Dra. Andrea López Mato | 20 JUN 07

"Perseguir sueños impide a veces disfrutar los despertares"

Entrevista a la Dra. Andrea López Mato. Una personalidad destacada de la psiquiatría. Una mujer con mucho más que "datos" para comunicar.
INDICE:  1. "Sin psiquiatría la Medicina no se diferencia de la Veterinaria" | 2. "Sin psiquiatría la Medicina no se diferencia de la Veterinaria"
"Sin psiquiatría la Medicina no se diferencia de la Veterinaria"

La Dra. Andrea López Mato no es sólo es una de las más destacadas psiquiatras argentinas, es también alguien con una personalidad multifacética que desborda pasión y energía a cada momento. Quienes hemos asistido a alguna de sus frecuentes conferencias conocemos el entusiasmo contagioso con que aborda los temas más complejos de la neurofisiología y la conducta humana. Es imposible permanecer indiferente a esta mujer que ha sido una de las pioneras de la psiquiatría biológica y la PNIE en el país y es autora de numerosos trabajos de  investigación y libros sobre el tema. Su actitud ha sido siempre la de quien admite diferentes perspectivas interdisciplinarias pero también la de una profesional que funda sus opiniones y sus juicios en conocimientos rigurosos.

IntraMed publica una entrevista donde repasa algunos de los tópicos fundamentales de su área de trabajo. Es para nosotros un orgullo que la palabra de la Dra. López Mato se encuentre en nuestro sitio.


Entrevista:

¿Cómo influyen las condiciones de vida y la cultura sobre la patología psiquiátrica?

Para una salud mental apropiada se necesita más que un cerebro sano o una genética apropiada o un balance proporcionado de todos los sistemas del organismo. Se necesitan condiciones sociales adecuadas, contexto vincular y grupal de apego y contención, necesidades básicas satisfechas e ideales personales y sociales permanentes. La falla de cualquiera de los condicionantes provoca o gatilla patología. Las condiciones culturales desfavorables llevan a un desequilibrio que produce “distress”. Se pierden mecanismos  homeostáticos de control, y esto  lleva a la expresión de vulnerabilidad a distintas enfermedades

¿Cuál es la perspectiva de abordaje de la patología mental que considera más apropiada?

Todo abordaje debe ser interdisciplinario. La patología mental acontece en un hombre que ve afectado su sistema biológico, psicológico, espiritual y social. El hombre es uno y único y la separación de la medicina para estudiarlo según sistemas obedeció a años de pensamiento unilinear y simplista. Ya no podemos continuar con divisiones arbitrarias tanto conceptuales como concretas. Solamente la unión de especialistas unidos en equipos interdisciplinarios, nos permite pensar, diagnosticar y tratar cualquier enfermedad en forma correcta. Esta concepción de equipo laboral significa la re-unión de distintos profesionales, que desde distintas formaciones y desde distintos ángulos intentan distintos abordajes al mismo problema. Se sustenta en distintos enfoques que reflexionen sobre las diferencias buscando probables similitudes, proporcionando así el único medio para acercarnos a la búsqueda de diagnósticos más certeros.

¿Cree Ud que los conocimientos actuales permiten superar el dualismo mente-cuerpo?

Absolutamente. Este tema fue objeto de varios capítulos en mis libros sobre Psiconeuroinmunoendocrinología. No  podemos sostener el dualismo mente/cuerpo si estamos hablando de sistemas integradores. Más aún, defiendo la creencia de que toda enfermedad es siempre psicosomática o somatopsíquica. Acá se confirma el aforismo de que el orden de los factores no altera el producto, ya que la relación ni siquiera supone que lo más importante sea el origen "psi", siendo la fatiga crónica o una fractura ósea ejemplos valederos de enfermedades con certero inicio periférico pero repercusión psicológica inevitable e invalidante. La posición actual sobre la dualidad cartesiana es que el cerebro humano y el resto del cuerpo constituyen un organismo indisociable, indivisible e integrado mediante circuitos regulatorios neurales y bioquímicos mutuamente interactivos (que son la base de la PNIE.) y que el organismo interactúa con el entorno como un conjunto. La mayor complejidad de esta  interacción radica en el hecho que el entorno ( “o las circunstancias”) es (o son) parcialmente producto de la actividad misma del organismo. La mente surge como parte del cuerpo para poder integrar lo que siento y pienso con como actúo desde y hacia el medio ambiente con el cual interacciono.

¿La diversidad de perspectivas -a menudo antagónicas- respecto de estas enfermedades es un obstáculo para su diagnóstico y tratamiento?

