Análisis de una serie de casos | 13 FEB 17

Toxicidad aguda por sustancias psicoactivas

La mayoría de los casos de toxicidad aguda asociada con el consumo de drogas ilícitas, habitualmente con síntomas psiquiátricos o simpaticomiméticos, obedece al uso de cocaína y cannabis
Autor/a: Liakoni E, Dolder P, Rentsch K, Liechti M BMC Pharmacology & Toxicology 17(25):1-7, May 2016

Introducción

Se estima que casi la cuarta parte de la población adulta de la Unión Europea ha consumido drogas ilícitas con fines recreativos en algún momento de sus vidas. Las drogas usadas con mayor frecuencia son el cannabis, la cocaína, las anfetaminas y la 3,4 metilendioximetanfetamina (MDMA). Sin embargo, los niveles de consumo difieren considerablemente de un país a otro. Se dispone de poca información acerca de la toxicidad aguda (TA) o las internaciones asociadas con el uso de drogas ilícitas; la situación es más compleja aún en el contexto de la aparición de nuevas sustancias psicoactivas (NSP) en los últimos años.

Estas NSP habitualmente son análogos o derivados de las sustancias controladas, producidos con la finalidad de lograr los mismos efectos que sus precursores, pero evitar las regulaciones vigentes. En Europa, el número de NSP ha aumentado considerablemente en la última década; en 2014 se identificaron 101 NSP por primera vez. Por lo general, las NSP no se detectan con los inmunoensayos convencionales, utilizados para conocer el consumo de las drogas ilícitas convencionales, y es posible que se asocien con TA grave y complicaciones clínicas, incluida la muerte.

Los sistemas de monitorización de las situaciones de urgencia médica, vinculadas con el consumo de las drogas ilícitas, en general, y de las NSP, en particular, podrían ayudar a conocer mejor los riesgos vinculados con su uso, evitar las urgencias clínicas y mejorar el tratamiento de los pacientes con TA.

El objetivo del presente estudio fue describir la TA asociada con el uso recreativo de drogas ilícitas que motivó consultas de urgencia en una sala de guardia (SG) de Suiza, en el transcurso de un año, respecto del trabajo similar en el año previo. Se tuvieron en cuenta las características demográficas de los pacientes, los hallazgos clínicos, las drogas utilizadas y la evolución a corto plazo. En el estudio se aplicó cromatografía líquida con espectrometría de masas (CL/EM) para la detección específica de NSP. El centro participante forma parte de la European Drug Emergencies Network (Euro-DEN), un proyecto de 2 años destinado a la recolección sistemática de los datos de los pacientes que consultan a SG de diferentes centros centinela de Europa por TA por NSP.


Pacientes y métodos

Se incluyeron todos los pacientes internados en la SG del University Hospital de Basilea (un centro de atención primaria y un centro terciario de derivación), por presentar síntomas de TA secundaria al consumo recreativo de drogas ilícitas, entre octubre de 2014 y septiembre de 2015.

Los casos se identificaron en intervalos mensuales, en tanto que los datos se recogieron mediante un algoritmo sistemático. El procedimiento permitió detectar todos los casos de “abuso”, “intoxicación” o términos relacionados, como también una amplia lista de drogas de uso ilícito. Solo se incluyeron los pacientes con TA asociada con el uso recreativo de un compuesto psicotrópico y no con finalidad médica u ocupacional o con intención autolesiva.

Las drogas consumidas se identificaron a partir de la referencia de los pacientes o los testigos, la opinión de los profesionales y la confirmación analítica. Los datos se recogieron de manera estandarizada, en el contexto del proyecto Euro-DEN. Fueron excluidos los pacientes con intoxicación etílica sola, con síntomas de abstinencia y aquellos con complicaciones secundarias vinculadas con el consumo crónico de drogas ilícitas.

Se tuvieron en cuenta las características demográficas de los pacientes (edad, sexo, hora y día de la asistencia en la SG), las drogas consumidas, los efectos clínicos y la evolución clínica. Entre las variables clínicas se consideraron el puntaje en la Glasgow Coma Scale (GCS), la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la frecuencia respiratoria, la temperatura corporal, los resultados bioquímicos y los hallazgos en el electrocardiograma.

La hipertermia se definió en presencia de un valor de temperatura corporal > 39° C, en tanto que la hipertensión y la hipotensión arterial sistólica se establecieron en los pacientes con valores > 180 y < 90 mm Hg, respectivamente. También se evaluó la presencia de alucinaciones y psicosis. La gravedad de la intoxicación aguda se determinó con el Poison Severity Score, que pudo ser leve (transitoria y con remisión espontánea de los síntomas), moderada (síntomas graves o prolongados) o grave (asociada con síntomas graves o que ponen en riesgo la vida).

Se utilizó el inmunoensayo CEDIA para la detección de barbitúricos, anfetaminas (incluso MDMA), benzodiazepinas, cocaína, cannabis, metadona y heroína; los inmunoensayos DRI se utilizaron para la detección de antidepresivos tricíclicos y opiáceos. Los niveles de etanol en sangre se conocieron por ensayo enzimático. Mediante CL/EM se valoró la presencia de más de 770 drogas. Los niveles de gamma-hidroxibutirato (GHB) se conocieron mediante ensayo enzimático.


Resultados

Las alteraciones clínicas más comunes fueron taquicardia,  ansiedad, náuseas o vómitos y agitación

Durante el período se estudio se registraron 50 624 consultas de urgencia, 210 de se atribuyeron directamente a TA asociada con el consumo de drogas ilícitas. La edad promedio de los pacientes fue de 33 años; el 73% era de sexo masculino. La mayoría de los pacientes llegó a la SG en horas de la noche y los fines de semana; el 52% fue trasladado a la SG en ambulancia.

Según la referencia de los pacientes, la cocaína y el cannabis fueron las dos drogas consumidas con mayor frecuencia; solo se detectaron 2 casos de TA por drogas relativamente nuevas: un paciente presentó intoxicación grave (GCS de 3 puntos e hipertensión arterial) en asociación con el uso de parametoximetanfetamina (PMMA) en combinación con otras drogas (MDMA, metadona y benzodiazepinas) y otro sujeto con intoxicación leve (14 puntos en la GCS y mareos), en relación con el consumo de 2,5 dimetoxi-4-propilfenetilamina (2C-P). En ambos casos, la etiología fue referida por el propio paciente y no se realizó confirmación analítica.

Diez pacientes (5%) refirieron haber consumido una droga sin saber cuál era. En otros 10 casos no se dispuso de información acerca de los agentes empleados, mientras que 3 sujetos (1%) negaron el consumo de drogas ilícitas; estos últimos se incluyeron porque los profesionales consideraron que los síntomas eran secundarios al consumo de drogas ilícitas o en función de los resultados de las pruebas analíticas. El 70% y 24% de los pacientes refirieron haber consumido una única droga o sustancias múltiples, respectivamente. El 48% de los casos consumió alcohol simultáneamente.

 

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