Dolor como síntoma clave | 05 AGO 19

Síndrome de colon irritable y constipación

Un estudio realizado en Japón busca evaluar la importancia del dolor abdominal como síntoma clave para el diagnóstico de colon irritable a predominio constipación según los criterios Roma IV
Autor/a: Kosako M, Akiho H, Fukudo S y colaboradores BioPsychoSocial Medicine 12:1-11, Dic 2018
Introducción

El síndrome de intestino irritable (SII) es una entidad con múltiples factores fisiológicos, entre ellas trastornos de la motilidad, hipersensibilidad visceral, interacción neurointestinal y factores psicosociales, entre otras.

Han sido propuestos muchos criterios diagnósticos para el síndrome de intestino irritable. Los criterios Roma desarrollados desde el año 1989, y sus sucesivas actualizaciones, se han empleado mundialmente como la guía internacional para el diagnóstico de los trastornos funcionales gastrointestinales.

Los criterios Roma IV para síndrome de intestino irritable cuentan con un cambio significativo, mencionando el dolor abdominal como un síntoma que debe estar presente para el diagnóstico, frente al síntoma de disconfort abdominal que estaba incluido en su versión anterior Roma III.

Según la guía actual, los pacientes que padecen de disconfort abdominal no son diagnosticados con síndrome de intestino irritable, sino como trastorno funcional intestinal.

Esta, entre otras diferencias con respecto a la frecuencia de aparición de síntomas, genera dudas sobre la influencia del dolor abdominal en el criterio Roma IV.

Métodos

Se utilizó una encuesta realizada por internet que incluyó 30.000 adultos japoneses, en la que se identificaron subtipos de síndrome de intestino irritable.

Se presentaron números idénticos de hombres y mujeres de distintos rangos etarios (desde 20 años hasta los 79 años de edad) que fueron tamizados desde octubre 28 hasta octubre 31 de 2013.

Se clasificaron individuos con síndrome de intestino irritable bajo criterios Roma III y un número igual de pacientes sin diagnóstico de intestino irritable con similar rango etario y sexo, asignados como controles.

Los pacientes con síndrome intestino irritable fueron interrogados sobre la ansiedad, el número de deposiciones semanales, los síntomas gastrointestinales y factores de exacerbación, entre otros.

Se evaluó el grado de ansiedad empleando una escala de 0 a 3 puntos y el grado de síntomas gastrointestinales con una escala de 0 a 4 puntos.

En el presente estudio, para ser clasificado como un substituto con síndrome de intestino irritable a predominio constipación (SII-C) de Roma III, los pacientes con dolor abdominal recurrente o disconfort durante al menos una vez por semana en los últimos tres meses debían además tener asociado: mejoría sintomática con la defecación, inicio de la sintomatología asociado a cambio en la frecuencia defecatoria o en la forma de las heces.

El diagnostico de síndrome de intestino irritable se subclasificó según los patrones de constipación, mixto, diarrea o inespecífico.

Dentro de los pacientes evaluados con los criterios Roma III, se reclasificaron aquellos con dolor abdominal como substitutos Roma IV. Aquellos que no experimentaron dolor abdominal fueron clasificados como substitutos Roma IV trastorno funcional intestinal. Los síntomas se cuantificaron y compararon estos dos grupos.

El estudio analizó la asociación entre sexo y edad, y el grado de ansiedad en estos individuos Roma IV con SII-C frente a individuos con trastorno funcional intestinal.

Resultados

De un total de 428 pacientes con criterios Roma III para SII-C, compuesto por 302 (70.2% mujeres) sustitutos Roma IV con trastorno funcional intestinal y 126 (73.8% mujeres) sustitutos Roma IV con SII-C, completaron los cuestionarios.

La media de edad en el caso de los sustitutos Roma IV con SII-C fue de menor edad que aquellos con criterio Roma IV para trastorno funcional. Los pacientes con SII-C reportaron mayor grado de ansiedad en su vida cotidiana que los pacientes con trastorno funcional. No hubo diferencia significativa entre estos grupos en relación con la frecuencia de deposiciones, la frecuencia ideal de deposiciones y hábito defecatorio.

El grado de ansiedad se vio significativamente asociado a la distensión abdominal y al disconfort abdominal en el grupo con SII-C, pero no con la frecuencia de las deposiciones.

En el caso de los pacientes con trastorno funcional, esta asociación no fue significativa respecto de ninguna de las tres características mencionadas.

Hubo una asociación entre la edad y el sexo y el grado de ansiedad, en la que las mujeres entre 20 y 49 años de edad con diagnóstico de SII-C presentaron un mayor grado de ansiedad

en vida cotidiana que los pacientes con trastornos funcionales. Por otro lado, los pacientes varones entre 50 y 79 años de edad no presentaron tal asociación.

El síntoma más problemático para los pacientes con SII-C fue la distensión abdominal (26.2%), resultado similar al grupo con trastorno funcional intestinal (29.1%). Este síntoma apareció con más frecuencia luego de las comidas.

 

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