Caso clínico | 22 ABR 09

Queilitis de celulas plasmáticas

Tratamiento exitoso con inyecciones intralesionales de corticoides.
Autor/a: Dres. J. T.-P. Tseng, C.-J. Cheng, W.-R. Lee y K.-H. Wang Clinical and Experimental Dermatology, Vol 34 I: 2, Pag 174-177

Primero descripta por Zoon en 1952, la balanitis de células plasmáticas (balanitis de Zoon) es una enfermedad inflamatoria del pene mostrando un infiltrado característico en banda de células plasmáticas en dermis superior.  Reportes subsecuentes revelan condiciones similares en otras áreas mucosas.

La queilitis de células plasmáticas es considerada como la contraparte oral de la balanitis de Zoon.  Clínicamente, la lesión muestra un labio rojo brillante.  Como la balanitis de Zoon, la queilitis de células plasmáticas representa un estadío de una respuesta inmune a varios estímulos, benignos o malignos.  Generalmente resistente a los tratamientos tópicos.  En este artículo se describe un caso ilustrativo de queilitis de células plasmáticas tratada exitosamente con inyecciones intralesionales de corticoides.

Caso.

Una mujer de 55 años consulta por edema recalcitrante y dolor en el labio inferior (fig 1a).  La lesión persistió por 7 meses, se observó durante este periodo erosión intermitente y sangrado.  El resto de la piel y mucosas eran normales.  La paciente había recibido varios tratamientos sin mejoría, incluyendo corticoides tópicos, antibióticos (ungüento de eritromicina), crema de aciclovir y un inhibidor de la calcineurina (tacrolimus en crema al 0.03%).  Su condición la condujo a restricción de la alimentación y deterioro social.  La paciente no fumaba y no presentaba hábitos de morderse el labio.  No se pintaba los labios ni tenía historia de uso de drogas.  No presentaba exacerbación de las lesiones con las comidas o líquidos, no presentaba historia de excesiva exposición solar ni antecedentes familiares de desórdenes labiales.  No había antecedentes de tratamientos dentales o traumas.

Se realizó el diagnóstico inicial de queilitis crónica, y se una biopsia incisional.  Histológicamente, se observaba un infiltrado en banda compuesto principalmente por células plasmáticas en dermis superior y media (fig 2 a-c).  Se observaron pocos eosinófilos e histiocitos.  Las tinciones para hongos y bacterias no revelaron microorganismos. La tinción para Treponema pallidum era negativa.  Las células plasmáticas expresaron cadenas livianas kappa y lambda (fig 3 a,b).  Los tests serológicos para anticuerpos antinucleares, C3, C4 y factor reumatoideo estaban dentro de valores normales.

Con el diagnóstico clínico patológico de queilitis de células plasmáticas, la paciente recibió inyección intralesional de 0.1 mL de acetónido de triamcinolona (2.5 mg/mL).  La lesión respondió rápidamente.  Se observó marcada mejoría clínica luego de 2 semanas del primer tratamiento (fig 1 b).  Se realizó una sesión adicional de inyecciones a las 2 semanas de la resolución de la lesión.  La paciente no mostró recurrencia al año de seguimiento.

La queilitis de células plasmáticas es una condición inflamatoria, benigna, caracterizada por un infiltrado de células plasmáticas en la mucosa labial.  Además de los labios, las lesiones pueden ocurrir en otros órganos, como el pene, vulva, mucosa oral, paladar, gingiva, lengua, epiglotis y laringe.

White y col propusieron el nombre de mucositis periorificial para agrupar los varios nombres dados a condiciones compartidas en diferentes sitios.

La queilitis de células plasmáticas puede diferenciarse de queilitis de contacto irritativa o alérgica, candidiasis, sífilis, queilitis actínica, queilitis granulomatosa, plasmocitoma y liquen plano de las mucosas.  La falta de espongiosis y eosinófilos prominentes redujo la posibilidad de queilitis de contacto alérgica o irritativa.  Se excluyeron las infecciones bacterianas y fúngicas mediante tinciones negativas.  Se excluyó sífilis con resultados negativos de anticuerpos contra T pallidum.

La biopsia no mostró atipia de queratinocitos, elastosis solar o infiltrado granulomatoso, por lo que no se consideró el diagnóstico de queilitis actínica ni queilitis granulomatosa.  Se excluyó un plasmocitoma extramedular, basado en la naturaleza policlonal del infiltrado.  El liquen plano mostró dermatitis de interfase liquenoide compuesto principalmente por linfocitos más que células plasmáticas en dermis superior.

El tratamiento de la queilitis de células plasmáticas es generalmente decepcionante.  Muchos reportes muestran respuestas pobres o limitadas a los corticoides tópicos.  Se han recomendado varios tratamientos, incluyendo extirpación quirúrgica, tratamiento radiante, electrocauterización, criocirugía, ácido fusídico tópico y administración sistémica de griseofulvina.  El grado de acantosis parece ser un factor importante que influencia en los resultados de los pacientes que responden a los corticoides tópicos.  Se han reportado diferentes resultados con corticoides tópicos.  Los corticoides intralesionales pueden incrementar los efectos del tratamiento con corticoides tópicos.  Los tratamientos exitosos con corticoides intralesionales no se reportaron hasta el 2001, cuando Kaur y col trataron un caso con triamcinolona intralesional 10 mg/mL cada 2 semanas por 3 sesiones.  Yang y col reportaron 3 pacientes tratados excitosamente con acetónido de triamcinoloma intralesional 4-5 mg/mL cada 2 semanas por 3 sesiones.

No hubo acantosis de la epidermis en este paciente, no obstante, la profundidad del infiltrado que ocupaba casi la dermis completa, puede haber sido el responsable de la poca respuesta a los tratamientos tópicos previos.  Aunque la dosis de corticoide intralesional fue menor a la reportada por Kaur y col y Yang y col, la paciente tuvo buenos resultados sin recurrencias al año de seguimiento.  Se necesita un mayor tiempo de seguimiento para confirmar una verdadera erradicación de la lesión.

En conclusión, este caso refuerza la importancia de una biopsia de piel para caracterizar la naturaleza de la queilitis crónica, para elegir el tratamiento más efectivo.  Basado en éste caso, los autores apoyan a los corticoides intralesionales como un tratamiento de valor para el tratamiento de la queilitis de células plasmáticas.  Comparado con la aplicación tópica, la inyección intralesional de corticoides puede distribuir la droga más apropiadamente y eficazmente en la lesión.  Se necesitan más estudios para determinar la dosis óptima y el número de tratamientos para la queilitis de células plasmáticas.

 

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