Dos científicos australianos | 03 OCT 05

Otorgan el premio Nobel de Medicina 2005

Barry J. Marshall y J. Robin Warren obtienen el Premio Nobel de Medicina
Fuente: Doyma; L a Nación, Clarín 

Estos dos científicos australianos obtienen el galardón por sus trabajos sobre la bacteria Helicobacter pylori y su papel en el desarrollo de la gastritis y la úlcera péptica

La Asamblea de los Premios Nobel en el Instituto Karolinska de Medicina decidió hoy otorgar el Nobel de Medicina y Fisiología 2005 a los australianos Barry J. Marshall y J. Robin Warren por sus trabajos sobre la bacteria Helicobacter pylori y su papel en el desarrollo de la gastritis y la úlcera péptica.

Según un comunicado de la Asamblea Nobel, los premiados son los responsables de un remarcable e inesperado descubrimiento: la inflamación del estómago (gastritis), así como la ulceración del estómago y del duodeno (úlcera péptica) son resultado de una infección causada por la bacteria Helicobacter pylori.

Robin Warren, nacido en 1937, patólogo de Perth (Australia), observó cómo las bacterias colonizaban la parte inferior del estómago en el 50% de las biopsias que tomaba. Hizo la esencial observación de que en la mucosa gástrica, cerca de donde había detectado las bacterias, siempre había signos de inflamación.

Por su parte, Barry Marshall, nacido en 1951, se interesó en los hallazgos de Warren y juntos iniciaron un estudio de biopsias de 100 pacientes. Tras varios intentos, Marshall tuvo éxito a la hora de cultivar aquellas bacterias desconocidas a partir de varias de aquellas biopsias.

Su trabajo conjunto dio lugar al descubrimiento de que el microorganismo estaba presente en casi todos los pacientes que experimentaban inflamación gástrica y úlcera péptica. Basándose en estos resultados, propusieron que H. pylori estaba implicada en le etiología de dichas enfermedades.


Clarín 04.10.05

COMPARTIRAN UN PREMIO DE 1,29 MILLON DE DOLARES

Nobel a los descubridores de la bacteria de la gastritis y la úlcera

Es el de Medicina y Fisiología 2005. Lo recibieron dos científicos australianos que en 1982 probaron que el microorganismo Helicobacter pylori era el causante de serias enfermedades en el estómago.

Valeria Román.
vroman@clarin.com

Tipos raros. Así eran considerados los científicos australianos Barry Marshall y Robin Warren en 1982. El primero se había tragado un cóctel mezclado con miles de millones de bacterias y había sufrido una gastritis que curó con antibióticos. Mientras que el segundo, Warren, había aprovechado que su esposa sufría de una úlcera para estudiar por qué se producía la enfermedad.

En ese entonces, se largaron a afirmar que una bacteria podía causar úlceras y gastritis. Ahora, por su descubrimiento y por su tenacidad para defender la hipótesis, Marshall y Warren serán los ganadores del Premio Nobel de Medicina y Fisiología 2005, otorgado por el Instituto Karolinska de Suecia. Compartirán 1,29 millón de dólares.

Les costó muchísimo el reconocimiento. En 1982, el descubrimiento de Marshall y Warren cayó como si alguien dijera que la Tierra es plana. Todo el mundo pensaba que las bacterias no podían sobrevivir en el estómago. Además, se consideraba que las úlceras, que implican la pérdida de la mucosa o de la submucosa del estómago, y las gastritis (son inflamaciones) se producían como consecuencia de alimentarse con comidas picantes o por el estrés, entre otras razones. Nadie mencionaba a las bacterias.

Marshall y Warren realizaron un estudio con biopsias de cien pacientes que les permitió descubrir que la bacteria Helicobacter pylori puede efectivamente causar gastritis y úlceras. Pero el estudio fue primero rechazado por varios editores de publicaciones científicas especializadas. Otros investigadores se burlaban. Hasta que en 1983 se difundió el trabajo en la revista The Lancet. Marshall, que nació en 1951 y era más abierto a las relaciones públicas, salió a dar conferencias por todo el mundo para dar a conocer el descubrimiento. Y los dos cambiaron la historia de una parte de la medicina: las úlceras y las gastritis no fueron más enfermedades crónicas sino desórdenes que se pueden tratar con antibióticos que atacan directamente a la increíble bacteria.

"Cuando la bacteria entra en el organismo, se establece particularmente en la superficie de las células epiteliales del estómago", explicó a Clarín Luis Ielpi, investigador del Conicet y del Instituto Leloir en genética bacteriana. Si bien las células epiteliales del estómago están protegidas del ácido del jugo gástrico con una capa de mucus, la bacteria logra atravesarla al "nadar" y adherirse. Además, por si fuera poco, la bacteria secreta una enzima que le permite neutralizar la acidez propia del estómago. Así, la bacteria —una Gram-negativa de forma en espiral— se instala.

Hoy también se sabe que la bacteria se halla en el cuerpo de la mitad de los seres humanos. Aunque sólo una minoría padecerá enfermedad. Entre el 10 y el 15% de los infectados experimentarán úlceras pépticas, según el Instituto Karolinska.

Cuando las úlceras o las gastritis se manifiestan, quiere decir que el sistema natural de defensa del organismo no puede alcanzar la bacteria, señaló el doctor Ielpi. Es que el sistema inmune envía células con capacidad destructora, pero no pueden atravesar la capa de células epiteliales del estómago y atacar a la bacteria. Las células del sistema inmune, sin embargo, se van acumulando y algunas mueren liberando compuestos que afectan desafortunadamente al estómago, produciendo así gastritis en algunos casos o úlceras en otros.

"Se puede decir que estos desórdenes derivan de nuestra propia respuesta inmune", afirmó Ielpi. Al atacar la bacteria, la acción de los antibióticos permiten que la respuesta inmune cese. Estos y muchos detalles se fueron conociendo desde el hallazgo de Marshall y Warren, que había nacido en 1937.

Si bien trabajan en lugares diferentes, estos "tipos raros" se venían juntando para cumplir con su cábala: cada vez que se iba a anunciar el Nobel de Medicina, se reunían en una taberna. Así lo hicieron ayer: "Cuando los encontré por el celular —dijo el secretario del comité del Nobel—, estaban juntos en una taberna y miraban el agua".

 

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