Diagnóstico, tratamiento y comorbilidades | 25 ABR 19

Convulsiones no epilépticas

Tiene una incidencia de 33 casos por cada 100 000 personas, implica alto costo económico, compromiso de la capacidad funcional y pérdida de aptitud para el trabajo
Autor/a: Perez D, Curt LaFrance Jr. W CNS Spectrums 21(3):239-246, Jun 2016
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Introducción

La complejidad del control de las convulsiones psicógenas no epilépticas (CPNE) determina la necesidad de aplicar el conocimiento de diversas especialidades clínicas para lograr un diagnóstico certero y administrar una terapia eficaz.

La etiología de las CPNE es objeto de estudio de la neurobiología de los sistemas y la neurociencia clínica. La complejidad de las CPNE radica en que se generan en ausencia de disfunción en la conducción nerviosa cortical; sin embargo, al igual que las crisis epilépticas, se caracterizan por la aparición repentina de síntomas somáticos y, en ciertos casos, conductuales, con intensidad elevada.

Las CPNE, antes clasificadas como histeria, en la actualidad se consideran una condición comprendida dentro de los trastornos de conversión y neurobiológicos funcionales; en ellos, se pretenden identificar marcadores biológicos que sirvan para la evaluación del cuadro clínico y en la elección de la estrategia terapéutica a utilizar.

A partir de evaluaciones efectuadas en ensayos clínicos, el objetivo de la presente revisión fue describir las características distintivas de las CPNE, respecto de las crisis epilépticas, su asociación con diversas enfermedades que afectan al sistema nervioso y los trastornos psiquiátricos, y las diferentes terapias para lograr su control.

Características, identificación y tratamiento de las CPNE

De acuerdo con diversos ensayos clínicos, los pacientes que presentan CPNE, a diferencia de aquellos que tienen crisis epilépticas, mantienen la consciencia durante la convulsión y el recuerdo de los acontecimientos sucedidos en esta en el intervalo inmediatamente posterior.

Sus manifestaciones comprenden:

  • llanto,
  • cierre de los ojos (inicio de la convulsión),
  • parpadeo reiterado
  • alteraciones que comprometen diversos grupos musculares, como los movimientos laterales o sin corrdinación 

Las CPNE también se caracterizan por su naturaleza variable, su permanencia durante un período extenso y por responder ante las acciones efectuadas por personas del entorno, que pueden ejercer cierto control en la magnitud de los síntomas.

No obstante, existen ciertas manifestaciones, como la acción de morderse la lengua y la incontinencia urinaria, que pueden presentarse en las CPNE y las crisis epilépticas.

El diagnóstico certero de este trastorno de conversión, que tiene una incidencia estimada de 33 casos por cada 100 000 personas, resulta fundamental por el costo económico que significa para los sistemas de salud y la sociedad, debido al compromiso de la capacidad funcional y la pérdida de aptitud para el trabajo en ausencia de un tratamiento que permita un control eficaz de las CPNE.

En este sentido, en la identificación precoz de las crisis convulsivas se deben valorar las características demográficas del paciente, ya que se observa mayor predisposición a presentar CPNE en el 57% y 46% de los casos en los que se registró sintomatología sin causa aparente (presencia de un rasgo clínico o más) o trastornos psiquiátricos (depresión o ansiedad), respectivamente.

Asimismo, se observa una prevalencia elevada en personas desocupadas y, en particular, la primera manifestación del cuadro clínico aparece, en promedio, a los 31 años (± 15 años) y en el sexo femenino (80% de los casos).

La valoración de estos factores de riesgo y de los antecedentes clínicos complementa el procedimiento diagnóstico que consiste en el registro de la incidencia de los rasgos clínicos, distintivos de las CPNE, junto con la ausencia de detección de descarga neuronal excesiva durante el intervalo periictal, determinada mediante la realización de un videoelectroencefalograma (V-EEG).

Sin embargo, en ciertos casos, la incidencia de las CPNE no es suficiente para lograr el registro de la actividad cerebral mediante el V-EEG. En este contexto, se evalúa la necesidad de aplicar procedimientos destinados a provocar las crisis convulsivas, efectuados luego de lograr un consenso.

En la caracterización de la descarga neuronal en pacientes con CPNE se utilizan ciertos estímulos que provocan la actividad eléctrica, como el lumínico y la hiperrespiración.

En estos casos se registran anomalías en las sinapsis de diversos circuitos nerviosos, como el aumento en la neurotransmisión entre la corteza parietal/el giro frontal inferior, la ínsula/la corteza cingulada anterior y el surco precentral, estructuras cerebrales responsables de la identificación y la regulación de las funciones ejecutivas, las emociones y la respuesta motora, respectivamente.

 

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