La respuesta del sistema sanitario | 19 DIC 16

Manejo del Trauma Pediátrico

Enfoque sobre el manejo del trauma agudo en la población pediátrica
Autor/a: American Academy of Pediatrics Pediatrics 2016;138/ Issue 2
INDICE:  1. Página 1 | 2. Referencias bibliográficas
Página 1

INTRODUCCIÓN

Las lesiones intencionales y no intencionales y el homicidio causan más muertes en los niños y adolescentes de entre 1 y 18 años que todas las otras causas en conjunto. Las muertes causadas por lesiones, intencionales o no, suman más años de vida potencial perdida en menores de 18 años que la muerte súbita infantil inexplicable, el cáncer y las enfermedades infecciosas combinadas. Se estima que 1 de cada 4 niños sufre una lesión no intencional que requiere atención médica cada año.

El costo directo de las lesiones en la infancia es de > $ 50 millones de dólares anuales. Los sobrevivientes de un trauma infantil pueden sufrir discapacidad de por vida y requerir atención especializada a largo plazo. Mejorar los resultados de los niños lesionados requiere un enfoque que reconozca las lesiones en la niñez como un importante problema de salud pública. Pueden encontrarse temas relacionados con las lesiones en la infancia en otras publicaciones de la Academia Americana de Pediatría (AAP). Estas publicaciones complementan y mejoran nuestra comprensión del manejo del trauma pediátrico.


SISTEMAS DE TRAUMA

Los niños se lesionan en una amplia variedad de localizaciones geográficas, y la participación de los centros locales y regionales es fundamental para la optimización del cuidado de los niños heridos. Un sistema de trauma pediátrico funciona mejor como parte inclusiva de los servicios de emergencias médicas (SEM), el sistema de trauma, y ​​el sistema de respuesta a desastres a nivel local, regional, estatal, y nacional. El sistema de trauma inclusivo se define como aquel en el que todos los proveedores del SEM, médicos, otros cuidadores y hospitales participan en el cuidado de los pacientes lesionados.

Los centros de traumatología de adultos y los centros de trauma pediátrico regionales son los componentes centrales de dicho sistema. Estos sistemas permiten una comunicación inmediata, el reconocimiento precoz de lesiones graves, y la educación continua de los proveedores de atención en emergencias y trauma. Un sistema de trauma inclusivo abarca desde hospitales capaces de la estabilización inicial a los que proporcionan atención integral del trauma. Como se señaló en el informe del Instituto de Medicina "Atención de Emergencia para Niños: Los Problemas Crecen", dentro de cualquier SEM o sistema de trauma dado, es probable que no todos los hospitales estén completamente equipados con medicamentos o equipos de reanimación pediátrica adecuados.

También puede haber una variabilidad significativa en la formación y la experiencia pediátrica de los médicos y enfermeras que trabajan en los servicios de urgencias hospitalarios (SUs). Sin embargo, la disponibilidad pediátrica, incluyendo apoyo administrativo, mejora de la calidad,  educación, equipos, suministros, medicamentos y educación continua, es importante para todos los hospitales.

Aproximadamente el 80% de los niños estadounidenses vive dentro de un rango de 50 millas de un centro de trauma de nivel I o II. Sin embargo, en muchos estados menos poblados, el porcentaje de niños que viven a 50 millas de un centro de trauma es mucho menor. Cerca de 17,4 millones de niños no tienen acceso a un centro de trauma pediátrico dentro de los 60 minutos.

Cuando el sistema de trauma se extiende sobre una gran área geográfica, los hospitales periféricos del sistema deben ser capaces de llevar a cabo la estabilización y el manejo inicial de los niños heridos o de los niños que se presentan en el hospital. De manera óptima, cada sistema de trauma también definirá el rango de edad del paciente pediátrico en base a los recursos del equipo de trauma y a los recursos específicos del hospital disponibles.

Cuando existe un centro pediátrico de referencia regional dentro del sistema de trauma, los niños más gravemente heridos pueden ser transportados a una instalación con una designación de trauma pediátrico de nivel I o II. Los administradores del sistema de trauma son los principales interesados en facilitar vías para que todos los hospitales con servicios de urgencias puedan evaluar y reanimar niños heridos. Un evento con una gran cantidad de heridos, como el paso de un tornado en 1 hospital en un sistema, destaca la necesidad de tal disposición.

