Los pacientes requieren un tratamiento individualizado | 28 MAR 19

Trastornos de ansiedad

Los trastornos de ansiedad son enfermedades crónicas que afectan considerablemente la vida de los pacientes. En consecuencia, resulta fundamental efectuar un diagnóstico oportuno y aplicar un tratamiento eficaz
Autor/a: Ströhle A, Gensichen J, Domschke K The Diagnosis and Treatment of Anxiety Disorders
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Introducción y objetivos

La supervivencia del individuo necesita de la ansiedad, una emoción básica cuyo aumento inapropiado genera diferentes trastornos mentales. No obstante, el incremento del nivel de ansiedad también puede causar cuadros somáticos, como el infarto de miocardio o la hipoglucemia.

Por lo tanto, el abordaje terapéutico de los pacientes con ansiedad dependerá del cuadro clínico. Ante un incremento patológico de los niveles de ansiedad, se recomienda la realización de una evaluación clínica y psiquiátrica completa con el fin de descartar causas respiratorias, cardiovasculares, neurológicas o endocrinológicas.

Si la ansiedad aparece en ausencia de afecciones subyacentes o en forma desproporcionada en comparación con la amenaza percibida, se considera que el paciente presenta un trastorno.

El presente estudio se llevó a cabo con el objetivo de brindar información sobre los trastornos de ansiedad, su cuadro clínico, las consecuencias que pueden acarrear y los tratamientos disponibles para los pacientes que los presentan.


Métodos

Los autores realizaron una selección de estudios en la base de datos PubMed.

  • Características clínicas y etiológicas

Los trastornos de ansiedad son enfermedades mentales frecuentes. Según lo estimado, afectan a 61.5 millones de individuos, principalmente de sexo femenino. En general, los trastornos de ansiedad comienzan durante la infancia o la adolescencia.

Son enfermedades crónicas que afectan considerablemente la vida de los pacientes. Los tipos de trastornos de ansiedad incluyen:

  • trastorno de pánico
  • agorafobia
  • fobia específica
  • fobia social
  • trastorno de ansiedad generalizada
  • trastorno de ansiedad por separación
  • mutismo selectivo

La comorbilidad es frecuente en pacientes con trastornos de ansiedad, y puede tener lugar ante la presencia de dos o más trastornos de este tipo. Por ejemplo, en niños con trastorno de ansiedad por separación, existe aumento del riesgo para padecer trastorno de pánico con posterioridad.

Esta asociación longitudinal es denominada “comorbilidad secuencial”. Además, la presencia de un trastorno de ansiedad aumenta el riesgo para manifestar otras enfermedades mentales como la depresión o los trastornos por consumo de sustancias.

Existe una asociación entre la presencia de trastornos de ansiedad y la aparición y pronóstico de enfermedades como los trastornos cardiovasculares y el cáncer, aunque es necesario contar con más información que permitan indicar la causalidad de dicha relación.

De todos modos, es posible señalar que la detección temprana de los trastornos de ansiedad puede ser una estrategia adecuada de prevención secundaria de enfermedades somáticas y psiquiátricas.

Desde el punto de vista etiológico, los trastornos de ansiedad resultan de las interacciones entre variantes genéticas y factores ambientales. Según lo estimado, la heredabilidad de los trastornos de ansiedad oscila entre el 30% y el 67%.

El agrupamiento familiar de casos fue informado, por ejemplo, para el trastorno de ansiedad generalizada y las fobias específicas. Los factores ambientales negativos que aumentan el riesgo de trastornos de ansiedad incluyen el abuso físico o emocional, las enfermedades crónicas, los traumatismos y la pérdida de seres queridos, entre otros.

No obstante, también existen factores ambientales positivos que reducen el riesgo de trastornos de ansiedad aun en individuos con predisposición genética, como las estrategias eficaces de afrontamiento, las experiencias de aprendizaje y el apoyo social.

El interés por los mecanismos epigenéticos implicados en la aparición de trastornos de ansiedad es creciente. Estos procesos bioquímicos incluyen la metilación del ADN y la acetilación de las histonas. Actúan sobre la expresión del ADN sin modificar su secuencia, al regular la actividad genética, y pueden ser modificados por los factores ambientales.

En consecuencia, los procesos epigenéticos juegan un papel importante en términos de riesgo y resiliencia para padecer trastornos de ansiedad. El tratamiento eficaz, tanto farmacológico como psicológico, también puede provocar modificaciones epigenéticos asociadas con una evolución clínica favorable.

Las vías neurales implicadas en la regulación de la respuesta de ansiedad están integradas por estructuras como la amígdala, el hipotálamo, el locus coeruleus y la sustancia gris periacueductal. Tanto la corteza prefrontal como el giro cingulado anterior inhiben a la amígdala.

Otras áreas implicadas en la regulación de la ansiedad son la ínsula y el núcleo del lecho de la estría terminal. La aparición y el mantenimiento de la ansiedad se relacionan con el aprendizaje.

En este sentido, se destaca el papel del condicionamiento clásico y operante y de la conducta evitativa. Los rasgos de la personalidad, como el neuroticismo, también se relacionan con la aparición de trastornos de ansiedad. En coincidencia, la extinción del aprendizaje mediante la exposición in vivo constituye una forma de reaprendizaje empleada para el tratamiento de los pacientes con determinados trastornos de ansiedad.

 

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