Dra. Diana Cohen Agrest (filosofía) | 04 AGO 09

¿Qué es "Amar"?

Con motivo de nuestro próximo encuentro "Amar" del 20 de Agosto consultamos a destacadas personalidades para conocer sus opiniones sobre el tema. Lo invitamos a dejar las suya en el foro abierto con ese fin. ¿Ya reservó su lugar?
INDICE: 

Cuando decimos "AMAR"
¿todos entendemos lo mismo?

Con motivo de nuestro próximo encuentro del Jueves 20 de Agosto: "AMAR", en IntraMed hemos convocado a destacadas personalidades para que nos den sus opiniones sobre el tema.Agradecemos a la Dra. Diana Cohen Agrest la generosidad de compartir sus ideas con nuestros lectores. Lo invitamos a dejar sus propias opiniones en nuestro FORO abierto con ese  propósito.
 
* Por la Dra. Diana Cohen Agrest, (filosofía / UBA)


Cuando decimos "amar", ¿todos entendemos lo mismo?

El verbo amar es polisémico. Y cuando hablamos de “amor”, sin saberlo condensamos en un único término tres orientaciones distintas de ese sentimiento inefable. Ya Aristóteles distinguió la filia o amistad, el agapè o amor al prójimo y el amor erótico.

La filia en su expresión más excelsa es la amistad virtuosa fundada en la excelencia humana que cada uno percibe en el otro. Se es amigo del otro por lo que el otro es, y sólo puede darse entre iguales, pues “un dios y un hombre no podrían ser amigos”. Y esta clase de amor es tan pero tan puro que desafía el paso del tiempo, pues sólo puede ser destruido por la muerte.

Muy distinto es el amor como agapè, término griego que se traduciría en latín por caridad, y que es aquel donde el yo se consagra a otros seres humanos, por su calidad de prójimos. Es un sentimiento que no espera reciprocidad y que, a diferencia de las otras clases de amor, no crea lazos de dependencia respecto del objeto amado. Es el amor de la Madre Teresa de Calcuta. Aunque también tuvo sus críticos: Jean Jacques Rousseau, el pensador ginebrino impulsor del amor romántico, llegó a decir que aquel que ama a la humanidad es porque no puede amar a su vecino.

El amor erótico, por último pero no menos, es el deseo pasional de unirse a otro, en la creencia de que sólo a través de esa persona se alcanzará un estado del yo inalcanzable, presuntamente, sin la persona amada. Una de las formas en que suele encarnarse es el amor romántico, dado a luz en el Medioevo donde el caballero que se encaminaba a las Cruzadas debía abandonar a su bella doncella (o, la más de las veces, a una mujer unida en matrimonio impuesto por otros). Este llamado “amor cortés” fue fácilmente alimentado por una pasión recíproca desdichada invención del Occidente medioeval.

En unas páginas dedicadas al amor de Inteligencia ética para la vida cotidiana, señalaba que el amor asociado a la sexualidad fue objeto de posiciones tan ilustres como irreconciliables. Nada más y nada menos que Kant, el célebre filósofo de la Ilustración, se ocupó de defenestrar el amor erótico, porque a su parecer se usaba de otro para satisfacer, meramente, los deseos concupiscentes. Kant sentenciaba en Lecciones de ética que:
 
“… como la inclinación sexual no es una inclinación que el hombre tenga hacia otro ser humano en cuanto tal, sino una inclinación hacia su sexo, esta inclinación es un principio que degrada la naturaleza humana, al anteponer a un sexo sobre el otro y deshonrar a este último por satisfacer dicha inclinación.”

Distante del puritano menosprecio kantiano, en El Banquete de Platón leemos un panegírico en honor a Eros, el amor personificado en un dios bienhechor que concede los favores más excelsos y cuyos poderes trascienden nuestra existencia mortal:

“Concluyo diciendo que, de todos los dioses, el Amor es el más antiguo, el más honorable y el más capaz de hacer al hombre virtuoso y feliz durante la vida y después de la muerte."

Ambas perspectivastan autorizadas como contrapuestas condensan la posición del amante escindido entre un espíritu exigente y una carne no menos demandante, entre una casta conciencia y un cuerpo deseante.Incapaz de superar esa división, una y otra vez se volvería hacia el mismo interrogante. ¿Es el amor erótico una degradación del yo o, por el contrario, el sentimiento más sublime de todos? Hoy no dudaríamos; el amor todo lo puede, decimos, y hasta goza de cierta impunidad: en nombre del amor, se perdonan ciertos actos inadmisibles fuera de esa esfera. 

Hoy también pensamos que la diversidad de las figuras en las que el amor puede encarnarse excede en mucho la clasificación aristotélica. El amor filial, el amor materno o paterno, el amor fraternal, el amor a una mascota, el amor a la tierra de uno, el amor a Dios para quien tiene fe. Porque lo cierto es que el amor es una emoción que puede expresarse de mil formas y suscitado por distintos objetos de amor.

 

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