La cirugía es mejor para prevenir amputaciones en ciertas personas con mala circulación en las piernas.
Aspectos destacados de investigación:
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La EAP se produce cuando las arterias que transportan la sangre desde el corazón hasta la cabeza, los brazos, las piernas y los pies se estrechan debido a la acumulación de placa grasa. Afecta a más de 200 millones de personas en todo el mundo, y su prevalencia está aumentando porque las personas viven más tiempo y más personas tienen diabetes tipo 2, un factor de riesgo importante para la EAP. La acumulación de arterias produce isquemia, o flujo sanguíneo deficiente, a las piernas y los pies. Las personas con EAP grave pueden desarrollar isquemia crónica que amenaza las extremidades (CLTI, por sus siglas en inglés), lo que conduce a un alto riesgo de amputación de las extremidades y causa dolor incluso en reposo, heridas o ulceraciones que no cicatrizan y daños en los tejidos del pie y la pierna.
La reapertura o la derivación de las arterias bloqueadas, también llamada revascularización, es imperativa para las personas con CLTI; sin tratamiento, el 20-40% de las personas con CLTI corren el riesgo de sufrir una amputación importante de la pierna. El riesgo de muerte también aumenta para las personas con CLTI que no reciben el tratamiento adecuado.
CLTI se trata con cirugía de derivación, que crea un pasaje alrededor de las arterias bloqueadas utilizando la vena de la pierna del paciente o un vaso sanguíneo artificial, o un procedimiento endovascular mínimamente invasivo, como la angioplastia y la colocación de stent. En este procedimiento, se inserta un catéter delgado con un globo en la punta en la obstrucción para ensancharla y se coloca un stent para mantener abierta la arteria.
Sin embargo, los autores del estudio señalan que, si bien ambos procedimientos se consideran el estándar de atención, hay pocos datos u orientación sobre qué procedimiento de revascularización es mejor para estos pacientes. Una declaración científica de la American Heart Association de 2021 destacó la necesidad de realizar más estudios que comparen el tratamiento quirúrgico con el endovascular para la PAD y la CLTI.
"La preferencia del procedimiento puede variar según la institución y el profesional de la salud según la experiencia y la capacitación, o la disponibilidad de tecnología", dijo el investigador principal Alik Farber, M.D., M.B.A., director médico asociado de servicios quirúrgicos y jefe de la división de cirugía vascular y cirugía endovascular en el Boston Medical Center. “A medida que las técnicas mínimamente invasivas estuvieron más disponibles hace dos décadas, hubo una tendencia hacia menos cirugías de derivación. Sin embargo, no está claro qué es lo mejor para las personas con isquemia crónica que amenaza las extremidades en quienes hay mucho en juego".
El ensayo Best Endovascular versus Best Surgical Therapy for Patients with Chronic Limb Threatening Ischemia (BEST-CLI) inscribió a 1830 personas con CLTI en 150 centros en los EE. UU., Canadá, Italia, Finlandia y Nueva Zelanda a partir de 2014. Los investigadores compararon la clínica, la seguridad, calidad de vida y resultados de costos entre los que se sometieron a cirugía de derivación y los que recibieron tratamiento endovascular. El estudio tuvo como objetivo aclarar el papel apropiado de ambas estrategias de tratamiento para determinar un estándar basado en evidencia para esta población de pacientes.
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