Se ha recomendado identificar un coordinador médico y de enfermería para la atención de emergencia en pediatría en cada instalación, con políticas pediátricas específicas, procedimientos, equipos, procesos de mejora de la calidad, y directrices para la atención establecidos. Estas directrices se describen en la declaración de política conjunta "Guía para el Cuidado de Niños en el Departamento de Emergencias" de la AAP/Colegio Americano de Médicos de Emergencias/Asociación de Enfermeras de Emergencias. Además, las medidas de funcionamiento de los Servicios de Emergencias Médicas para Niños que evalúan el estado de capacidad operativa para proporcionar atención de emergencia pediátrica son adjuntos importantes para el manejo de un sistema de trauma.

Los protocolos para el triage de campo y hospitalario, el tratamiento y la derivación de las víctimas de un trauma pediátrico son una parte importante de cualquier sistema de trauma. Recomendaciones de derivación y kits de herramientas están disponibles en muchos sistemas estatales y  regionales, así como en organizaciones nacionales. Idealmente, la calidad de la atención que se proporciona dentro del sistema es evaluada continuamente por la administración del sistema de trauma a través de la mejora del rendimiento de los procesos.

La evaluación comparativa de la atención utilizando los datos ajustados por el riesgo es importante para la mejora continua de la atención pediátrica y los modelos de administración del sistema. Los resultados de los pacientes pediátricos con traumatismos pueden compararse con parámetros de referencia disponibles, tales como el Banco Nacional de Datos de Trauma, y la información compartida con los proveedores específicos, para promover un ambiente óptimo para la mejora de calidad en el cuidado del trauma pediátrico. El Colegio Americano de Cirujanos (CAC) ha iniciado un Proyecto de Mejora de Calidad en Trauma Pediátrico para proporcionar a los hospitales participantes datos comparativos pediátricos específicos adicionales.


CUIDADO PREHOSPITALARIO EN EL TRAUMA PEDIATRICO

Hay una falta relativa de datos con respecto a las mejores prácticas para la reanimación pediátrica en el paro cardiaco traumático fuera del ámbito hospitalario

Los proveedores pre-hospitalarios pueden no estar tan familiarizados con la atención pediátrica de emergencia como con la atención prestada a los adultos, ya que la mayoría están expuestos infrecuentemente a niños heridos o críticamente enfermos. La falta de experiencia en trauma pediátrico se trata de revertir mediante esfuerzos de educación continua para el personal del SEM a través de cursos establecidos apoyados por la AAP y la Asociación Nacional de Técnicos en Emergencias Médicas o mediante la experiencia práctica en un hospital pediátrico. La formación a distancia o en red puede ser una alternativa eficaz y razonable en regiones rurales. Los cuerpos de licencias y certificaciones estatales y nacionales pueden garantizar que los proveedores pre-hospitalarios obtengan unidades de formación continua adecuadas para el manejo del trauma pediátrico y así mantener el nivel de competencia.

No importa cómo la educación continua se lleve a cabo; los mecanismos para la evaluación de conocimientos y retención de habilidades y la evaluación continua del desempeño son cruciales para el personal pre-hospitalario. El método para el mantenimiento de las habilidades puede incluir una evaluación continua del rendimiento o la colaboración con un sistema de salud pediátrico que proporciona oportunidades para mantener y ampliar los conocimientos y las habilidades en la atención del trauma infantil. Nuevos proyectos que utilizan la simulación muestran resultados prometedores.

El intercambio directo con los  proveedores de campo es un componente esencial para la mejora continua en cualquier sistema de trauma a fin de mejorar los resultados en los niños heridos. Esta retroalimentación puede ser proporcionada por la instalación receptora mediante el uso de revisiones en tiempo real, presentaciones de revisión de casos, o intercambios de información con la agencia pre-hospitalaria de referencia.

Hay una falta relativa de datos con respecto a las mejores prácticas para la reanimación pediátrica en el paro cardiaco traumático fuera del ámbito hospitalario, incluyendo la administración de líquidos, la estabilización de la columna cervical, y el manejo de las vías respiratorias de los niños. El sistema Broselow proporciona información útil para la reanimación temprana, y hay nuevas recomendaciones para la finalización de la reanimación en el campo.

El apoyo integral para la investigación en esta área tiene que provenir de organizaciones a nivel regional, estatal y nacional. Ejemplos actuales de apoyo a la investigación incluyen el programa de Servicios  Médicos de Emergencia para Niños financiado con fondos federales, la Red de Investigación Aplicada en Cuidado Pediátrico de Emergencia, la Red de Investigación en Emergencias Pediátricas, y el Centro de Ensayos Clínicos y Resultados de la Asociación Americana de Cirugía Pediátrica.

