Hábitos de vida | 27 AGO 07

Adolescentes que duermen poco y rendimiento escolar

La mitad de los chicos duerme poco y eso perjudica su rendimiento escolar. Estudio entre 2.500 estudiantes secundarios de varias ciudades.
Fuente: Clarín 

Lo recomendable es nueve horas, pero apenas alcanzan las siete. El déficit de sueño crece durante el fin de semana, cuando el 83% descansa menos de lo necesario para un buen crecimiento y desarrollo intelectual.

El ciclo de sueño de los adolescentes
 
La biología dice que son los "bellos durmientes" de la especie, que necesitan dormir por lo menos nueve horas y media -más que cualquier otro ser humano- para hacer procesos vitales para su crecimiento. Pero la misma biología los condena a dormirse más tarde que el resto de los mortales. La melatonina, la hormona que abre la puerta al sueño, les dice "ahora" cuando son las 11 de la noche. Trasnochan naturalmente y artificialmente se despiertan temprano para ir a la escuela ¿El resultado? La mitad de los adolescentes argentinos duermen menos de lo que necesitan y eso provoca un bajo rendimiento en la escuela.

La relación entre el poco dormir y el mal desempeño académico se desprende de varios estudios internacionales y se acaba de comprobar en un estudio hecho en Argentina a nivel nacional y con un cuestionario especialmente ideado para los adolescentes, y que es la primera vez que se usa entre hablahispanos. Científicos de varias disciplinas y de distintas instituciones se unieron para investigar en escuelas porteñas, bonaerenses, de Paraná y Neuquén. En total, respondieron más de 2.500 secundarios y entre los resultados también hubo sorpresas.

Los chicos argentinos acumulan más déficit de sueño que el resto de los estudiados en otros países, indican las cifras. El 83% no llegan a dormir ocho horas durante los fines de semana. "El resultado sorprendió a nuestros colegas de EE.UU.", cuenta Daniel Cardinali, uno de los autores del estudio, investigador superior del Conicet y titular del Departamento de Fisiología de la UBA. "Pocos tienen la vida de fin de semana de los adolescentes argentinos, los estadounidenses recuperan las horas de sueño. Acá no, salen de noche, hacen deportes durante la mañana y la deuda de sueño se perpertúa. Los profesores dicen que los chicos están dormidos durante las primeras horas y esto es preocupante. Si no se tiene individuos con plena capacidad se deteriora aún más el proceso educativo. Lo ideal sería atrasar el horario de inicio de clase o, por lo menos, que las materias más complicadas se enseñen cerca del mediodía".

El estudio también investigó qué es lo que pasa sobre las almohadas de los chicos. Encontró ronquidos y problemas del sueño que también repercuten en el buen dormir y, por lo tanto, en el rendimiento escolar. El 23% ronca y el 11% padece apnea, pausa en la respiración. "Así el sueño se torna aún más deficiente. Comprobamos que estos chicos tienen menores notas promedio en Matemática y Lengua", explicó Daniel Pérez Chada, otro de los autores y jefe de Neumonología del Hospital Austral.

El poco dormir es un problema que debería desvelar a todos, indican los investigadores Santiago Pérez-Lloret; Alejandro Videla; Miguel Bergna; Mariano Fernández-Acquier; Luis Larrateguy; Gustavo Zabert y Christoper Drake. Está demostrado que, en los últimos 40 años, la gente le sacó dos horas a su descanso nocturno. "Muchos adolescentes son diagnosticados por déficit de atención o por hiperactividad y, en realidad, necesitan dormir", agrega Pérez Chada.

"Ellos naturalmente dormirían 9 horas. Pero, en promedio no alcanza 7, al tener que ir a la escuela se levantan antes e interrumpen fases del sueño", sostiene Cardinali. Así afectan al fortalecimiento del sistema inmunológico, a procesos hormonales vitales o al trabajo de la memoria.

Entonces, cómo hacer para que los "zombies" vuelvan a ser "bellos durmientes" cuando, para peor, su reloj biológico atrasa dos horas y, por lo tanto, deberían acostarse más tarde. Los especialistas explican que lo ideal sería levantarse más tarde. Pero como es difícil recomiendan mantener una rutina horaria para irse a la cama. Tampoco mirar tele o navegar por Internet: el reloj biológico se maneja por la luz y las pantallas brillantes pueden confundirlo y provocar más trasnochada. Y probar con una siesta breve. Así, el que madruga puede tener una buen día.


Ritmo propio
Diana Baccaro
dbaccaro@clarin.com

No importa dormir poco si el tiempo de insomnio se ocupa en leer un libro, escribir un diario íntimo, hablar con un buen amigo, descubrir el primer amor. Tampoco es justo decir que todos los jóvenes que duermen poco producen menos, ni vincular las notas bajas con la nocturnidad. Hijos de la estimulación tecnológica y formados a la velocidad del chat, los chicos tienen hoy el reloj biológico que los grandes contribuimos a programar. Y mejor que amonestarlos es repensar por qué, por ejemplo, los autorizamos a convertir sus cuartos en verdaderos gabinetes multimedia.

 
I- "Me duermo en el colectivo"

Juega al rugby de tarde, estudia y chatea de noche. Alejandro Semán, está a punto de cumplir 17 años y repite una constante entre los adolescentes: vivir mientras el resto descansa.

 

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