Prevención | 15 FEB 06

Mitos y verdades de la higiene sexual

Resultados contraproducentes de la higiene vaginal interna.
Fuente: La Voz del Interior 

A lo largo de una década, un equipo de investigadores del Programa Internacional de Investigación y Formación sobre sida de la Universidad de Washington habló con más de mil trabajadoras sexuales como parte de su estudio sobre factores de riesgo en la adquisición del virus del sida (VIH). Lo que hallaron fue que el lavado del interior de la vagina era una práctica muy extendida, ya que un tercio de las mujeres encuestadas en varios centros de salud lo practicaba de manera frecuente.

El estudio fue realizado en Kenia, y entre otras conclusiones halló que los lavados vaginales internos triplican el riesgo de contraer VIH, según se publicó en la revista especializada sobre Aids Journal. Este estudio asegura, además, que aquellas mujeres que utilizan detergentes para este tipo de lavados se exponen a un riesgo de contagio cuatro veces mayor.

Los datos surgidos de la investigación sugieren que un lavado vaginal interno vigoroso puede causar inflamación, lo cual aumenta el riesgo de infección. Esta forma de higiene es utilizada por mujeres que erróneamente creen que pueden apartar posibles infecciones mediante un lavado de la parte interior de la vagina, cuando en realidad la única manera de protección contra el virus del sida y contra otras enfermedades de transmisión sexual durante las relaciones es practicar el “sexo seguro”, mediante el uso del condón.

Defensa natural

Según explicó Diego Lange, de la Unidad Ginecológica del Hospital de Clínicas de Buenos Aires, “en una mujer que tiene una correcta función ovárica existe como mecanismo fisiológico normal de defensa de los gérmenes que están en contacto con la mucosa vaginal, un PH ácido, esto quiere decir que es un PH bajo que asegura una flora normal de la vagina, que actúa como una defensa natural de los gérmenes de ingreso a la misma. Este es el mecanismo normal por el cual la mujer se defiende de las infecciones”.

Esto significa que al cambiar el PH de la vagina a través de un lavado en su zona interna con una sustancia antiséptica se está modificando el mecanismo fisiológico de defensa.

Uno de los líderes de la investigación en Kenia, Scott McClelland, se refería al estudio realizado como el primero en demostrar fehacientemente “una asociación significativa entre el lavado vaginal y la adquisición del VIH”. No obstante, el experto argentino aclaró que “con ésta práctica se ven aumentados todos los riesgos de infecciones, el VIH es una de ellas pero también ocurre lo mismo con la sífilis, el HPV y la gonococcia, entre otras”.

 

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