Enfermedad ulcerosa péptica | 10 AGO 05

El rol de la cirugía en la úlcera péptica

Los cirujanos deben decidir si tienen que realizar una operación definitiva para la úlcera y, de ser así, qué operación definitiva efectuar.
Autor/a: Dres. Harbison SP, Dempsey DT Curr Probl Surg 2005; 42(6): 430-344

Probablemente se han realizado más ensayos clínicos randomizados en pacientes con enfermedad ulcerosa péptica que cualquier otra patología benigna en la cirugía general. Múltiples ensayos clínicos randomizados y meta-análisis han demostrado la efectividad clínica de la supresión del ácido, erradicación del Helicobacter, profilaxis de la úlcera en pacientes que reciben drogas antiinflamatorias no esteroides (AINEs), hemostasia endoscópica y cirugía definitiva de la úlcera.

Nuestro conocimiento de la fisiopatología de la úlcera péptica ha crecido inmensamente en las pasadas 2 décadas y el tratamiento médico para la úlcera no ha sido nunca mejor que ahora. Pero, aún existe controversia cuando se debe decidir qué operación efectuar y en qué paciente. Los cirujanos deben decidir si tienen que realizar una operación definitiva para la úlcera y, de ser así, qué operación definitiva efectuar.

Aunque brindan el más alto nivel de evidencia clínica, los ensayos randomizados bien conducidos, a menudo estudian un subgrupo de pacientes que no es representativo de los pacientes que encontramos actualmente en la práctica clínica. Aunque estos estudios bien conducidos brindan información esencial para la toma de decisiones terapéuticas, pueden estar limitados ante la generalización de los casos. Los registros de pacientes cuidadosamente diseñados y los estudios de resultados bien realizados deberían también ofrecer información útil para el cirujano práctico del futuro.

La conclusión que las cirugías definitivas para la úlcera están muertas es prematura. Dicha conclusión se basa en la teoría de que si la infección por Helicobacter y el uso de los AINEs son eliminados, la recidiva ulcerosa debería entonces ser excepcional. Muchos eruditos (y desafortunadamente algunos cirujanos también) nos urgen a no preocuparnos acerca de la recurrencia de la enfermedad ulcerosa; simplemente cierre el agujero, suture el vaso sangrante o sortee la obstrucción. Aunque puede haber algunos pacientes que puedan andar bien con este abordaje nihilístico, pueden haber muchos otros pacientes que, en el largo plazo, pueden enfermar a causa del abandono de la cirugía definitiva para la úlcera.

Por ejemplo, ¿Qué hay del joven cocainómano, Helicobacter positivo, con una úlcera duodenal perforada? ¿O del paciente con un transplante cardíaco, inmunosuprimido, con una úlcera duodenal sangrante? ¿O del paciente anciano artrítico, tomador de AINEs, con una úlcera gástrica sangrante? ¿O el ejecutivo fumador , Helicobacter positivo, con una obstrucción ulcerosa postbulbar? Este es el tipo de pacientes con enfermedad ulcerosa péptica que la mayoría de los cirujanos encuentran hoy en día. Muchos de ellos podrían beneficiarse con algún tipo de cirugía definitiva para la úlcera más que por la estricta anulación de las operaciones definitivas, basada en la teoría de que no es necesario preocuparse más por la recidiva ulcerosa o los resultados a largo plazo.

Existen datos a largo plazo (10 a 20 años) sobre resultados clínicos (incluyendo la recidiva ulcerosa) después de operaciones definitivas para la úlcera y los mismos son muy impresionantes. Los datos sobre el moderno tratamiento médico, para los cuales todavía no hay un seguimiento a largo plazo, empalidecen cuando se comparan con los quirúrgicos. Podemos ciertamente disminuir la incidencia de la recidiva ulcerosa por 1 ó 2 años mediante la eliminación del Helicobacter y de los AINEs, pero no sabemos cuál será la tasa de recurrencia en 10 ó 20 años con esta estrategia. En algunos pacientes existen otros factores etiológicos importantes que no pueden ser ignorados (por ejemplo, tabaco, cocaína y estrés) y en muchos enfermos será imposible erradicar el Helicobacter  y los AINEs. Por lo tanto, creemos fuertemente que el cirujano actual debería aún efectuar una operación definitiva para la úlcera en la mayoría de los pacientes con buen riesgo quirúrgico, que presenten una complicación ulcerosa y el algunos enfermos cuidadosamente seleccionados con úlceras intratables o que no curan.

La elección de la operación definitiva para la úlcera depende del paciente, el cirujano y el escenario clínico. La resección gástrica debería ser evitada en pacientes inestables o asténicos y el duodeno difícil también debería ser evitado. La adhesión estricta a una sola operación para todos los pacientes está desencaminada y en cada paciente el riesgo de efectos colaterales a largo plazo debería ser balanceado contra el riesgo de la recidiva ulcerosa. Si los pacientes son seleccionados apropiadamente, la tasa de mortalidad de todas las operaciones definitivas para la úlcera es baja. El riesgo de mortalidad de la vagotomía superselectiva (VSS) es la más baja (< 0.5%). En pacientes adecuadamente elegidos, el riesgo de mortalidad de los procedimientos resectivos no es mucho más grande que el de las operaciones de drenaje (1% al 2%). En términos de supresión ácida, la VSS y la vagotomía troncular son bastantes comparables cuando se realizan apropiadamente. Las piloroplastias complicadas (por ejemplo, Jaboulay o Finney) pueden hacer que la gastrectomía distal subsecuente sea difícil o peligrosa. Las úlceras gástricas deberían ser biopsiadas o resecadas debido al riesgo de cáncer asociado.

El cirujano moderno tiene poca oportunidad para realizar operaciones electivas para la enfermedad ulcerosa péptica. Esta claro que la incidencia de la enfermedad ha ido decreciendo firmemente en las últimas 4 décadas. Sin embargo, en esta era de contención del gasto, investigación de resultados y cirugía mínimamente invasiva, la operación electiva para la enfermedad ulcerosa péptica puede disfrutar de un interés aumentado. Es concebible que en algún grupo de pacientes, la tasa de recidiva ulcerosa después de la vagotomía de células parietales sea más baja que la encontrada con la terapia de mantenimiento de la supresión ácida. Más importante, la incidencia de complicaciones con riesgo de vida de la diátesis ulcerosa puede ser menos común después de la operación. Las indicaciones para la cirugía electiva de la úlcera incluyen el fracaso del tratamiento no quirúrgico de la úlcera (por ejemplo, readmisión en el hospital por hemorragia, obstrucción recurrente), sospecha de malignidad, intolerancia o inconformidad con la medicación en un paciente con alto riesgo de complicaciones ulcerosas (por ejemplo, transplantados, AINEs, dependencia de esteroides, úlceras gigantes), diátesis ulcerosa potente (por ejemplo, falla en la cura con terapia médica, recaída con la terapia de mantenimiento, síntomas severos) y preferencia del

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024