La conjuntivitis viene esta temporada más brava y persistente que nunca.

Por compartir el agua de piletas de natación y por el descuido en la prevención, en el verano aumentan las consultas por conjuntivitis, la inflamación en la capa más externa del ojo. Pero esta temporada se da un fenómeno inusual. La infección está afectando en mayor cantidad no sólo a la conjuntiva del ojo, sino también a la córnea. Así la infección se padece por más tiempo: dura más de tres semanas.

"Seis de cada diez casos que consultan este verano por lagrimeos, hinchazón de los párpados, entre otros síntomas, resultan ser cuadros de queratoconjuntivitis, que es una infección ocular que afecta a la córnea y a la conjuntiva", afirmó Roberto Tarrab, jefe de sección infecciosas del Centro Privado de Ojos, en Capital.

En el Hospital Oftalmológico Santa Lucía, se registró esta temporada un aumento del 30 por ciento de los casos de estas infecciones oculares.

En tanto, desde el servicio de oftalmología del Hospital Alemán, Marina Petersen también confirmó que "están subiendo los casos de personas que tienen queratoconjuntivitis".

El desorden se debe, según Petersen, a que está circulando en el país una cepa de un adenovirus que es más virulenta que la de otras temporadas.

Según Pablo Daponte, del Consejo Oftalmológico Argentino, los cambios frecuentes de temperatura de este verano han hecho que la gente tenga más bajas las defensas y que contraiga la infección. "Muchos de los casos se presentan acompañados de infecciones en los oídos y en la nariz. Por eso, los pacientes pueden padecer decaimiento y fiebre a la vez", agregó.

Mientras que una conjuntivitis común suele durar entre siete y diez días, la queratoconjuntivitis se padece entre tres semanas y un mes, y sus secuelas pueden persistir por dos años.

No se puede hablar de una epidemia, pero sí de que los casos de queratoconjuntivitis son más frecuentes.

Entre sus secuelas figuran ciertas opacid