"La verdad y otras mentiras" | 23 ENE 08

Morir de amor, o asesinados por la noradrenalina

Diez tópicos imprudentes sobre la muerte, el amor y la biología.

Mi amiga "M" ve con horror la imagen del mundo que la ciencia produce. La comprendo, pero no lo comparto. Basta con saber encontrar lo bello y lo sublime durmiendo su siesta debajo de las estadísticas y las moléculas. Entonces hay que sacarlo a la luz y devolver a las cosas su "encantamiento" aunque ya sin su "ocultamiento". Entre nosotros, el "sindrome de M" es muy frecuente e impide aplicar al conocimiento una mirada sensible, estética y sensual.

En la revista The New England Journal of Medicine se publicó en el año 2006 el trabajo de investigación epidemiológica de  Nicholas A. Christakis sobre mortalidad en parejas de personas mayores de 65 años. Tal parece que la enfermedad, o fallecimiento de uno de los miembros de una pareja, incrementa el riesgo de morir en el cónyugue que lo sobrevive. La vulnerabilidad a la que queda expuesto el viudo/a favorece la aparición de patologías diversas, en muchos casos mediadas por el stress, desequilbrios neuroendócrinos y conductas adictivas o imprudentes.  

La cuestión me ha estimulado a interrogarme acerca de dónde comienzan y terminan las personas, qué nos une y qué nos separa de los otros, de qué oscura manera el mundo está dentro -y no sólo fuera- de los organismos que también somos.

Diez tópicos imprudentes sobre la muerte, el amor y la biología:

1) Sospecho que todos sabíamos que este fenómeno ocurre a diario. Nuestra experiencia como personas y como médicos nos ha puesto en contacto más de una vez con situaciones de este tipo. ¿Qué cambia el hecho de contar con una investigación metodológicamente sólida al respecto?

En principio ahora no sólo "suponemos" sino que "sabemos" que tal fenómeno existe. Al adquirir el estatuto de conocimiento sometido a la contrastación empírica este dato se torna creíble para la comunidad de pares y se hace visible para la ciencia. Ha dejado de ser una mera suposición para convertirse en conocimiento válido y validado. Esto puede ser a la vez bueno y malo según el caso. ¿Qué hacer con los sucesos que no son suceptibles de someterse a esta metodología? ¿Negar su existencia? ¿Apropiarnos de otras metodologías de validación? ¿Aceptar la limitación de la metodología científica ante lo inabordable y complejo de lo real?

2) Stress, pérdida del soporte social, inmunodepresión, conductas de riesgo. ¿Será eso también "morir de amor y de soledad"? ¿Serán estas tan sólo causas o mecanismos de un fenómeno o son más que eso? ¿Qué son el desasosiego y la desesperanza? ¿Es siempre deseable vivir luego de una pérdida irreparable?

3) ¿Qué cosas que la ciencia no puede nombrar intervienen en este fenómeno? ¿Qué residuo -que resiste al lenguaje y se esconde en un vacío imposible de llenar- llamamos imprudentemente: stress, inmunodepresión o neurotransmisor?

 

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