Afecta a alrededor de 1 millón de estadounidenses | 02 MAY 17

El síndrome de fatiga crónica y la microbiota intestinal

Las bacterias intestinales ofrecen pistas sobre la misteriosa enfermedad

Los científicos han encontrado diferencias en las bacterias intestinales de las personas con síndrome de fatiga crónica, en comparación con sus pares sanos.

El hallazgo está entre los primeros en vincular anomalías en la conformación de las bacterias intestinales (el "microbioma") y la fatiga crónica, una enfermedad misteriosa y debilitante.

No está claro si esas diferencias son meramente una señal del síndrome de fatiga crónica o una causa subyacente, comentó el autor líder del estudio, el Dr. W. Ian Lipkin.

Pero podrían vincularse con la gravedad de la enfermedad, dijo Lipkin, director del Centro de Infección e Inmunidad de la Facultad de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia.

El síndrome de fatiga crónica afecta a alrededor de 1 millón de estadounidenses, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

Las personas con el síndrome típicamente se quejan de fatiga extrema tras el esfuerzo, de dolor muscular y articular, de dificultades para pensar y de problemas para dormir. Pero solo alrededor de un 20 por ciento de las personas con el síndrome saben que lo tienen, porque es difícil de diagnosticar, anotan los CDC.

Los científicos han comenzado a observar el microbioma en búsqueda de respuestas a una variedad de misterios médicos.

El microbioma es la comunidad de bacterias que viven sobre y dentro del cuerpo. "En este caso, describimos las bacterias intestinales", señaló Lipkin.

"Esas bacterias influyen en cómo nos sentimos, en la forma en que nuestros sistemas inmunitarios responden a nuestro ambiente, y en nuestra resistencia a las enfermedades", añadió.

Para explorar una asociación potencial entre el síndrome de fatiga crónica y un desequilibrio en el ambiente intestinal, los investigadores reclutaron a 50 pacientes con síndrome de fatiga crónica y a 50 personas sanas de cuatro ciudades de EE. UU. La mayoría eran mujeres, con una edad promedio de 51 años.

Se analizaron genéticamente muestras fecales de todos los participantes para identificar los tipos y cantidades de bacterias que contenían. También se analizaron muestras de sangre.

Lo que los investigadores encontraron es que las personas con síndrome de fatiga crónica "tienen bacterias distintas en los intestinos que la gente sana", comentó Lipkin.

En concreto, el equipo de investigación observó que los pacientes con fatiga crónica (pero no los participantes sanos) tenían cantidades altas de varias especies de bacterias intestinales.

 

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