IntraMed consulta a un experto mundial | 03 MAY 10

Derrames pleurales: ¿cómo estudiarlos?

El Prof. Porcel es Jefe de Servicio de Medicina Interna y Profesor Titular de Medicina del Hospital Universitario Arnau de Vilanova (Lleida-España), un reconocido experto en el tema.
Autor/a: Prof. Dr. José M. Porcel 

Derrames Pleurales:
Dr. Jorge Porcel 

 Teniendo en cuenta la alta especificidad de la adenosina desaminasa (ADA) a títulos altos (>40 U/L) en líquido pleural para el diagnóstico de pleuritis tuberculosa, ¿iniciaría tratamiento empírico para tuberculosis en alguna situación particular?

Dr. Porcel: Unas cifras de ADA pleural superiores a 40 U/L tienen una sensibilidad del 95% y una especificidad del 85% al 95% para establecer el origen tuberculoso de un derrame pleural. La especificidad supera el 95% si se consideran sólo los exudados linfocitarios. Aproximadamente una tercera parte de los derrames pleurales paraneumónicos (65% en el caso de los empiemas) presentan cifras elevadas de ADA pleural, pero se trata de exudados polimorfonucleares. Por otro lado, alrededor de un 5% de derrames malignos (incluyendo neoplasias hematológicas y sólidas) y un número no determinado, aunque probablemente pequeño, de derrames asociados con conectivopatías (artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico) pueden exhibir concentraciones de ADA pleural superiores a 40 U/L; en este último supuesto con un perfil bioquímico de exudado linfocitario.

Con estas consideraciones, en un medio con una alta prevalencia de tuberculosis, se puede iniciar tratamiento empírico antituberculoso ante todo sujeto con un exudado linfocitario y cifras elevadas de ADA en líquido pleural, sin necesidad de obtener una biopsia pleural con aguja. Son datos adicionales que apoyan el diagnóstico de tuberculosis la edad inferior a 35 años y la presencia de fiebre. La prueba de la tuberculina puede ser negativa en una tercera parte de los sujetos con pleuritis tuberculosa. Si el paciente no evoluciona favorablemente después de instaurar el tratamiento empírico, se indagará la posibilidad de una neoplasia o de un lupus eritematoso sistémico (síntomas cutáneos, articulares y presencia de autoanticuerpos). No obstante, se debe tener presente que durante las primeras 3-12 semanas de tratamiento, entre un 11% y un 16% de pacientes con derrame tuberculoso pueden presentar una respuesta paradójica, con aumento del tamaño del derrame, lo cual no implica un fracaso terapéutico.
 

¿Cuál es su opinión acerca de la determinación de mieloperoxidasa en los derrames paraneumónicos?

Dr. Porcel: El principal dilema con que se enfrenta el clínico ante un derrame pleural paraneumónico consiste en decidir cuándo insertar un tubo de drenaje pleural. Si el líquido pleural es pus no hay duda de que se debe colocar un tubo de toracostomía, quizás con la excepción de derrames pleurales muy pequeños que evolucionan bien después de instaurar el tratamiento antibiótico pertinente. Cuando el líquido pleural obtenido no es purulento, el médico hace uso de los datos clínicos (persistencia de la fiebre, mal estado general), radiológicos (derrame pleural loculado o que ocupe la mitad o más del hemitórax) o del líquido pleural (cultivo positivo, pH <7,2, glucosa < 60 mg/dL, LDH >1000 U/L) para predecir una mala evolución y, en consecuencia, drenar la cavidad pleural. No obstante, diferentes estudios han mostrado que las características microbiológicas o bioquímicas del líquido pleural, particularmente pH y glucosa, tienen aisladamente una sensibilidad limitada (25-55%) para identificar aquellos derrames pleurales que requerirán drenaje (complicados). Por ello, en los últimos años se han buscado parámetros bioquímicos alternativos en el líquido pleural, indicadores de inflamación (p.ej. complejo de ataque a la membrana del sistema del complemento, factor de necrosis tumoral, interleucina 8, proteína C reactiva, elastasa, mieloperoxidasa) como marcadores potenciales de mal pronóstico y, en consecuencia, de guía para la indicación de tubo de drenaje.

En un estudio, concentraciones de mieloperoxidasa pleural superiores a 3000 mg/L discriminaron entre derrames pleurales simples y complicados (no purulentos) con una sensibilidad del 87,5% y una especificidad del 85,1%. Nosotros no tenemos experiencia directa con la medición de esta enzima, pero sí con diversas citocinas. En concreto, la determinación de factor de necrosis tumoral alfa o de interleucina 8 en el líquido pleural tiene una sensibilidad del 80-85% y una especificidad del 80-90% para identificar derrames pleurales paraneumónicos complicados no purulentos. Por tanto, aisladamente estos nuevos parámetros, incluyendo la mieloperoxidasa, pueden mejorar nuestra capacidad de dar respuesta al dilema planteado inicialmente. Por el momento, su uso se debe limitar a la investigación clínica, en espera de que futuros estudios confirmen su potencial aplicabilidad.
 

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024