Con el comentario editorial del Dr. Nicolás Fernández Escobar | 03 OCT 17

Neuroblastoma: una guía exhaustiva para el médico práctico

¿Qué es un neuroblastoma? ¿Quiénes lo padecen? ¿Cómo se diagnostica? Su estadificación y abordaje clínico. Incluye el comentario editorial del experto Dr. Nicolás Fernández Escobar (Fundación Favaloro, Argentina)
Autor/a: Jason Shohet, Jennifer Foster BMJ 2017;357:j1863
Página 1

Introducción

El origen más común del neuroblastoma es en las glándulas adrenales, pero puede tener su origen en cualquier área donde haya tejido simpático, incluyendo los ganglios simpáticos para- espinales, el pecho y el abdomen.

El término neuroblastoma es comúnmente usado para describir es espectro de tumores neuroblásticos que incluyen el neuroblastoma (el tipo más común), los ganglioneuroblastomas y los ganglioneuromas.

¿Quiénes pueden padecerlo?

La gran mayoría de los neuroblastomas son diagnosticados en chicos menores de 5 años de edad, y prácticamente todos los pacientes son diagnosticados para los 10 años de vida. La edad media de diagnóstico es cercana a los 18 meses.

El 8%  de las enfermedades malignas de la infancia corresponden a neuroblastomas y es el tumor sólido (no cerebral) más común. La incidencia del mismo es similar en países desarrollados.

¿Cuál es su origen?

Dada la rareza del neuroblastoma no se han probado asociaciones estrictas así como tampoco exposiciones ambientales que hayan estado implicadas en el desarrollo del mismo.

Clásicamente el neuroblastoma es un tumor embriológico maligno derivado de las células de las crestas neurales. La cresta neural es un grupo de neuronas que migran durante el desarrollo fetal desde la médula espinal para formar varias estructuras, incluyendo el sistema nervioso simpático. Lo que explica que este tumor sea conocido por originarse en ganglios simpáticos cercanos a la médula espinal y de las glándulas suprarenales. El disialogangliósido ha sido usado como un antígeno tumoral para dirigir objetivos terapéuticos dado que es típicamente encontrado en la superficie de los neuroblastomas ya que se expresa en la diferenciación del tejido simpático.

El 1% de los pacientes diagnosticados con un neuroblastoma tienen historia familiar de tumores neuroblásticos. Son varios los oncogenes implicados en el desarrollo del neuroblastoma incluyendo el MYCN (v-MYC avial myelocytomatosis viral oncogene neuroblastoma derived homologue) anaplastic lymphoma kinase (ALK), and paired-like homeobox 2b (PHOX2B) genes, estos genes también están implicados en el desarrollo de las crestas neurales.

Existen unas pocas condiciones médicas, que están relacionadas con un desarrollo aberrante de las crestas neurales que han mostrado que pueden predisponer al desarrollo de neuroblastoma, como el Síndrome de Turner, enfermedad de Hirschprung el síndrome de hipoventilación congénito central y la neurofibromatosis tipo 1.

La mayoría de los tumores surgen en el abdomen más comúnmente en las glándulas suprarrenales, sin embargo también pueden tener sitios primarios en el tórax  o paraverterbrales desde el cuello hasta la pelvis, puede muy infrecuentemente no identificarse el tumor primario. Los neuroblastomas pueden metastatizar por vía linfática y hematógena, siendo los sitios más frecuentes los ganglios, la médula, hueso, hígado, piel, órbita y meninges. Las metástasis cerebrales y pulmonares son posibles pero muy infrecuentes.

Este tipo de tumor es muy heterogéneo en parte porque tiene su origen en un tejido de rápida diferenciación durante el desarrollo fetal y la malignización puede ocurrir en múltiples momentos del desarrollo, por lo tanto hay algunos que son rápidamente proliferativos y que luego retrogradan con el tiempo mientras, que hay otros de crecimiento más lento pero de mayor malignidad.

La mayoría de los neuroblastomas conservan la capacidad de metabolizar catecolaminas (como adrenalina, noradrenalina y dopamina) lo que puede llevar al paciente a desarrollar hipertensión u otros síntomas asociados a exceso de catecolaminas (mareos/nauseas/dolor de cabeza). Los metabolitos (ácido homovainillinico y vainillin mandélico) son secretados por la mayoría de los neuroblastomas y pueden ser detectados en las muestras urinarias de los pacientes.

