Otros efectos | 05 ABR 10

El escitalopram es potencialmente útil para la prevención de las migrañas

Los efectos antimigrañosos de la venlafaxina y el escitalopram son independientes de sus efectos antidepresivos. Si bien se desconoce el mecanismo exacto de acción, se sugiere la existencia de un efecto analgésico directo.
Autor/a: Dr. Tarlaci S Fuente: SIIC Clinical Neuropharmacology Ago 2009

Introducción y objetivos

El empleo de determinados antidepresivos puede ser de utilidad para prevenir las migrañas independientemente de su efecto antidepresivo. Se propone la existencia de una relación bidireccional entre las migrañas y la depresión, según la cual un trastorno favorece la aparición del otro y viceversa. Asimismo, se identificó una relación entre los trastornos de ansiedad y el trastorno bipolar y las migrañas tanto en estudios clínicos como poblacionales.

La mayoría de las drogas empleadas para el tratamiento de las migrañas y la depresión afectan sistemas de neurotransmisión como el serotoninérgico. El mecanismo de acción de los agentes empleados para  prevenir las migrañas puede resumirse en la inhibición de la excitación cortical y el restablecimiento de la desregulación de la nocicepción. Estos objetivos son alcanzados mediante mecanismos diversos según la droga en cuestión.

Lamentablemente, el tratamiento de los pacientes con migrañas en general es insatisfactorio. En la actualidad, la prevención de las migrañas se centra en el bloqueo de la recaptación de neurotransmisores. Entre las drogas nuevas más investigadas se encuentra la venlafaxina, un inhibidor de la recaptación de noradrenalina y serotonina. Este agente es eficaz en caso de dolor y tiene un perfil de tolerabilidad superior en comparación con los antidepresivos tricíclicos. En condiciones experimentales, la administración de venlafaxina aumenta el umbral de tolerancia al dolor que permite sugerir un efecto analgésico en caso de dolor neuropático.

El escitalopram es el S-enantiómero del citalopram que inhibe la recaptación de serotonina con una selectividad muy elevada. La información disponible resulta insuficiente para determinar la droga más eficaz para el tratamiento de los pacientes con migrañas. No obstante, los fármacos más nuevos presentan un nivel inferior de eventos adversos que puede considerarse una ventaja en comparación con las drogas más clásicas. Esto debe tenerse en cuenta dada la importancia de la tolerabilidad del tratamiento.

El objetivo del presente estudio fue comparar la eficacia de la venlafaxina frente al escitalopram en pacientes con cefaleas migrañosas en ausencia de depresión o ansiedad.

Pacientes y métodos

El presente estudio fue prospectivo y se llevó a cabo con el objetivo de evaluar los registros diarios de cefaleas de 93 pacientes distribuidos en forma aleatoria para recibir venlafaxina o escitalopram. El diagnóstico se llevó a cabo de acuerdo con los criterios de la International Headache Society. Todos los participantes debían presentar 3 crisis o más mensuales. No se incluyeron pacientes con antecedentes de tratamiento con venlafaxina o escitalopram o con trastornos de ansiedad o del estado de ánimo. El seguimiento se llevó a cabo mediante un registro diario que permitió explorar la cantidad e intensidad de las crisis migrañosas.

Para detectar la presencia de trastornos de ansiedad o del estado de ánimo se aplicó la Hospital Anxiety and Depression Scale (HADS) y el Beck Depression Inventory (BDI). Los parámetros principales de evaluación fueron la intensidad, la frecuencia y la duración de las cefaleas, el consumo de analgésicos y la discapacidad generada por las migrañas. Este último parámetro se valoró mediante el cuestionario Migraine Disability Assessment (MIDAS). Para evaluar el dolor se aplicó la Visual Analog Scale (VAS). Además, se estimó la afectación del desempeño laboral debida a la migraña mediante el Lost Work-Day Equivalent Index (LWDE).

Resultados

La mayoría de los participantes era de sexo femenino. La media de edad fue 31.4 años. Todos los participantes presentaron un resultado normal al aplicar la HADS y el BDI. El 37.6% y 62.4% de los pacientes recibió tratamiento preventivo con venlafaxina o escitalopram, respectivamente. La media de la dosis diaria administrada fue 72.8 mg y 12.4 mg, en igual orden. Doce de los 35 pacientes tratados con venlafaxina presentaron efectos adversos intolerables y debieron ser excluidos del estudio. La única diferencia significativa entre los grupos, observada al inicio del ensayo, fue la duración de las crisis migrañosas, que fue más prolongada entre los pacientes tratados con venlafaxina.

Al inicio del estudio se observó una correlación positiva entre el puntaje de la subescala de ansiedad de la HADS y el puntaje del BDI. Asimismo, se verificó una relación manifiesta entre el puntaje de la subescala de depresión de la HADS y el resultado del BDI. Los puntajes de ambas subescalas fueron similares entre sí. No se halló relación alguna entre la frecuencia y duración del dolor o la disminución del rendimiento laboral y el resultado de la HADS y el BDI. Tampoco se observó una relación entre el puntaje de la VAS y el de la HADS o el BDI. En cambio, la puntuación de la VAS se relacionó con el desempeño laboral. El resultado inicial del LWDE no difirió entre ambos grupos y mejoró al final del estudio pero, al analizar el efecto de cada droga por separado, la venlafaxina resultó inferior en comparación con el escitalopram. No obstante, la diferencia entre ambas drogas no fue significativa.

 

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