Contagio de Hepatitis C | 16 MAY 07

España: anestesista condenado a 2000 años de prisión

El anestesista Maeso, condenado a 1.933 años por contagiar a 275 pacientes la hepatitis C.

La Audiencia de Valencia declara a la Consejería de Sanidad responsable civil subsidiaria "de todas las indemnizaciones".

El anestesista Juan Maeso Vélez ha sido condenado a 1.933 años de prisión, de los que cumplirá un máximo de 20 años fijado por ley, por contagiar el virus de la hepatitis C a 275 pacientes intervenidos quirúrgicamente en cuatro hospitales de Valencia entre los años 1988 y 1997. El fallo considera al acusado autor de 275 delitos de lesiones y cuatro de homididio imprudente. En la esperada sentencia, hecha pública esta mañana, el tribunal le condena a compensar con casi un millón de euros a los afectados y declara a la Consejería de Sanidad responsable civil subsidiaria. El abogado de Maeso ha anunciado que recurrirá el fallo. En el fallo del proceso, que arrancó en septiembre de 2005, la Sección Segunda de la Audiencia de Valencia considera al acusado autor de 275 delitos de lesiones -penados con siete años de cárcel cada uno- y cuatro delitos de homicidio imprudente -con dos años de cárcel-, y recuerda que el máximo tiempo de cumplimiento de condena es de 20 años.

El tribunal le condena además a compensar con cerca de un millón de euros a los afectados, y declara la responsabilidad civil subsidiaria "de todas las indemnizaciones" a la Consejería de Sanidad. Las indemnizaciones oscilan entre los 49.065 euros para la viuda e hijos de un afectado, 150.000 a los herederos de cada uno de cuatro afectados fallecidos y cantidades globales de 60.000, 75.0000, 90.000 y 120.000 para determinados grupos de víctimas.

Satisfacción entre las víctimas

El fallo le absuelve no obstante de otros delitos contra la salud pública y de homicio y lesiones imprudentes de los que estaba acusado. La sentencia, que también le condena a sufragar las costas del procedimiento, ha sido alcanzada por unanimidad ha sido leída públicamente en el salón de actos de la Ciudad de la Justicia de Valencia en presencia de afectados y abogados. La Unión de Consumidores de la Comunidad Valenciana, como asociación que representa a 18 ciudadanos afectados, considera positiva la condena.

Además, destaca que condenar a las aseguradoras y establecer como responsable subsidiaria a la Generalitat Valenciana "garantiza el cobro de las indemnizaciones a los afectados". Sin embargo, el abogado de la Unión de Consumidores de la Comunidad Valenciana, Ernesto Hernández Barquero, subraya que las indemnizaciones estarán por debajo de las cantidades solicitadas para los afectados.

La presidenta de la asociación El Defensor del Paciente, Carmen Flores, ha expresado también su satisfacción. En una nota de prensa, Flores se congratula por esta decisión judicial y recorda que el caso fue denunciado y sacado a la luz en su día por la asociación El Defensor del Paciente.

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El Mundo


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Casi 2.000 años de prisión para el anestesista Maeso por los contagios masivos de hepatitis C

Tendrá que compensar además con cerca de un millón de euros a los afectados
El tribunal declara responsable subsidiaria a la Consejería de Sanidad

VALENCIA.- El anestesista Juan Maeso ha sido condenado a 1.933 años de prisión por contagiar la hepatitis C a 275 pacientes en cuatro hospitales de Valencia entre los años 1988 y 1997.

En una sentencia hecha pública este martes, la Sección Segunda de la Audiencia de Valencia considera al acusado autor de 275 delitos de lesiones y cuatro delitos de homicidio imprudente, y recuerda que el máximo tiempo de cumplimiento de condena es de 20 años.

El tribunal le condena además a compensar con cerca de un millón de euros a los afectados, y declara la responsabilidad civil subsidiaria "de todas las indemnizaciones" a la Consejería de Sanidad valenciana.

La sentencia llega casi 20 años después de que se produjeran las primeras transmisiones del virus, registradas en 1988. El conocido popularmente como 'caso Maeso' se destapó 10 años después, en marzo de 1998, al conocerse que un grupo de personas intervenidas quirúrgicamente en diferentes hospitales de Valencia, tenía el virus de la hepatitis C.

Las hipótesis eran confusas, sobre todo para los que descubrieron ser portadores de un virus cuya existencia hasta el momento desconocían, pero las investigaciones de las autoridades autonómicas encontraron un nexo entre los afectados: el doctor Juan Maeso, el anestesista que los atendió durante su intervención.

Un proceso enormemente complejo

La complejidad de las pruebas —análisis genéticos y epidemiológicos, entre las más simples—, la demora de los diferentes pasos del proceso —debido en parte al gran número de partes personadas—, y los continuos recursos a las diferentes resoluciones judiciales prolongaron la instrucción durante más de siete años, en los que se formó un sumario compuesto por 22.000 folios divididos en 37 tomos.

La sentencia llega casi 20 años después de que se produjeran las primeras transmisiones del virus

Finalmente, la vista oral contra el anestesista comenzó el 12 de septiembre de 2005 y finalizó el pasado 26 de febrero, tras la declaración de más de 600 testigos, entre afectados, médicos, directivos de los hospitales en los que se detectó el contagio, así como diferentes cargos políticos de la Conselleria de Sanidad.