La detección temprana del mismo no ha mostrado mejorar la mortalidad y la búsqueda de marcadores tumorales en niños pequeños no ha mejorado la sobrevida

¿Los neuroblastomas, se pueden prevenir?

No existen medidas preventivas dado que la enfermedad es el resultado del desarrollo embriológico alterado del tejido de las crestas neurales. No se han asociado condiciones ambientales prevenibles.

Las medidas de screening no se recomiendan excepto en pacientes con predisposición familiar conocida a neuroblastoma. La detección temprana del mismo no ha mostrado mejorar la mortalidad y la búsqueda de marcadores tumorales en niños pequeños no ha mejorado la sobrevida.

¿Cómo se diagnóstica el neuroblastoma?

Las investigaciones iniciales para pacientes con sospecha de neuroblastoma incluyen hemograma completo, ionograma, función renal, hepática y marcadores celulares para detectar recambio celular aumentado como LDH.  La búsqueda de catecolaminas es inicialmente importante debido al  origen de estos tumores.  Los test para la detección de los productos de degradación de catecolaminas, ácido homovainillin-mandélico y ácido vainillin-mandélico  (que se secretan en la mayoría de los pacientes) tienen alta sensibilidad y especificidad para los neuroblastomas. Los niveles y variaciones en el  ácido homovainillin-mandélico y ácido vainillin-mandélico además de hacer diagnóstico, son utilizados para seguimiento y recuperación de la enfermedad.

Todo paciente sospechado de neuroblastoma, debería tener una ecografía abdominal dado que la masa abdominal es la forma más frecuente de presentación, en caso de detectar una masa, se deben solicitar otras imágenes que incluyan tomografía axial computada o resonancia magnética nuclear que puede revelar la presencia de una masa heterogénea, posiblemente debido a calcificaciones. Si hubiere extensión en médula espinal se prefiere solicitar resonancia en vez de tomografía.

Las guías de consenso internacional recomiendan luego de las imágenes iniciales una biopsia para confirmación de diagnóstico. La biopsia debe ser tomada de modo incisional en el tumor primario o por punción de médula ósea en caso que haya sospecha de metástasis medular. El diagnóstico definitivo requiere una de las siguientes condiciones.

 
  • Diagnóstico histológico del tejido tumoral por microscopia con o sin aumento de catecolaminas urinarias.
  • Evidencia de metástasis en médula por punción, aspiración y biopsia con catecolaminas aumentadas en orina.

Si la búsqueda de metástasis es negativa y el tumor está localizado, se debería intentar resección total si el riesgo asociado al procedimiento es bajo.

  • Búsqueda de enfermedad metastásica

Los neuroblastomas comúnmente se presentan con metástasis, por lo que se recomienda una evaluación exhaustiva de las mismas. Es clave la valoración del compromiso de medula ósea, por lo que deberían realizarse PAMO y biopsia bilateral en todos los pacientes. Son varias las técnicas de imagen que se pueden utilizar para detectar metástasis incluyendo: scan oseo con radionucleotidos, tomografía de emisión de positrones con F deoxyglucosa, entre otras.

  • Estadificación

Históricamente la estatificación se hace utilizando el sistema de estatificación internacional de neuroblastoma (en inglés INSS) sistema de estadificación quirúrgico que depende de la agresividad de la técnica quirúrgica. (Box 1) para estandarizar la estadificación  el grupo Internacional de Neuroblastoma desarrollo un sistema de estadificación independiente de la conducta quirúrgica, basado en factores de riesgo definidos por imagen. Los cuales son determinados al momento del diagnóstico previo acto quirúrgico. (box 1)

  • ¿Cómo se maneja el Neuroblastoma?

El manejo inicial de neuroblastoma depende del riesgo de recaída (ver box 2) los pacientes se clasifican en 3 grupos de riesgo, y son estos grupos los que predicen el pronóstico. El manejo varía desde la observación en pacientes con bajo riesgo de enfermedad a terapia intensa múltiple (cirugía, radioterapia quimioterapia trasplante de medula ósea autólogo e isotetrinoina) en pacientes de alto riesgo. El manejo debe estar a cargo de un grupo multidisciplinario de especialistas.

<
 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024