Entrevista al Dr. Oscar Lazzuri | 26 DIC 22

“Debemos entender que el maltrato infantil es un problema de salud pública”

El médico pediatra cordobés afirma que los efectos del maltrato en niños se ven a largo plazo. No silenciar el tema para evitar que se invisibilice es el primer paso.
Autor/a: Oscar Lazzuri 

Los niños, niñas y adolescentes (NNyA) víctimas del Síndrome del Maltato Infantil (SMI) o Injuria no accidental conviven con esta problemática durante años, atormentados por lo vivido y aterrados por la repetición de los hechos. El recuerdo se entromete una y otra vez como una serie de escenas estremecedoras retrospectivas que alteran la “normalidad” de sus vidas, al aumentar la carga alostática, modificar los mecanismos adaptativos psicobiologicos y  buscar a través del silencio un modo adaptable para la subsistencia. Sus efectos se ven en el largo plazo, cuando sean adultos, momento en que pueden reproducir modelos o ser infelices con sus parejas o con las relaciones interpersonales.

El maltrato infantil corre el riesgo de estar invisibilizado, ya que las víctimas evitan la comunicación de los hechos que los aquejan y viven en un círculo vicioso perjudicial.

A la vez, se suele ver que las familias violentas tratan de mantener un “pacto de silencio” al prohibir las visitas y las salidas de NNyA, con el fin de que no se pueda vislumbrar el problema.

Las transgresiones de orden social como el abuso sexual son juzgadas como repulsivas o chocantes por la sociedad; por lo que en consecuencia se silencian  para  pasarlas  al olvido o  enrolarlas como temas “tabú”. Pero el acto de naturalizar y silenciar la problemática empeora la situación. En ese sentido, hay que presentarla en sociedad, porque no tomar medidas se vincula con la inacción.

Con el fin de asistir y visibilizar el Síndrome de Maltrato Infantil, en la década de 1980 un grupo de entusiastas se juntaron para realizar intervenciones sobre niños maltratados en el viejo edificio del Hospital de Niños de la Santísima Trinidad.  Unos pocos profesionales agrupados en las disciplinas de trabajo social, psicología y médicos pediatras visitaban salas de internación, asombrados e impactados a la vez frente a cada niño con lesiones físicas infringidas,  interactuaban con pediatras que los atendían con el fin de buscar la mejor forma de asistirlos integralmente.

Esos fueron los comienzos de lo que en 2003, por disposición de la dirección hospitalaria de aquella época se instituyó el Comité de Maltrato Infantojuvenil, con funciones no solo de asesoramiento sino también de asistencia, docencia e investigación. Coordinado por la licenciada en trabajo social Alicia Zamarbide, se incorporaron dos psicólogas  con dedicación full time (Licenciadas María Soledad Montes y Josefina Revol) y dos médicos pediatras con dedicación part time (Dra. Marcela Ferreyra y Dr. Oscar Lazzuri) para atender la demanda que se recibía desde las propias consultas hospitalarias en las áreas de emergencias, ambulatorias y salas de internación; así como de derivaciones procedentes de centros de referencias municipales, provinciales,  o en menor medida de efectores privados o consultas espontáneas.

A medida que avanzábamos en nuestro trabajo, la casuística aumentaba: llegamos a tener entre 115 y 120 pacientes por año en nuestro hospital, lo que da un promedio de entre 8 a 10 pacientes por mes, aunque con variantes entre períodos. Por ejemplo, crecen en época escolar, porque los y las docentes son nuestros aliados en detectar lesiones o quejas y nos derivan a los NNyA.

Sustentados en el concepto de violencia infantojuvenil, todo el equipo pasó a tener una nueva denominación institucional. Desde hace tres años se llama Unidad Interdisciplinar de Atención a la Violencia Infantil (UIAVI). Esta reasignación no cambió la esencia ni la misión de todo lo trabajado; solo permitió estar en vanguardia con las nuevas calificaciones de violencia definidas por la Organización Mundial de la Salud.

Como todo grupo humano, tenemos que sortear desafíos. La renuncia de las dos profesionales de psicología dejó el plan de trabajo que durante años veníamos realizando como  equipo interdisciplinar, lo cual obligó a buscar soluciones internas compensatorias, apelar a la resiliencia y proseguir con los recursos existentes.

¿Qué hacemos?

• Asistencia integral de todas las modalidades de Maltrato Infantojuvenil (físico-abuso sexual-prenatal-emocional-negligencia-institucional-vinculados a los medios tecnológicos).

• Capacitación de profesionales de la institución y de otros sectores sociales y de salud.

• Relevamiento estadístico de casos asistidos.

• Testimoniales en organismos de aplicación de ley.

• Asistencia como peritos de oficio ante citación de fiscalías o cámaras del crimen de pendientes del Ministerio Público Fiscal de Córdoba Capital.

• Asesoramiento telefónico o presencial de profesionales de áreas de educación y salud para enfoque sistemático de los casos.

• Meta-análisis y revisión sistemática de casos asistidos.

 

¿Cómo lo hacemos?

Planteado el diagnostico presuntivo o certero de Injuria no accidental (denominación actual del  Síndrome de Maltrato infantil), se interna al NNyA con el fin de cumplir el protocolo institucional de abordaje, salvo que la valoración pediátrica inicial determine que existen elementos familiares protectores o cristalizadores que no expongan al niño a nuevas revictimizaciones.

 

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