El lenguaje y la Peste | 19 OCT 20

Metáforas para enfrentar la pandemia

Vemos al mundo y nuestra realidad habitando nuestras metáforas, de allí la importancia de su reconocimiento.
Autor/a: Dr. Carlos Tajer 
INDICE:  1. Texto principal | 2. Referencias bibliográficas
Texto principal
Introducción

La epidemia COVID 19 en pocos meses ha afectado a la mayor parte de la población mundial como ninguna otra en un siglo, con un grave impacto sanitario, económico y social. Luis Felipe Noé, un gran artista plástico argentino,  ha definido a la pandemia como "único acto de socialización universal". Sin duda es una amenaza global  y el desafío abierto es aprender como la enfrentamos unidos como humanidad.

La resolución inteligente y mancomunada puede, en palabras de Iuval Harari, "dejar un legado de solidaridad, confianza y cooperación que nos ayudaría a lidiar con muchas otras crisis en el futuro".  En este corto lapso de menos de un año hemos experimentado  solidaridades ejemplares así como mezquindades atroces,  y resulta evidente la ausencia de un liderazgo global.

 A nivel local, luego de un aparente e idealizado acuerdo general, vimos surgir apasionadas e interesadas controversias sobre las mejores estrategias, la utilidad así como el daño que puede inducir el confinamiento con sus consecuencias de pérdidas de empleo y caída de la actividad económica. 

La pandemia ha exigido de las autoridades políticas la elaboración de mensajes movilizadores acordes a la necesidad de colaboración de toda la población, y empujado a cada uno en su intimidad a elaborar conceptos que permitan abarcar los grandes cambios sufridos en el trabajo, los vínculos sociales y humanos.  Desde la prensa, los discursos de las autoridades, las redes sociales,  han intentado abarcar la pandemia con diferentes metáforas que con sus limitaciones han ido ordenando nuestro pensamiento y acción1.

Lakoff2 nos ha enseñado que  las metáforas aplicadas a cualquier tema nos llevan a pensarlo de una manera particular,  a través de "mapas de correspondencias". Vemos al mundo y nuestra realidad habitando nuestras metáforas, de allí la importancia de su reconocimiento. Explorar las metáforas que utilizamos para la pandemia en todos los planos ayuda a reflexionar en conjunto y reelaborar nuestros conceptos.

La plaga de la pandemia

David Grossman, novelista israelí, ha publicado un texto que inicia así3: "Es más grande que nosotros, la plaga. Es más fuerte que todos los enemigos de carne y hueso que hemos encontrado, más poderosa que todos los superhéroes que hemos conjurado en nuestra imaginación y en las películas".

La palabra nos remite a las plagas bíblicas, que representan castigos por pecados. El diluvio universal genocida y el exterminio de Sodoma y Gomorra por transgresiones éticas mal definidas. Las diez plagas de Egipto por la arrogancia del Faraón.  Plaga nos lleva a la pregunta sobre qué hicimos mal, ya no a nivel individual sino colectivo. 

Hemos leído múltiples interpretaciones, desde la profunda reflexión antropológica de Patricia Aguirre4 sobre nuestro desarrollo urbano y la disruptiva relación con la naturaleza, a otras teñidas de ideas políticas bastante más frágiles. Incluso la ilusión de que el virus traerá la ansiada revolución social o por lo menos pondrá fin al neoliberalismo. Desde las palabras de Adriana Puiggrós4(viceministra de educación argentina) : "el coronavirus infectó sociedades humanas enfermas de neoliberalismo", hasta la profecía del politólogo italiano Franco Bifo Berardi: "Asistiremos al colapso final del orden económico mundial"6.   

En una hermosa canción infantil María Elena Walsh7 relata una epidemia de resfrío que interrumpe una guerra y permite que Mambrú retorne a su casa. La moraleja explícita: "es mejor la paz resfriada que la guerra con salud".  Como comentaremos más adelante, la tendencia más que a una revolución social  es a un refuerzo del autoritarismo.

 En un plano espiritual y religioso se han creado cadenas de oración y rezo comunitarias.   

¿Quién es el culpable de la pandemia?  Del virus chino a la conspiración

En la era de las redes sociales, las noticias falsas (fake news) y la posverdad, no llama la atención que haya crecido la atribución del origen de la pandemia a diversos complots ocultos con objetivos perversos. Desde el  "virus chino" de Trump, a las más variadas interpretaciones.

En un relevamiento sobre pensamiento conspirativo aplicado a una muestra rigurosamente seleccionada en Gran Bretaña durante la pandemia8, los autores encuentran en un 25% de la población cierto nivel de acuerdo con ideas conspirativas, un 15% un apoyo consistente y un 10% un alto nivel de convicción.

