Diagnóstico
La endoscopía es el principal método diagnóstico para esta entidad y resulta superior a los estudios radiológicos con medio de contraste . Durante el procedimiento se valora la forma, coloración, movilidad y distensibilidad, factores que se alteran según el grado de inflamación de la mucosa.
Lo primero que se nota es el cambio en la coloración, misma que se torna hiperémica leve a rojo intenso, con edema, congestión y erosiones superficiales o profundas. No es raro que las erosiones se observen lineales, de predominio en cuerpo y antro y puntilleo hemorrágico generalizado; este último es más severo en el fondo.
Si hay lesiones ulceradas de superficiales a profundas, éstas son múltiples y de tamaño variable, frecuentemente se localizan en antro y condicionan hemorragia que, en ocasiones, conducen a la muerte del paciente (en 10 por ciento de los casos).(1,2,4,5,10,11,12)
Tratamiento
No hay un solo producto totalmente eficaz para tratar a estos pacientes; existen diversos fármacos que, en teoría, serían idóneos, sin embargo, sus efectos secundarios deben hacer reflexionar sobre su uso, especialmente por las numerosas variantes que pueden coexistir en un mismo paciente.
Sería lógico pensar que si la barrera mucosa está alterada y se emplea sucralfato (sal básica del aluminio del octasulfato de sacarosa que protege la mucosa, cuyo mecanismo de acción no se conoce exactamente pero que se cree estimula la producción de prostaglandinas) se resolvería por completo el problema, ya que esta sal es útil en el manejo de úlceras gástricas y duodenales.
No obstante, administrada de manera crónica en úlceras por AINE’s no ha demostrado gran eficacia. La dosis recomendada es de un gramo una hora antes de cada alimento y un gramo más al acostarse.
Las prostaglandinas estimulan las propiedades de defensa de la mucosa gástrica
Comentarios
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