Originalmente, M. genitalium se aisló de muestras uretrales de pacientes con uretritis y desde entonces se ha demostrado que parasita las células epiteliales ciliadas del tracto genital y respiratorio humano. Este microorganismo está relacionado con el desarrollo de síndromes urogenitales en mujeres (flujo vaginal, dolor abdominal bajo, infertilidad y aborto espontáneo) y síndrome uretral en pacientes de sexo masculino (uretritis no gonocócica).
Epidemiología
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, se trata de una infección de transmisión sexual (ITS) más común que la gonorrea y la clamidiosis, pero más difícil de reconocer.
Un estudio realizado en Gran Bretaña indicó que afecta a 1% de la población mundial de entre 16 y 44 años de edad, aunque los expertos sostienen que es difícil tener una idea precisa de la prevalencia de M. genitalium. La profesora Catriona Bradshaw, del Centro de Salud Sexual de Melbourne, Australia, dijo que la prevalencia más alta estaba entre las personas de 20 años. Los expertos dicen que es más probable que la enfermedad afecte a los mismos grupos sexualmente activos que las ITS similares, pues se transmite a través de las prácticas vaginales, anales u orales.
Para obtener una mejor idea de cuán frecuente es la infección por M. genitalium, los expertos en salud quieren que se la considere una “enfermedad de declaración obligatoria”, lo que significa que los laboratorios clínicos deben informarla a los departamentos de salud estatales y territoriales.
Signos, síntomas y complicaciones
M. genitalium no suele mostrar síntomas, lo que significa que es posible tener la infección y no saberlo. La profesora Suzanne Garland del Royal Women’s Hospital de Melbourne explicó que las personas infectadas a menudo no presentan síntomas, pero que “los hombres y mujeres jóvenes sexualmente activos con diferentes parejas están en riesgo”.
Si bien algunos hombres no tienen síntomas importantes, otros pueden padecer disuria. Las mujeres también pueden estar asintomáticas, pero algunas sí reportan dispareunia y/o disuria. En cuanto a los factores de riesgo, para las parejas homosexuales y heterosexuales, son los mismos.
En las mujeres, esta bacteria puede localizarse en el aparato reproductor, tanto en la vagina, el cuello del útero y el endometrio, por lo que puede producir la siguiente sintomatología: dispareunia, disuria, dolor pélvico, vejiga inflamada, inflamación uretral, presencia de flujo vaginal con fuerte olor, dolor al caminar y hemorragia.
Se está investigando la relación entre M. genitalium y el embarazo ectópico, así como un causante potencial de infertilidad, ya que la infección puede derivar en una enfermedad inflamatoria pélvica. Además, los expertos dijeron que podría causar nacimiento prematuro en mujeres embarazadas infectadas por M. genitalium.
En los hombres, los síntomas son dolor testicular, prostatitis, uretritis, secreción uretral, potencial infertilidad, dolor e inflamación articular.
Diagnóstico
El diagnóstico de M. genitalium puede ser complicado, ya que puede confundirse con clamidiosis o gonorrea. Pueden realizarse exámenes de laboratorio en muestras de orina, secreciones uretrales en hombres y mujeres, de las secreciones del cuello uterino.
El cultivo de las muestras es realizado por pocos laboratorios y puede demorar hasta unos seis meses, pues estas bacterias son de crecimiento muy lento, lo que dificulta su cultivo en el laboratorio y su seguimiento a través de la realización de estudios fenotípicos.
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