El juicio empezó con la declaración del único acusado, para quien el fiscal pidió una pena de 2.214 años de prisión, y que declaró ante el tribunal desconocer si padecía el virus y negó ser consumidor de opiáceos y haberse inyectado anestésico con la misma aguja que empleaba después para los pacientes.

En la vista, que requirió la habilitación de una sala especial de 700 metros cuadrados, intervinieron casi un centenar de peritos, entre los que se encuentran dos expertos en genética, quienes se encargaron de analizar el virus de los 275 pacientes afectados, y aseguraron que la única fuente del brote que pasó todos los filtros es la correspondiente al anestesista.

Utilizaba la misma aguja

En las conclusiones, el ministerio fiscal aseguró que Maeso era el autor del contagio masivo de hepatitis C en varios hospitales valencianos, donde dejó un "rastro de virus" que transmitió a los afectados al sedarles con la misma aguja que utilizaba para inyectarse sustancias opiáceas.

El abogado de Maeso ha anunciado su intención de presentar un recurso de casación ante el Supremo

Por su parte, la defensa denunció que "únicamente" se investigaron los casos relacionados con el acusado y consideró que el informe genético realizado por los peritos es "tan parcial" que no puede ser tenido en cuenta, por lo que pidió su absolución y solicitó al tribunal que no ceda a la "exigencia social" de condenar al procesado.

El tribunal ha hecho pública su deliberación y ha condenado a Maeso, por unanimidad de sus tres magistrados, a 1.933 años de prisión como autor de 275 delitos de lesiones y cuatro delitos de homicidio imprudente.

No obstante, el proceso judicial no ha concluido aún, ya que el letrado del anestesista, Francisco Davó, ha anunciado ya su intención de presentar un recurso de casación ante el Tribunal Supremo


LOS APESTADOS DEL ANESTESISTA

Hace siete años una noticia aterró a los enfermos que habían pasado por un quirófano: un médico había contagiado su hepatitis C a cientos de personas. Ocho de las 276 víctimas del valenciano Maeso lo «juzgan» un día antes de la vista 
 
SIN FUTURO. "Lo dramático es que muchos de los infectados de hepatitis C no saben que van a morir", dice Amparo, presidenta de la asociación. / VICENT BOSCH
«Mi marido está muy mal. No hay nada que hacer. Ya no se le puede practicar ninguna clase de trasplante y todas las operaciones se le han complicado con grandes hemorragias». A Vicente Chaves, enfermo de hepatitis C durante ocho años, apenas le queda aliento.En junio de 2005, tras la última revisión, los médicos le dieron tres meses de vida. El plazo ya ha expirado y ahora Vicente aguanta sus últimas horas en su piso familiar de Algemesí, en Valencia.Su mujer e hijos creen que agoniza. El hombre apenas se mueve, ya no habla ni es capaz de gesticular. Sólo las palabras desgarradas de su esposa rompen el silencio de la habitación.

«El virus de mi marido es hijo del que tiene el famoso anestesista», se lamenta entre lágrimas Ana María Toril. «Él le dio a Vicente el veneno de la muerte». Ese él no es otro que Juan Maeso Vélez, el médico sobre quien se han puesto todas las miradas, el único acusado por el contagio masivo a 276 pacientes del virus de la hepatitis C, una enfermedad crónica y degenerativa. Las vistas contra el anestesista se iniciarán mañana en la Ciudad de la Justicia de Valencia durante un macrojuicio que reunirá a 111 procuradores y a 157 abogados.

Es la historia de 276 vidas rotas, escrita en los 35.000 folios (32 tomos) de un sumario cuyo juicio, según los abogados, podría durar un año entero. Será el segundo litigio de mayor envergadura en la historia de la Comunidad Valenciana, después del caso de los damnificados por la rotura de la presa de Tous.

Pero antes de ponerse en pie este escenario, que espera cumplir las tablas de la Ley, las familias de los afectados ya cargan las culpas sobre el anestesista. Muchos de ellos lo condenan por haber «arruinado sus vidas». Por el momento, de los 276 afectados han muerto 22 por la edad avanzada y cuatro a causa de la enfermedad.Las cantidades barajadas como indemnización, 180.000 euros por cada infección y 360.000 por fallecimiento, tampoco satisfacen a los contagiados. «El dinero jamás repara el daño cometido», esgrime Isabel Sanchís, otra de las afectadas.

En la casa de los Chaves no hay día sin dolor. La esposa de Vicente todavía no se explica la situación terminal que ha alcanzado su marido después de ocho años de calvario conviviendo con la hepatitis C. Recuerda que la medicación no le funcionó como se esperaba. «Siempre ha tenido 40 de fiebre», explica Ana María.«Y como el hígado lo tenía tan mal, en principio estuvo 11 días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) donde le diagnosticaron un cáncer de colon engendrado después de contraer la hepatitis».

La mujer mira al cielo y evoca otros momentos que ha sufrido en compañía de su hombre bajo el peso de la angustia. Lamenta que el ser más querido haya arrastrado otro tipo de enfermedades o indisposiciones por culpa del virus que supuestamente le contagió el famoso anestesista. «Vicente ha padecido grandes diarreas a consecuencia del mal estado de su hígado», advierte Ana María.«Ahora el médico viene cada día a visitarlo».

Vicente estaba empleado en Telefónica, pero tuvo que dejar el trabajo después de haber contraído el virus. A partir de entonces apenas se man

 

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