Resultados de un estudio multinacional | 19 DIC 16

Diabetes gestacional y obesidad infantil

Este estudio de 12 países halló que la diabetes gestacional se asoció con mayor riesgo de obesidad y de obesidad central en niños
Autor/a: Zhao P, Liu E, Hu G y colaboradores Diabetologia 59(11):2339-2348, Nov 2016

Introducción y objetivos 

Existen factores prenatales, gestacionales y posnatales que ejercen efectos combinados para la aparición de obesidad infantil, un problema de salud en aumento, tanto en los países desarrollados como en vías de desarrollo. Algunos estudios sugirieron que la exposición intrauterina a la diabetes gestacional (DBTG) materna, definida por cualquier grado de intolerancia a la glucosa aparecido durante el embarazo, representa para el niño mayor riesgo a largo plazo de aparición de diversos trastornos, incluida la obesidad.

Según estudios multinacionales, basados en criterios diagnósticos uniformes, la DBTG es una complicación clínica frecuente, que afecta entre el 1% y 28% de los embarazos. La relación entre la DBTG y la obesidad infantil se comprobó hace tiempo, pero no todos los estudios arrojaron resultados uniformes. La mayoría de los estudios provino de países desarrollados, con poblaciones de ingresos altos, por lo que es necesario obtener datos provenientes de naciones en situaciones socioeconómicas diversas.

Los indicadores de obesidad central, como la circunferencia de la cintura (CC), pueden predecir el riesgo de enfermedad cardiovascular más que la adiposidad medida por el índice de masa corporal (IMC). El objetivo del presente estudio fue examinar la asociación de la DBTG con tres indicadores de obesidad infantil –IMC, CC y grasa corporal– en niños de entre 9 y 11 años, provenientes de 12 países.


Participantes y métodos 

El International Study of Childhood Obesity, Lifestyle and the Environment (ISCOLE) tuvo un diseño transversal y multinacional y se llevó a cabo en regiones urbanas y suburbanas de 12 países (Australia, Brasil, Canadá, China, Colombia, Finlandia, India, Kenia, Portugal, Sudáfrica, Reino Unido y los EE.UU.), con diferentes rangos de ingresos económicos. El centro coordinador del estudio diseñó el protocolo de investigación y los comités de ética locales lo aprobaron. Se obtuvo el consentimiento informado de los padres o de los tutores legales de los niños participantes. También se solicitó el asentimiento del niño.

Un total de 7372 niños de entre 9 y 11 años participaron del estudio; de estos, 4740 permanecieron en el presente trabajo, después de la exclusión de los niños que no tenían datos válidos registrados de alguna variable considerada indispensable (acelerometría, antecedente materno de DBTG, IMC, CC, porcentaje de grasa corporal, peso de nacimiento, edad gestacional, alimentación, edad materna, IMC materno, educación materna o modalidad de alimentación del lactante). Los niños excluidos no tuvieron diferencias estadísticamente significativas con respecto a aquellos que fueron incluidos, salvo por una mayor porcentaje de varones.

Los datos demográficos y familiares se recogieron mediante un cuestionario estructurado. La educación materna se clasificó en secundario incompleto, secundario completo y nivel universitario. Se reunieron datos sobre la alimentación del niño en los primeros meses (pecho materno exclusivo, alimentación mixta, retiro del pecho materno, leche artificial exclusivamente). El diagnóstico de DBTG materna se hizo con base en los criterios de la Organización Mundial de la Salud. Para establecer el patrón alimentario se utilizó el Food Frequency Questionnaire, validado para su uso en niños en el rango etario del estudio. De acuerdo con las respuestas, el patrón alimentario se clasificó en “saludable” o “poco saludable”.

Las mediciones antropométricas se tomaron de acuerdo con un protocolo estandarizado. Los puntajes Z para el IMC, la grasa corporal y la CC se calcularon con los datos específicos de referencia para la edad y el sexo. La obesidad infantil se definió por > 2 desviaciones estándares del puntaje Z del IMC. La obesidad central se estableció con un valor de CC > percentil 90. La grasa corporal elevada se definió por un valor > percentil 90. El sobrepeso materno se estableció por un IMC > 25 kg/m2. Para la medición objetiva del grado de actividad se utilizó un acelerómetro colocado en la cintura, que registró los períodos de actividad física moderada, intensa, de reposo y de sueño.

Las variables se compararon con la prueba de la t para las medias y con la prueba de chi al cuadrado para las proporciones. Se utilizó un modelo de regresión lineal de niveles múltiples, ajustado por las variables que se consideraron influyentes, para estimar la asociación entre la DBTG y el riesgo de obesidad en los niños. Un valor de p < 0.05 se consideró estadísticamente significativo.

 

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