucho se sabe que hay una diferencia estructural entre la hipertrofia funcional del músculo cardíaco y la que se debe a la miocardiopatía hipertrófica, cuyo primer síntoma frecuentemente es la muerte súbita -explica el doctor Alejandro Hita, jefe de la Unidad Coronaria del HUA y subjefe del Servicio de Cardiología-. Nosotros trabajamos para identificar cuándo un paciente con hipertrofia es sano y cuándo no."

La hipertrofia del corazón aparece, generalmente, en los que practican deportes de potencia muscular, como ciclistas, remeros o pesistas, y responde al esfuerzo que realiza el órgano para impulsar la sangre hacia la aorta y de allí al resto del cuerpo.

Pero también puede deberse a otras causas, como la hipertensión arterial, ciertos trastornos metabólicos o la miocardiopatía hipertrófica, trastorno genético que puede ser totalmente asintomático o presentar fatiga, falta de aire o dificultad para respirar (disnea).

"En el electrocardiograma se «ve» la hipertrofia cardíaca, pero no se distingue si es patológica o no -afirma Hita-: no se puede saber de qué aumento estamos hablando. En un caso está todo bárbaro, mientras que en el otro uno dice: «Momento, usted no puede hacer más deporte, porque se pone en riesgo»."

 

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