Experiencia de la BBC | 06 FEB 09

¿Por qué los flacos nunca engordan?

A pesar de que la ciencia parece estar "obsesionada" con la obesidad, hay muchas preguntas que hasta ahora no se han logrado responder.

 

¿Por qué, por ejemplo, algunas personas parecen estar siempre comiendo lo que quieren y no aumentan de peso?

¿Y por qué otros individuos viven constantemente a dieta y no pueden bajar de peso?

Un experimento llevado a cabo en la BBC para el programa de documentales "Horizon" reclutó a 10 voluntarios para intentar responder a estas preguntas.

Los 10 individuos -todos delgados y que nunca habían estado a dieta- pasaron cuatro semanas devorando toda la pizza, papas fritas, helado y chocolate que quisieran.

A la vez se les dijo que no hicieran ningún tipo de ejercicio y que caminaran lo menos posible.

Durante las 4 semanas del estudio los voluntarios tenían que duplicar la cantidad de calorías diarias que consumían usualmente, que variaban de 3.500 en las mujeres a 5.000 en los hombres.
El experimento fue vigilado por el doctor Rudy Leibel, especialista de la Universidad de Columbia en Nueva York.

El científico cree que todos tenemos un peso natural biológicamente determinado y que nuestro cuerpo lleva a cabo todo tipo de esfuerzos para mantenerse en ese peso, seamos delgados o gordos.

"El organismo constantemente tiende a tratar de que regresemos al peso corporal normal que nos corresponde" afirma el especialisto.

Pero, agrega, hay otros factores que también influyen en el peso de una persona.

"50% se debe a nuestros genes y el otro 50% probablemente se debe al medio ambiente", dice.

"Si una persona tiene el gen de la enfermedad de Huntington -explica- padecerá la enfermedad en el 100% de su tiempo. Pero éste ciertamente no es el caso con la obesidad".


Resistencia a la glotonería

El experimento fue más fácil para unos voluntarios que para otros.
Los acostumbrados a llevar a cabo ejercicio físico o practicar deportes encontraron muy difícil la limitación impuesta en su esfuerzo físico.

"Comer mucho fue muy fácil ya que estoy acostumbrado a comer más de lo normal cuando me preparo para una carrera" dice Thomas Patel-Campbell, un entusiasta deportista que participó en el estudio.

"Fui uno de sólo dos voluntarios que no nos enfermamos durante todo el experimento. Pero lo que fue muy difícil fue limitarme a sólo 5.000 pasos al día", expresa.

El menú típico de los participantes consistía principalmente en postres, tentempiés, papas fritas con alto contenido de grasa, guisos grasos, etc.

 

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