Un artículo publicado en el último número de "JAMA" señala que las personas que resultaron infectadas por el bacilo del carbunco (Bacillus anthracis) en otoño de 2001 continuaban experimentando problemas de salud físicos y mentales un año después de aquellos ataques bioterroristas que tuvieron lugar en Estados Unidos.
Los autores, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estadounidenses, explican que los síntomas no parecen estar directamente relacionados con la exposición a la bacteria, sino que reflejan los problemas derivados de una experiencia traumática. Por lo tanto, esos problemas de salud no pueden definirse como un efecto causal de la infección.
No obstante, su persistencia pone de manifiesto la necesidad de proporcionar a los afectados asistencia inmediata, t
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