Fue notable la correlación entre la fortaleza de estas convicciones y la menor adherencia a recomendaciones gubernamentales, menor voluntad de hacer tests diagnósticos y vacunarse. Quienes piensan de esta manera también comparten  creencias conspirativas sobre la vacunación, descreen del cambio climático, y desconfían de las instituciones y profesiones.

La atribución de la creación y difusión del virus va hacia imperios, grupos económicos (Bill Gates - Soros), los fabricantes de vacunas, los neoliberales que quieren bajar  costos  jubilatorios exterminando a la población mayor, intenciones de sometimiento social, entre otras. No se ha explorado en Argentina esta hipótesis pero por lo que se lee en redes sociales, también aquí el pensamiento conspirativo es muy frecuente. 

El cisne negro vs el rey dragón

Nissim Taleb publicó  en 2007 "El cisne negro, el impacto de lo altamente improbable"9, que se transformó en un best seller y una referencia obligada a acontecimientos disruptivos. Los cisnes en Inglaterra son blancos, y la metáfora del cisne negro en inglés como algo inexistente (en castellano quizás "más raro que perro verde") tuvo su contraste con la conquista de Australia donde los cisnes eran curiosamente negros. El mensaje de Taleb es que debemos partir de la certeza de que  ocurrirán fenómenos disruptivos e  impredecibles,  lo que lleva a una mayor prudencia en la elaboración de estrategias. El cisne negro en este caso se aplica muy bien a la explosión inesperada e impredecible de la pandemia.

A esta metáfora se ha opuesto la del Rey Dragón10, que describe un fenómeno grande, de una especie diferente del sistema  pero sobre la que podemos protegernos estudiando los extremos y lo improbable. En el caso de esta pandemia, queda claro que diferentes  epidemiólogos han  predicho la inevitabilidad de nuevos brotes de coronavirus sobre la base de los dos anteriores, y que algunas sociedades vecinas a China, como Corea del Sur y Taiwán, se prepararon para enfrentar una eventual epidemia mientras que otras no. 

Es posible que la elevada inversión en investigar posibles conductas como el desarrollo de una vacuna para el SARS CoV 1 de la epidemia de 2002 podría haber ayudado mucho, y que comparada con las pérdidas generadas actualmente hubieran representado un esfuerzo bien orientado.  Los especialistas en cambio climático nos advierten de la perentoria necesidad de cambiar nuestro estilo de producción y preanuncian en tiempos cortos inmensas tragedias que podrías ser evitadas o morigeradas.

La pandemia en los medios y las redes sociales

Se han publicado exploraciones de lingüistas que analizaron las metáforas utilizadas en los medios y en las redes sociales, muy similares11.  

El coronavirus y la pandemia se han personalizado y personificado, adquiriendo caracteres humanos o sobrehumanos: monstruo, agresor, diabólico, perverso, monstruo, así como acciones: mata, agrede, ataca.  Esta personificación genera correspondencias:  el virus pasaría a tener una intención estratégica de exterminar a la humanidad, con inmensa crueldad.  Recordemos que el SARS Cov2 es un virus 100 veces más pequeño que un glóbulo rojo, que no puede reproducirse por sí mismo salvo ingresando a células de animales.  Pero en nuestro mundo real sin duda se trata de un monstruo.

Se ha comparado a diferentes catástrofes naturales: incendio, ola, tsunami, tormenta.  También son adecuadas las correspondencias: un incendio puede apagarse y reiniciar en otro foco, es devastador, difícil de combatir. El Tsunami es un maremoto que surge abruptamente,  adquiere grandes dimensiones, arrasa poblaciones costeras y lo único posible es escapar de región afectada.

Otra de las metáforas más frecuentes ha sido la guerra contra el coronavirus

¿Estamos o no en guerra?

La guerra contra el coronavirus ha sido muy utilizada en los mensajes políticos de muchos dirigentes europeos (el primer ministro Francés Macron o el primer ministro Español Sanchez, como ejemplos).  Tiene ventajas y correspondencias con la situación muy evidentes.

Discurso modelo:

Estamos enfrentando a un enemigo (invisible) que produce sufrimiento y muertes. Este combate genera una situación de excepción, de sacrificios. Debemos mantener una estricta disciplina y moral de victoria, venceremos a esta amenaza.  Quienes no respetan las restricciones son traidores a la causa.

Las autoridades en la mayor parte de los países han debido tomar decisiones muy duras para la economía: restricción de la circulación a través de los medios de transporte, cierre de todos los centros que reúnen grupos numerosos (espectáculos, congresos), restoranes, gimnasios, con graves consecuencias sobre la producción y el nivel de ingresos.  Las correspondencias con el estado de excepción de una guerra son claras. Pero la metáfora de la guerra ha sido muy cuestionada por varias vertientes.

