La Casa Blanca confirmó que, para el 12 de mayo, más de un millón de personas murieron en EE. UU. a causa del coronavirus, por lo que el presidente Joe Biden llamó a no bajar la guardia, a testear y vacunar a la población y tratar a los contagiados.
"Hoy alcanzamos un trágico hito: un millón de vidas estadounidenses perdidas por el COVID-19", dijo el primer mandatario en un comunicado, en coincidencia con un nuevo aumento de casos diarios, registrados en su país desde hace un mes.
El incremento ocurre en un contexto en el que el barbijo dejó de ser obligatorio, aunque se aconseja su uso en interiores, y en el que una cuarta dosis de la vacuna está disponible solo para mayores de 50 años.
"Un millón de sillas vacías en torno a la mesa. Cada una de ellas es una pérdida irreemplazable. Cada una deja detrás una familia, una comunidad y una nación cambiada para siempre a causa de esta pandemia", dijo el mandatario estadounidense en declaraciones citadas por la agencia Europa Press.
El repunte de los contagios se debe a subvariantes de Ómicron, más transmisibles que las precedentes, en un país donde el 66% de la población está vacunada -90% en el caso de los mayores de 65 años-.
Desde el inicio de la pandemia, las cifras de los países miembros reunidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) dan un total de 5,4 millones de fallecidos por Covid-19 en estos dos años. Pero la OMS afirmó el jueves pasado que la pandemia provocó entre 13 y 17 millones de muertes en el mundo, de enero de 2020 a diciembre de 2021. Esto es el triple del total de los balances oficiales, mostrando la devastación de la peor pandemia vivida en el planeta desde hace un siglo.