La Biblioteca Bunge de la editorial española Letoli está compuesta por textos corregidos, revisados por el autor y, en su mayor parte, con nuevos prólogos escritos especialmente para esta edición. La reedición de las obras -muchas inhallables hasta ahora- del sabio Mario Bunge constituye un acontecimiento cultural extraordinario. Su pensamiento es hoy imprescindible para iluminar con inteligencia y claridad conceptual los tiempos oscuros donde el desvarío intelectual posmoderno y el prejuicio anticientífico ganan posiciones dentro y fuera de la Academia. Saludamos con admiración esta aventura de auténtico coraje intelectual.
Algunos de las obras publicadas
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Las iluminaciones de Mario Bunge y la medicina
*Por Dr. Daniel Flichtentrei
Mario Bunge es una de las figuras más relevantes del pensamiento del último siglo, un sabio que evoca a los grandes hombres del Renacimiento. Sus intereses polifacéticos y su metodología sistemática hacen de su obra un hito imprescindible para quien valore la cientificidad y considere a la razón como el logro más alto de la humanidad. La medicina no podía quedar excluida de su iluminadora reflexión.
El ejercicio de la medicina es múltiple y complejo. Como toda acción humana, su práctica no es autónoma sino que está emparentada con campos muy diversos del conocimiento, desde la economía y la política, hasta la ciencia y la filosofía. La perspectiva amplia y lúcida de Mario Bunge le ha dedicado numerosos artículos y un libro completo: Filosofía para médicos, Gedisa 2012. Los médicos tenemos mucho que aprender respecto de los supuestos básicos que fundan nuestra profesión y de los que, en general, no tenemos consciencia.
La obra de Bunge se inscribe en la perspectiva del materialismo sistémico emergentista, lo que aporta al abordaje de la salud y la enfermedad un marco teórico único por su amplitud y cientificidad. La consideración de los seres humanos como ocupando diversos niveles de organización: desde lo molecular a lo social es un punto de partida ineludible para una práctica que se ocupa de todos esos niveles.
Bunge propone dos tesis de interés para los médicos: “que la investigación biomédica exige filosofía, y que el ejercicio de la medicina se vuelve rutina tediosa sin una perspectiva filosófica”. Cualquiera sea el objeto que se estudia o se manipula es necesario ubicarlo en el sistema de sistemas que es el universo material; y al mismo tiempo ubicar a la disciplina que se practica en el sistema de las ideas contrastables. Hay que practicar el realismo que nos previene del riesgo del apriorismo y el sistemismo que nos resguarda de la fragmentación del conocimiento en parcelas imbuidas de una falsa –y muy peligrosa- sensación de autosuficiencia.
Afirma Mario Bunge que un médico aplica la filosofía aunque no lo sepa y lo sintetiza de un modo claro y contundente (ver cuadro).
Acciones | Filosofía |
El paciente es un ser humano | Realismo ontológico |
Busca ayuda que estoy dispuesto a darle. | Humanismo |
Pregunta ¿qué le pasa? | Realismo gnoseológico |
Verá qué puede hacer | Optimismo praxiológico |
Pondrá en duda todo. | Escepticismo metodológico |
Buscará signos a partir de los síntomas. | Materialismo |
No hay órgano aislado ni paciente en un vacío social | Sistemismo |
Formula conjeturas e hipótesis y prescribe tratamientos basados en pruebas | Cientificismo |
Rechaza | Visiones mágico religiosas, intuicionismo dogmático, empirismo ciego, escepticismo destructivo |
“Conocer antes que actuar” | Praxiología científica |
Bunge no solo hace explícitas las bases filosóficas del ejercicio de la medicina sino que nos alerta acerca de los riesgos de una práctica ciega a sus propios fundamentos.
“La medicina debe protegerse de las políticas delictivas y de las filosofías morbosas”
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La medicina no es una ciencia sino una práctica con fundamento científico, su objeto no es el conocimiento en sí, sino el padecimiento de las personas. No busca verdades, pero es científica porque emplea algunas de esas verdades para diseñar y evaluar sus intervenciones.
A lo largo de su obra Bunge deja muy en claro cuál es el propósito básico del trabajo médico así como contempla la enorme diversidad de los dos fenómenos básicos de los que se ocupa: la salud y la enfermedad. Reconocer la complejidad del objeto de estudio y su naturaleza multiestratificada es una actitud científica. Es en la propia definición de lo humano como ocupando estratos muy diversos donde el pensamiento de Bunge alerta al profesional acerca del peligro del reduccionismo ingenuo en cualquiera de sus formas. Por el contrario, nos ofrece una perspectiva sistémica donde la salud y la enfermedad son consideradas como propiedades emergentes cuyas características no pueden reducirse a las de sus componentes individuales.
Ninguna explicación biológica, por minuciosa que sea, puede dar cuenta de las complejidades del fenómeno de la enfermedad. Los determinantes sociales configuran tanto sus modos de presentación como su incidencia, prevalencia y las posibilidades reales de acceder a la asistencia o de sostener un tratamiento adecuado. Reconocer estas dimensiones forma parte del abordaje “científico” de la medicina contradiciendo la absurda idea que sostiene que la ciencia las ignora, las desconoce o las minimiza.
Un médico encuentra en la obra de Bunge las herramientas imprescindibles para abordar el conocimiento sin caer en las trampas de la manipulación.
“Correlación o causalidad: Ningún ensayo experimental, por riguroso que sea, puede probar que una correlación estadística fuerte, como la que existe entre el amanecer y el canto del gallo, prueba que haya una relación causal. Podemos afirmar que hay causalidad si y sólo si, además de obtener «positivos verdaderos », logramos probar la existencia de un mecanismo de acción” |
Comentarios
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