La metáfora de la guerra puede llevar al autoritarismo

Enfrentar la pandemia con medidas de control poblacional ha resultado un remedio eficaz pero ha sido señalado como riesgoso. El filósofo italiano Giorgio Agamben ha resaltado el riesgo de la naturalización de las medidas extremas de excepción: "La experiencia ha demostrado que cuando lo que está en cuestión es una amenaza a la salud, los seres humanos parecen estar dispuestos a aceptar las limitaciones de la libertad que no habían soñado que podrían tolerar, ni durante las dos guerras mundiales ni bajo las dictaduras totalitarias"12.

Quizá aún más preocupante es el señalamiento del filósofo coreano Byung-Chul-Han13: " Los países asiáticos, que creen poco en el liberalismo, han asumido con bastante rapidez el control de la pandemia, especialmente en el aspecto de la vigilancia digital y biopolítica, inimaginables para Occidente... China venderá su estado de vigilancia autocrática como modelo de éxito contra la epidemia. Exhibirá por todo el mundo aún con más orgullo la superioridad de su sistema. "Se han señalado excesos en políticas represivas en varios países (Hungría, Filipinas), e incluso en Argentina sectores de la oposición política acuñaron el término "infectadura" para criticar medidas gubernamentales sugeridas por el grupo asesor de infectólogos.  Ese ha sido también el argumento "libertario" de los grupos anticuarentena que han proliferado con enfoques muy heterogéneos.

La metáfora bélica en países con experiencias dolorosas recientes

Recojo sólo dos testimonios de autores colombianos,  país que ha vivido una guerra entre los movimientos insurgentes, grupos paramilitares y el estado, con más de 260.000 muertes a lo largo de seis décadas (1958-2018)14

El primero del epidemiólogo Julián Alfredo Fernández  "Esta es una oportunidad histórica para construir una narrativa de lucha común, sin fronteras y sin violencia, por un imperativo donde triunfa el conocimiento sobre la muerte.  Los médicos, médicas, las enfermeras, merecen su propia narrativa. ¿Por qué poner como punto de referencia del heroísmo al soldado? "

El segundo en el mismo artículo,  de Alejandro Gaviria,  Rector de la Universidad  de los Andes:

   "… puede llevarnos a creer que esto se soluciona con la fuerza, no con pedagogía democrática, sino con represión.  … es un momento además en el cual la humanidad debe estar unida, lo que contradice esencialmente esa idea de la guerra"

En estas dos críticas se pone en claro algunos aspectos de lo que oculta esta metáfora y sus limitaciones.

Contra la metáfora de la guerra

La lingüista española Inés Olza, de la Universidad de Navarra, publicó en su cuenta de twitter un mensaje que ha generado una repercusión inesperado.  Copio el mensaje de dos tweets:

"Ay, la retórica bélica… Por favor, busquemos otras metáforas: las hay (Ej;  Metáforas espaciales, mucho más neutras y pegadas a la realidad) y creo que ayudarían más y mejor a motivar a la población.    Estaría bien replicar el "Metaphor menu for cancer" de Elena Semino en nuestra retórica sobre el Covid19. Por ejemplo: 

En lugar de Ganaremos la batalla al virus :  Nuestras casas y ciudades quedarán libres de virus      

En lugar de : Hay que vencer juntos al enemigo:  Debemos recuperar juntos nuestros espacios de salud".

Como producto de ese impulso inicial  Paula Perez Sobrino, lingüista de la Universidad de la Rioja, España, creó en conjunto con otros colegas internacionales el sitio Reframe Covid, una plataforma web que ha permitido la confluencia de aportes metafóricos para enfrenar la pandemia en dominios muy diferentes en muchos idiomas. En mi último acceso había 459 aportes muy ricos y compartiré varios ejemplos más adelante. 

Es interesante ya en el mensaje inicial la referencia al trabajo de Elena Semino15, de la Universidad de Lancaster, que elaboró 17 propuestas metafóricas alternativas a la guerra contra el cáncer, en particular para pacientes con enfermedad avanzada. Esta autora señalaba la frustración que induce la imposibilidad de ganar en esa guerra, y el beneficio de otros contextos metafóricos.  Copio sólo un ejemplo:  "Imagínalo un poco como un espantoso viaje en montaña rusa... puede ser aterrador en algunos lugares, pero eventualmente para y puedes bajarte. Sé fuerte, sé valiente y estaremos aquí para sostener tu mano si la necesitas."

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

CONTENIDOS RELACIONADOS
AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024