Durante la primera mañana del Congreso se desarrollaron las cirugías transmitidas en vivo. ¿Cómo resultó la experiencia?
La experiencia fue ampliamente positiva. Se realizaron cirugías nuevas como la cirugía de SAFYRE, que es un procedimiento reajustable diseñado en Sudamérica - a cargo del Dr. Markus Eberhard de Suiza-, estuvo muy bien hecha, demoraron muy poco tiempo y el postoperatorio es muy satisfactorio; la cirugía del REMEEX -que también es un procedimiento reajustable porque se puede ajustar en caso de que uno no tenga el éxito esperado en cuanto a la continencia en el postoperatorio- lo realizó el Dr. Sousa Escandon, de España. Se hizo un procedimiento de Transobturador con sling (una malla) que se pasa a través del agujero obturatriz y se coloca por debajo de la uretra (a cargo del Dr. Willy Davila que trabaja en la Cleveland Clinic de Florida, Miami); el TVT, bastante conocido hasta el momento, lo hizo el Dr. Carl Gustaff Nilsson de Finlandia, quien tiene una experiencia de casi dos mil casos de manera que sus datos son confiables y finalmente se operó un prolapso de cúpula vaginal donde se colocó una malla suspendiendo la cúpula (lo realizó el Dr. Peter Dwyer, Presidente de la Sociedad Internacional de Uroginecología).
¿Estas nuevas técnicas se utilizan en los mismos casos o habrá que definirlas según los pacientes?
Bueno, como decíamos durante la discusión la incontinencia urinaria no es una enfermedad, es un síntoma. De modo que no tiene un tratamiento específico. Lo más importante para poder diseñar un tratamiento es tener un adecuado diagnóstico. En este caso el diagnostico se hace con estudios urodinámicos.
Hay casos de incontinencia de orina al esfuerzo; otros de pérdida de orina por contracción anormal de la vejiga, a veces con sensibilidad de urgencia miccional. Esos casos tienen, por lo general, tratamiento médico no quirúrgico: con drogas y rehabilitación la paciente puede tener una calidad de vida adecuada.
En las otras variantes de incontinencia urinaria, por rebosamiento (la vejiga no se contrae bien y retiene orina y no la puede eliminar y rebalsa) es necesaria la intervención.
La idea de este Congreso fue tratar varias anormalidades ya sea anatómicas (hernias del aparato genital o prolapso genital), acompañadas o no de la lesión funcional que es la incontinencia urinaria. Ahora bien, ¿cúando se complica la incontinencia? Cuando hay casos mixtos: cuando se unen la incontinencia al esfuerzo y la urgencia miccional. En esos casos hay que definir bien cual es prioritaria.
¿Cuáles fueron los aportes del Congreso a esta discusión?
Han venido especialistas de todo el mundo y se presentaron experiencias en distintos métodos para corregir o modificar los efectos de esta alteración. También se presentaron controversias en Obstetricia (el tema central fue la necesidad o no de realizar episiotomía), las mejores opciones para el tratamiento quirúrgico del prolapso de cúpula vaginal y en sesiones interactivas se habló sobre síndrome de vejiga dolorosa y cistitis intersticial. También hubo sesiones de video y trabajos sobre el tratamiento no quirúrgico de la incontinencia urinaria; cirugía en pacientes de edad avanzada, todo esto en el marco de un temario muy extenso.
¿Cuál es la prevalencia de la incontinencia urinaria?
Es muy difícil hablar de prevalencia, porque para ello es necesario tener una definición exacta y, si bien hay una definición propuesta por la Sociedad Internacional de la Continencia, no se trata de una definición exacta. No obstante ello, en otros lugares del mundo -y en nuestro país no parece ser diferente- la prevalencia de la incontinencia urinaria oscila entre el 15 y el 25 por ciento, lógicamente dependiendo de la edad. Si vamos a un geriátrico, encontraremos un 50% de incidencia y si vamos a un colegio, un número mucho menor. Se piensa que hay más de 200 millones de mujeres con incontinencia en el mundo pero se sabe que de cada 5 mujeres enfermas, 4 no consultan.
Ya que se trata de una enfermedad cuyo tratamiento no es habitual, ¿deberían hacerse campañas públicas para estimular la consulta?
Sí, porque es una enfermedad que puede tratarse y curarse ya sea mediante tratamientos no invasivos o, de ser necesarios, procedimientos quirúrgicos.
* Profesor Titular Consulto del Departamento de Tocoginecologíaq de la Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires; miembro de Honor del American College Obstetricians and Ginecologists (ACOG).