Los investigadores critican el desinterés de los laboratorios y los funcionarios ante una enfermedad típica de la pobreza. "El mal de Chagas, además de ser una enfermedad tradicional de la pobreza, es un paradigma de los mecanismos de ocultamiento y exclusión como forma de discriminación social y laboral", dijo al diario La Capital, de Rosario, Rubén Storino, presidente del Comité de Enfermedad de Chagas, de la Asociación Argentina de Cardiología. "Los grupos hegemónicos accionan para que nada cambie y diseñan un discurso que oculta realidades, como la falta de acceso a la salud pública", aseguró el investigador, quien también coordina el tratamiento de la enfermedad en la Fundación Favaloro de La Plata.
"Tenemos excelentes profesionales y defensores de la salud pública," agregó, "pero al ocupar cargos gubernamentales cambian sus discursos y los criterios científicos se pierden ante los intereses políticos". "En 1990 hicimos un informe sobre la cuestión, pero nos decían que hablar de la existencia de vinchucas que transmitían la enfermedad podía desalentar la llegada de capitales extranjeros". Para el experto -quien también es prof
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