Según su percepción, ¿cuál es la información que están requiriendo los médicos clínicos?
Nosotros -en el BMJ Publishing Group- percibimos que lo que los médicos buscan es información que responda a preguntas clínicas. Aquella cuyo foco esté puesto en el paciente: en su mortalidad, su morbilidad, su calidad de vida, más que en resultados de laboratorio que no siempre se correlacionan con los desenlaces clínicos.
Otro punto fundamental es que la información esté siempre actualizada, porque uno de los pilares de la medicina dice que no debemos causar daño, y para ello hay que saber qué efectos tienen nuestras intervenciones: riesgos y beneficios. Es por ello que la información debe reflejar los avances científicos en forma rápida. Finalmente, esta información debe contestar preguntas complejas -no sólo las del paciente promedio, sino las de la persona que uno tiene enfrente, que puede tener una situación más compleja o particular-.
¿Y cuál le parece que es, en la actualidad, el soporte adecuado para equilibrar comodidad y actualización permanente?
Creemos que es fundamental llegar al profesional con el "empaque" apropiado para cada circunstancia. Si éste tiene un interrogante respecto de un paciente que tiene enfrente, necesita la respuesta en quince segundos. En cambio, si quiere aprender más sobre un tema, necesita mayor profundización.
¿Esto depende de la tecnología que tenga a su disposición?
Su pregunta parte del supuesto de que la información más rápida se obtiene de internet, pero eso no es siempre cierto. A veces surge de un libro: si está a mano se puede consultar en quince segundos y, si la información está resumida y sintetizada, mejor. Por supuesto, el libro debe estar muy bien indizado para ofrecer una respuesta muy rápida a la pregunta concreta, además de ofrecer mayor profundización si es eso lo que busca el profesional. Así se puede obtener información que vaya de lo general al detalle.
Pero frente a la irrupción de internet, la sensación es que los libros quedaron desactualizados...
Es cierto que los libros se desactualizan rápidamente. Pero cuando hablo de libros, me refiero a publicaciones vivas que se van actualizando electrónicamente mes a mes, y se imprimen en papel porque sabemos que es así como a los profesionales les sigue gustando leer.