Adicciones

Aspectos legales del consumo de drogas

Un recorrido sobre los conceptos en que se fundamenta la ley.

Autor/a: Ana Lía Kornblit

Indice
1. Primeras reflexiones
2. La ley argentina y sus fundamentos
3. Rol del estado
4. Bibliografía

A la hora de replantear la reflexión sobre los aspectos legales del consumo de drogas un tema a tener en cuenta es que no se define qué se entiende por "droga", salvo lo que las autoridades competentes decidan calificar como tal. No se toman en cuenta los criterios que la Organización Mundial de la Salud (OMS) había propuesto como indicadores para definir qué es una droga: toxicidad, tolerancia, síndrome de abstinente y riesgo social.

En realidad hubiera sido muy difícil, apoyándose en esos indicadores, prohibir la marihuana y el LSD, dejando afuera al alcohol y la nicotina, por ejemplo.

Una persona puede embotarse con fármacos, siempre que le hayan sido recetados. En ese caso sólo los estará usando. Pero no puede probar ocasionalmente sustancias que son menos tóxicas, porque en ese caso estará abusando de las drogas, y podrá ser penalizada (Aureano, 2001).

Un concepto que circula con mucha fuerza en relación con el consumo de drogas es el de la escalada, que supone que el consumo se inicia por drogas llamadas blandas y prosigue con el de drogas llamadas "duras" o "pesadas" (cocaína, opiáceos, psicofármacos). Esta aseveración parte de la indagación a los usuarios de estas últimas drogas sobre cuál fue la droga con la que iniciaron el consumo, lo cual deja sin tomar en cuenta a los tal vez muchos usuarios que comenzaron usando drogas blandas y no prosiguieron hacia el consumo de otras drogas.

Entre la amplia gama de personas que se dedican a la rehabilitación o a la terapia de consumidores de drogas (entre los que se cuentan psiquiatras y psicólogos, pero también predicadores, y ex-adictos), prevalece una visión desesperanzada del consumo de drogas, basada en supuestos que niegan a los pacientes las dos principales características de los ciudadanos en un régimen democrático: la racionalidad y la autonomía. Se sospecha que estos atributos se pierden bajo los efectos de las drogas, por lo que deben ser otras personas -los que se hacen cargo de los adictos- los que deben decidir por ellos.

Para sorpresa de quienes tratan a los adictos como incapaces, los usuarios adoptan conductas responsables cuando disponen de los medios para ello, como ocurre en los programas de reducción de daños.

Holanda es un país pionero en este tipo de programas. En ese país, las asociaciones de usuarios de drogas por vía endovenosa lucharon, a principios de la década del 80, por conseguir la promoción de medidas para controlar el riesgo de contagio de las hepatitis. Para alentar a las personas que consumen drogas a hacerlo del modo menos riesgoso posible, se instrumentaron una serie de medidas para alejar a los usuarios del mercado negro. Además, se apunta también a la inserción social de los adictos, reduciendo la estigmatización. El término clave que se emplea para esto es "normalisatie", que supone la aceptación social de las diferencias, tratando de que se considere "normal" la existencia de personas y grupos con costumbres particulares. Se apuesta a trabajar con un nivel social de tolerancia alto y se discute sobre cuáles son los límites a la libertad individual. Se trata a los adictos como personas responsables de sus actos. Se delimita la tenencia para uso personal y para tráfico, se despenaliza la tenencia para uso personal, las drogas blandas se pueden comprar legalmente, se analizan gratuitamente las drogas compradas en la calle, como el éxtasis, se trabaja en una red asistencial integrada, se proveen jeringas, preservativos y equipos de desinfección.