Una revisión sobre su diagnóstico y tratamiento | 03 SEP 03

Actualización en Tiroiditis

En éste artículo, los autores presentan la revisión realizada sobre el diagnóstico y el tratamiento de los diferentes tipos de tiroiditis.
Autor/a: Dres. Pearce EN, Farwell AP, Braverman LE N Engl J Med. 2003 Jun 26;348(26):2646-55.
Mecanismos de la destrucción autoinmune de la glándula tiroidea

Tiroiditis de Hashimoto

La tiroiditis de Hashimoto, caracterizada por concentraciones de anticuerpos tiroideos séricos elevadas y bocio, es el tipo más común de tiroiditis. En las zonas geográficas donde la dieta aporta una cantidad suficiente de yodo, la causa más frecuente de hipotiroidismo es la tiroiditis de Hashimoto. En algunos pacientes, hay alternancia de hipertiroidismo e hipotiroidismo, dependiendo de la presencia de anticuerpos estimulantes y bloqueantes del tiroides.

El hallazgo inicial de la tiroiditis de Hashimoto es un bocio firme, duro, simétrico e indoloro. Cerca del 10% de los pacientes con hipotiroidismo autoinmune crónico tiene la glándula tiroides atrófica (más que bocio), la cual representa el estadio final de la falla tiroidea de la tiroiditis de Hashimoto.

El 90% de los pacientes con tiroiditis de Hashimoto tiene anticuerpos antiperoxidasa, mientras que el 20% al 50% tienen concentraciones elevadas de anticuerpos antitiroglobulina. El tiroides se ve hipoecogénico en la ecografía y la captación de I123 ayuda al diagnóstico.

El tratamiento del hipotiroidismo subclínico con concentraciones elevadas de anticuerpos antitiroideos y del hipotiroidismo manifiesto secundario a la tiroiditis de Hashimoto, dicen, es la levotiroxina sódica, cuya acción es normalizar los niveles de TSH. En los pacientes con tiroiditis de Hashimoto y bocio grande, las dosis de levotiroxina deben ser supresora durante un plazo corto (6 meses). Con ello se consigue disminuir el tamaño de la glándula. Debido a que los anticuerpos no disminuyen con el tratamiento con levotiroxina, luego del diagnóstico no está indicado continuar su monitoreo

Aunque el linfoma tiroideo es muy raro, el riesgo de presentación aumenta 67 veces en los pacientes con tiroiditis de Hashimoto. Los pacientes con tiroiditis de Hashimoto y un nódulo dominante deben ser sometidos a la aspiración por punción con aguja fina, para descartar el linfoma o el carcinoma tiroideos. Los carcinomas tiroideos coincidentes con tiroitidis de Hashimoto  u otra infiltración linfocítica

 

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