No debiera serlo si nos basamos en el concepto anterior, pero tristemente todavía hay escuelas fundamentalistas que dividen la psiquiatría. La formación de todo profesional especialista en salud mental debe ser amplia y tener acceso a todas las escuelas que conforman su estudio. Todo es fácil o difícil según la perspectiva con que se tome. Es tan obtuso y cerrado el hecho de no “rotular o etiquetar” a los pacientes como la exigencia de hacerlo solo por medio de consensos diagnósticos internacionales, restringidos y absolutistas. Es fundamental realizar un diagnóstico, al menos presuntivo, para encarar un tratamiento tanto biológico como psicoterápico. No se puede improvisar. En lo posible se debe tener mantener una formación amplia y actualizada. Es tan difícil entender algunos “significantes” y “mecanismos de defensa” psicoanalíticos como comprender la química del carbono y el origen del “bios”.

Y si se me permite explayarme, sobre el particular creo que ahora estamos pensando la más difícil  de las integraciones. Superado el problema de la dualidad mente-cuerpo, surge el cuestionamiento de donde ubicar el espíritu. El espíritu o la energía vital para otras concepciones, es, a mi entender, un producto que trasciende esta integración  Para algunos, es solamente un producto de la mente para tratar de aprehender lo no comprensible de los fenómenos que nos circundan, para otros es un ente mas allá de nuestra existencia que proviene del ecosistema que nos circunda y además, según muchos pensadores, nos trasciende en la eternidad cósmica. Cuerpo, mente, espíritu en el orden que cada uno quiera darles acorde con su sistema de creencias están indisolublemente integrados en mi persona como ser único e irrepetible. Yo soy persona por lo que siento, por lo que pienso, por lo que actúo y por lo que creo o dejo de creer.

¿De qué manera las nuevas tecnologías en neurociencias, la PNIE, genómica, la psicofarmacología han modificado el escenario de la psiquiatría?

La PNIE es una de las  principales neo-conceptualizaciones médicas Estudia las relaciones entre los cuatro sistemas de control que tiene el organismo humano: el psicológico, el neurológico, el inmunológico y el endocrinológico y los ve  definitivamente integrados como un todo. Sabemos que entre ellos se generan mecanismos de auto y heteromodulaciones, interrelaciones, plasticidad y la búsqueda de la homeostasis como condición final. Viene a intentar el rescate de la unificación del organismo humano como un sistema holístico con constantes cambios adaptativos y en permanente interacción consigo mismo, con sus congéneres, con las otras especies y con el medio circundante.

La farmacología nos entrega nuevas moléculas para el tratamiento biologico pero el hecho mas importante es que para lograrlo fomenta y realiza estudios complejos sobre el funcionamiento neuroquimico y neurofisiologico del cerebro y el resto del organismo. Nos permite comprender mejor los intrincados mecanismos que son la base de nuestra especialidad

¿Como comenzó usted con esta aproximación a la psiconeuroinmunoendocrinología?

Siempre me gusta responder esta pregunta ya que comencé con mis primeras experiencias hace veintisiete años en el Servicio especializado N° 50, que dirigía el Prof. Rozados en el Hospital Borda. Lo recalco porque iniciábamos este camino desde un hospital psiquiátrico público. Después me actualice en congresos y cursos internacionales. En ese entonces no había postgrados sobre la especialidad, y en la psiquiatría  clásica sorprendían estos enfoques holísticos.

¿Conisdera Ud a la depresión un trastorno con sustrato biológico específico?

Indudablemente. Hoy decimos que todos los cuadros depresivos son enfermedades biológicas y sistémicas, pero con indudable gatillo y repercusión psicosocial. Aceptamos que sus bases fisiopatológicas producen los síntomas depresivos, los mantienen y son responsables de la recurrencia y de la cronicidad. Y sabemos que se caracteriza por trastornos de la alimentación, del sueño, por dolores, por síntomas neurodistónicos, mucho más allá del cerebro, es decir que involucramos ahora en la depresión, los aparatos endócrino, digestivo, cardiovascular, inmunitario, gonadal, renal, hemodinámico, respiratorio, somatosensorial, osteoarticular, y obviamente el sistema nervioso central y autónomo. Es decir que la depresión afecta al cuerpo en su totalidad. Creo que hoy la depresión no puede ser vista como una enfermedad sólo cerebral, sino que es una enfermedad multisistémica. Yo la defino como la patología de la pérdida de los mecanismos adaptativos u homeostáticos normales. Es una enfermedad que comienza o termina en la neurona, sabemos que la compromete, pero no se limita sólo a la neurona, ni a la glía, ni a los circuitos cerebrales. Llega a ser neurotóxica y neurodegenerativa en su progreso, pero es incapacitante desde el inicio, debido a la minusvalía que produce en el cuerpo en su totalidad.  Las alteraciones neuroquímicas y neuroendócrinas son muy conocidas pero las alteraciones sistémicas son centrales en esta neoconceptualización de la depresión como enfermedad sistémica. Tanto en  el estrés crónico como en la depresión, la hiperactividad del eje adrenal y el aumento del tono simpático produce una reactividad alterada a los estresores que va a  conllevar alteraciones mucho más allá de las psiquiátricas:

 

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