Un gran desafío sin resolver | 10 AGO 21

Depresión bipolar

Actualización sobre características y manejo de la depresión en el trastorno bipolar
Autor/a: Ross J. Baldessarini, Gustavo H. Vázquez, Leonardo Tondo Baldessarini et al. Int J Bipolar Disord (2020) 8:1
Antecedentes: depresión en el trastorno bipolar

El debate sobre el concepto inclusivo de Kraepelin de enfermedad maníaco-depresiva (EMD) continuó hasta 1980 con una primera separación formal del trastorno bipolar  (TB) con manía del trastorno depresivo mayor no bipolar (TDM) en el DSM-III.

La discusión continúa entre agrupar los síndromes del estado de ánimo y separar varios subtipos depresivos y bipolares, considerando un "espectro" de trastornos que van de depresión más o menos pura a TB arquetípico, lo que conduce a profundas ambigüedades terapéuticas.

El diagnóstico oportuno y el tratamiento eficaz a corto y largo plazo de los episodios depresivos en pacientes con TB son de importancia crítica. La depresión bipolar (DB) se asocia con morbilidad general, coexistencia con otras condiciones psiquiátricas, discapacidad y exceso de mortalidad debido en gran parte a suicidio.

Los desafíos clínicos incluyen la diferenciación diagnóstica a menudo retrasada de la depresión como presentación inicial del TB con el TDM no bipolar, más después del inicio juvenil. La depresión es inicialmente considerada como TDM unipolar en hasta un 40% de los pacientes diagnosticados posteriormente con TB.

Los pacientes con TB pueden no reconocer los aumentos moderados de humor, energía, actividad, o libido como síntomas hipomaníacos clínicamente relevantes. La incertidumbre diagnóstica es especialmente probable al principio del curso de la enfermedad; en 12-17% de los casos, el TB no se reconoce hasta que haya un "cambio" de humor a hipomanía o manía ("[Hipo]manía") espontáneo o ante exposición a una sustancia que mejora el estado de ánimo.

Otros factores indirectos que sugieren un diagnóstico de TB incluyen:

(a) manía familiar, psicosis, crisis nerviosa o internación psiquiátrica;
(b) inicio temprano de la enfermedad, comúnmente con depresión
(c) temperamento ciclotímico
(d) 
recurrencias múltiples (≥ 4 episodios depresivos dentro de los 10 años)
(e) depresión con agitación prominente, ira, insomnio, irritabilidad, locuacidad, otros rasgos mixtos o hipomaníacos o síntomas psicóticos
(f) 
empeoramiento clínico, especialmente con características mixtas durante un tratamiento antidepresivo;
(g) ideación y actos suicidas
(h) abuso de sustancias.

El tiempo total de las fases depresivas del TB y la duración de los episodios depresivos son mucho mayores que en la [hipo] manía, con una morbilidad sorprendentemente alta en BD a pesar del tratamiento efectivo.

Morbilidad y discapacidad

La alta proporción de tiempo con depresión de los pacientes con TB se asocia con disfunción y discapacidad, disminución de logros académicos y del éxito laboral.

Las condiciones psiquiátricas comunes en el TB incluyen trastornos por abuso de sustancias y ansiedad, así como  trastornos de personalidad y conducta. Estos diagnósticos pueden contribuir a la complejidad y la posible incoherencia de las opciones terapéuticas comprometiendo la atención clínica.

Los pacientes con TB también tienen un mayor riesgo de sufrir otros trastornos generales que aumentan la morbilidad.

Las enfermedades cardiovasculares son particularmente frecuentes, donde median factores prevalentes en el TB como obesidad, inactividad, diabetes, síndrome metabólico y aumento de factores inflamatorios. Con el TB se reduce la esperanza de vida en 12 a 15 años, contribuyendo el abuso de sustancias, el tabaquismo, el sobrepeso, el acceso limitado a atención médica adecuada y en particular la depresión.

Depresión bipolar y suicidio

La tasa de mortalidad estandarizada (TME) para suicidio en el TB es de ~ 20. El riesgo de suicidio se clasifica según el diagnóstico: TB-I = TB-II, especialmente con características mixtas o psicóticas ≥ TDM grave con hospitalización > depresión moderada en pacientes ambulatorios.

El riesgo de suicidio es especialmente alto luego de una internación psiquiátrica, en asociación con retraso o falta de cuidados posteriores adecuados.

Entre los pacientes con TB-I y TB-II, especialmente con características mixtas o psicóticas, el riesgo de suicidio está entre los más altos de todos los trastornos psiquiátricos a pesar de los tratamientos supuestamente efectivos. Esta disparidad refleja casi con certeza la gran dificultad de tratar los estados depresivos y mixtos en el TB, sumado al retraso notablemente prolongado del reconocimiento del cuadro.

El suicidio no se puede “tratar” pero si prevenir. La investigación sobre tratamientos dirigidos a la prevención del suicidio es muy limitada debido a los problemas clínicos y éticos que surgen si un tratamiento inactivo o ineficaz, como el placebo, se compara con una intervención experimental, con la muerte como resultado potencial.

La rareza del suicidio, incluso entre pacientes psiquiátricos, fomenta la dependencia de la investigación en medidas más prevalentes como ideación suicida, actos autolesivos o intervenciones de emergencia. Los tratamientos para el TB con posible prevención del suicidio incluyen antidepresivos, anticonvulsivos y litio, antipsicóticos, tratamiento electroconvulsivo (TEC) e intervenciones psicosociales.

• Tratamiento con antidepresivos: La fuerte asociación de la conducta suicida con la depresión sugiere que el tratamiento con antidepresivos podría reducir el riesgo de suicidio, aunque la mayoría de los estudios han arrojado evidencia inconsistente. Además, el riesgo de empeoramiento clínico, así como la posibilidad de que la depresión sea el episodio inicial de un TB, debe ser considerado a cualquier edad, especialmente a principios del tratamiento.

• Tratamiento con litio: Un riesgo reducido de intento de suicidio durante el tratamiento a largo plazo con litio es compartido por la mayoría de los estudios, por lo que varios informes de expertos lo recomiendan para limitar el riesgo de conducta suicida en pacientes con TB.

• Tratamiento con anticonvulsivos: Pocos estudios compararon directamente los riesgos de suicidio durante el tratamiento con anticonvulsivos, con hallazgos en gran medida inconsistentes e inconclusos.

• Tratamiento con antipsicóticos: Los efectos de estos fármacos siguen siendo poco evaluados en relación a la conducta suicida. La clozapina no se ha evaluado adecuadamente en pacientes con TB, aunque puede tener efectos antimaníacos o estabilizadores del estado de ánimo.

 

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