1. Los cigarrillos electrónicos afectan gravemente a la salud cardíaca y no son más saludables que los cigarrillos tradicionales
Puntos destacados de la investigación:
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El consumo de cigarrillos electrónicos afecta gravemente a la salud cardíaca. Este dato es preocupante, dada la elevada prevalencia de los cigarrillos electrónicos y la percepción de que los cigarrillos electrónicos son una alternativa más saludable a los cigarrillos tradicionales.
Los investigadores que llevaron a cabo dos estudios independientes afirmaron que el consumo de cigarrillos electrónicos afecta negativamente a los factores de riesgo de cardiopatías, es decir, los niveles de colesterol, triglicéridos y glucosa, y reduce el flujo sanguíneo en el corazón, de forma similar a los resultados de las personas que fuman cigarrillos tradicionales.
Según Rose Marie Robertson, M.D., FAHA, directora adjunta de Ciencia y Medicina de la American Heart Association: “No hay datos sobre la seguridad a largo plazo de los cigarrillos electrónicos. Sin embargo, existen decenas de datos sobre la seguridad de otras terapias de sustitución de nicotina”.
La American Heart Association (AHA) recomienda que las personas dejen de fumar con métodos de ayuda aprobados por la FDA y que sean seguros y eficaces. Si los fumadores deciden utilizar cigarrillos electrónicos cuando intentan dejar de fumar otros productos de tabaco, también deben contar con que después tendrán que intentar dejar de utilizar cigarrillos electrónicos.
Según Robertson, esto se debe a la falta de información sobre la seguridad a largo plazo y a la avalancha de datos que describen los efectos fisiológicos de los componentes de estos dispositivos y las combinaciones químicas que se utilizan en ellos.
2. El uso de cigarrillos electrónicos se asocia a los perfiles lipídicos alterados en el estudio CITU (presentación oral Mo3106)
En un estudio, los investigadores compararon los niveles de colesterol, triglicéridos y glucosa en adultos sanos no fumadores, fumadores de cigarrillos electrónicos (“cig-e”), fumadores de cigarrillos tradicionales (“cig-t”) y fumadores que utilizan cigarrillos tradicionales y cigarrillos electrónicos.
Los investigadores evaluaron a adultos sanos (de 21 a 45 años) sin enfermedades cardiovasculares existentes y que no tomaban medicamentos diarios en el estudio Cardiovascular Injury due to Tobacco Use Study (CITU).
De los 476 participantes del estudio 94 eran no fumadores, 45 fumadores de cig-e, 52 fumadores de cig-e y cig-t, y 285 fumadores de cig-t. El análisis se ajustó por edad, raza, sexo y no fumadores, un uso exclusivo de cig-e o cig-t o un uso combinado de cig-e y cig-t.
Entre los resultados del estudio se destacó lo siguiente:
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