Higiene de las manos y el ambiente

Los hospitales limpios pueden reducir la resistencia a los ATB y salvar vidas

La higiene adecuada de las manos en el trabajo clínico es la piedra angular de la seguridad del paciente

Un nuevo artículo en Evolution, Medicine, and Public Health, publicado por Oxford University Press, indica que la resistencia a los antibióticos puede resultar de malas prácticas de higiene en hospitales u otras instalaciones médicas.

La higiene adecuada de las manos en el trabajo clínico es la piedra angular de la seguridad del paciente, pero el cumplimiento sigue siendo deficiente. Esto es a pesar de que la higiene de manos es simple, segura y económica. Los antibióticos salvan vidas y hacen posible gran parte de la medicina moderna. Pero las bacterias que desarrollan resistencia para que los antibióticos ya no las eliminen amenazan esos logros médicos, particularmente cuando se propagan de pacientes en entornos de atención médica.

Cuando un paciente toma antibióticos, eso inhibe cualquier bacteria sensible a los medicamentos en el cuerpo. Si ese paciente porta bacterias resistentes a los antibióticos, ese es un entorno en el que pueden prosperar. La buena higiene, tanto en la atención de la salud como en la comunidad, es fundamental para el control de infecciones. Esto es bien conocido. Pero lo que está menos claro es cómo la higiene (u otras medidas de control de transmisión) afecta la evolución de la resistencia a los antibióticos.

Los investigadores abordaron aquí si la higiene debilita el efecto de la presión de los antibióticos sobre la evolución de la resistencia. Los autores primero desarrollaron un modelo matemático de resistencia para predecir cómo una buena o mala higiene podría afectar la rapidez con que las bacterias resistentes aumentan en abundancia debido al tratamiento con antibióticos.

Luego probaron este modelo contra la información de resistencia a los antibióticos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades. Los datos recopilados en 691 centros de atención a largo plazo en 19 países europeos en 2013 sugieren que este es el caso. Los países donde el personal de dichas instalaciones hizo un mejor uso de los desinfectantes para manos a base de alcohol vieron un menor enriquecimiento de bacterias resistentes a los antibióticos, en este caso bacterias E. coli resistentes, para su uso de antibióticos.

Esto indica que el personal que mantiene limpios los hospitales y otras instalaciones, como hogares de ancianos, utilizando capacitación y procedimientos, evitará que los pacientes adquieran bacterias resistentes de otros y, por lo tanto, evitará las amplificaciones explosivas que aceleran la propagación de enfermedades resistentes a los medicamentos.

“La higiene en el cuidado de la salud es la piedra angular de la buena práctica clínica”, dijo el autor principal del artículo, Kristofer Wollein Waldetoft.

“También es clave para el manejo de la resistencia a los antibióticos al proteger a los pacientes de la adquisición de cepas resistentes. La importancia de la higiene, especialmente la higiene de las manos, es muy apreciada por los profesionales de la salud, pero, no obstante, se ha demostrado que el cumplimiento es deficiente. Por lo tanto, existe la oportunidad de mejorar este aspecto importante, pero simple, del manejo de la resistencia”.