Resumen Operativo del Grupo de Expertos | 14 MAY 03

Guías para el manejo de enfermos con fibrilación auricular

Recomendaciones para el óptimo manejo de pacientes con fibrilación auricular, una de las arritmias más frecuentes especialmente en personas de edad avanzada.
Autor/a: Dres. Fuster V, Rydén L, Asinger R y colaboradores. Circulation 104:2118-2150, 2001.
INDICE:  1. Desarrollo | 2. Desarrollo | 3. Desarrollo
Desarrollo

La CV está indicada en algunos enfermos con FA persistente y puede constituir una indicación de urgencia. Sin embargo, conlleva riesgo de tromboembolismo, a menos que previamente se inicie el tratamiento anticoagulante. La CV farmacológica se asocia con riesgo de arritmias ventriculares graves (torsade de pointes) y suele ser menos eficaz que la CV eléctrica pero no requiere sedación o anestesia.
La CV farmacológica es m s eficaz cuando se intenta dentro de los primeros 7 días del inicio de la FA. Con excepción del tratamiento con amiodarona en bajas dosis, la mayor parte de los estudios se efectuó en pacientes internados.

El éxito de la CV eléctrica depende de la patología cardíaca de base. El índice de reversión a ritmo sinusal es del 86%, el cual es mayor aun cuando se repite durante el tratamiento con quinidina o disopiramida. Sin embargo, al año sólo un 23% de los enfermos persiste con ritmo sinusal. Ocurren eventos tromboembólicos en el 1% al 7% de los enfermos no anticoagulados. La taquicardia ventricular puede estar precipitada por la hipopotasemia o intoxicación con digital. Los factores de riesgo de recurrencia de FA incluyen hipertensión, edad superior a los 55 años y FA de m s de 3 meses.

La terapia profiláctica rara vez está indicada en pacientes con el primer episodio de FA y puede evitarse en sujetos con FA paroxística infrecuente y bien tolerada. Los beta bloqueantes pueden ser útiles cuando la FA ocurre sólo durante el ejercicio.

En sujetos con FA aislada debe intentarse primero con un beta bloqueante: flecainida, propafenona y sotalol suelen ser eficaces, mientras que la amiodarona y dofetilida son alternativas. La quinidina, procainamida y disopiramida pueden usarse cuando la amiodarona está contraindicada o cuando su administración no genera respuesta.

La combinación de fármacos puede ser útil en algunas circunstancias. Hay criterios específicos para monitorear el tratamiento antiarrítmico según la clase de fármaco y las características del enfermo, dado que una droga inicialmente segura puede ser luego proarritmógena. Amiodarona, disopiramida, dofetilida, flecainida, sotalol, propafenona y quinidina son algunas de las drogas utilizadas para mantener el ritmo sinusal. Cuando no hay sospecha de disfunción del NAV, el tratamiento puede iniciarse en forma ambulatoria. Sin embargo, la quinidina, procainamida y disopiramida no deberían utilizarse fuera del hospital. Como regla general, el tratamiento con antiarrítmicos debe comenzar con dosis bajas e ir aumentando gradualmente según registros del intervalo PR (flecainida, propafenona, sotalol y amiodarona), duración del QRS (flecainida y propafenona) e intervalo QT (sotalol, amiodarona y disopiramida).

Si bien se considera que la mayoría de las recurrencias tienen lugar dentro del primer mes

 

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