CENTROS DE TRAUMA

Se han demostrado mejores resultados en los niños más pequeños y en los más gravemente heridos en un centro de trauma dentro de un hospital pediátrico o en un centro de trauma que integra servicios de trauma pediátrico y de adultos. Los datos sugieren que la presencia de un centro de trauma pediátrico dentro de un estado se asocia con menores tasas de mortalidad por lesiones. Los requisitos para un programa hospitalario de manejo del trauma en niños varían según el estado. La descripción más completa de los diferentes niveles de atención del trauma pediátrico es provista por el documento del CAC "Cuidado óptimo del paciente lesionado".

La capacidad de proporcionar una amplia gama de servicios pediátricos, incluyendo la presencia de profesionales capacitados en medicina pediátrica de emergencia, subespecialidades médicas y especialidades quirúrgicas pediátricas, anestesiología pediátrica, cuidados intensivos pediátricos, asesoramiento en estrés postraumático y abuso de sustancias, rehabilitación pediátrica, y otro tipo de atención especializada en trauma, es sumamente importante. Enfermeras con demostrada competencia en el cuidado de pacientes pediátricos con injurias son un importante aspecto de la atención también.

El manejo del niño lesionado requiere consideraciones especiales. Cuestiones que son únicas para los niños incluyen la reducción de la exposición a la radiación diagnóstica, la presencia de la familia durante la reanimación, la disponibilidad de especialistas en pediatría, el manejo de fluidos y electrolitos, y las transfusiones de sangre, para nombrar unas pocas. Una cuidadosa consideración de la radiación diagnóstica durante la evaluación del trauma es siempre de importancia primordial debido a la dosis que es a menudo administrada.  

Los protocolos pediátricos para la realización de imágenes y pruebas diagnósticas en individuos lesionados o en eventos con gran cantidad de heridos en un entorno de atención centrado en el niño y la familia son recursos importantes que tienen que tener un lugar proactivo en todos los hospitales, incluyendo los centros de trauma de hospitales generales y pediátricos. Las directrices específicas para la implementación y facilitación de la presencia familiar durante la atención del trauma pediátrico son útiles para facilitar la seguridad y la eficacia de la presencia de la familia dentro de un hospital. Protocolos específicos para el manejo del dolor podrían permitir el control oportuno del mismo en los niños heridos.

La competencia y la capacidad para proporcionar una gama completa de estrategias de manejo del dolor en niños, incluyendo analgésicos sistémicos, opciones de control del dolor a nivel regional y local, y técnicas de distracción, son componentes esenciales para la atención del trauma pediátrico. El manejo del dolor es importante desde el momento de la lesión y durante toda la atención, incluyendo la rehabilitación.

La educación continua en trauma para los profesionales médicos y enfermeras es importante y puede ser lograda mediante certificación actual en el Curso de Apoyo Vital en Trauma Avanzado del CAC y cursos de enfermería especializados en trauma apoyados por la Sociedad de Enfermeras de Trauma y la Asociación de Enfermeras de Emergencia. Algunos centros de trauma pueden no tener los recursos para atender a la totalidad de los niños heridos dentro de su región de derivación en un momento dado, especialmente en estados menos poblados.

Por lo tanto, los niños lesionados más gravemente pueden necesitar ser estabilizados en centros de referencia regionales y transportados hasta instalaciones terciarias con estos recursos. Los equipos de  transporte de cuidados intensivos pediátricos son a menudo el mejor recurso para dichas derivaciones. Los hospitales que buscan designación o verificación regional o estatal como un centro de trauma pediátrico a través del proceso de verificación del CAC o procesos de designación de estado de trauma similares son ejemplos de instalaciones que han hecho un esfuerzo extraordinario para proporcionar recursos para el cuidado de los niños heridos.

Una unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) bien equipada y con personal idóneo es otro componente esencial de un centro de trauma pediátrico. Las UCIPs ofrecen un ambiente con los dispositivos de monitoreo, equipos, medicamentos y la tecnología necesarios para mantener la función fisiológica y cuentan con profesionales con los conocimientos necesarios para aplicarlos en el paciente pediátrico.

Los datos muestran que la disponibilidad de camas en la UCIP dentro de una región puede mejorar la sobrevida en el trauma pediátrico. Es necesario el trabajo conjunto de médicos de cuidados intensivos pediátricos, cirujanos, y anestesiólogos capacitados en el cuidado de niños heridos para una atención óptima de los pacientes gravemente heridos e inestables en la UCI. Además de los niños gravemente heridos, los pacientes estables con deterioro potencial también pueden requerir los servicios especializados de la UCIP.

Los especialistas en atención del trauma pediátrico, especialmente aquellos con formación en cuidados críticos, son escasos y se distribuyen irregularmente en la población, dificultando así el manejo del trauma pediátrico a nivel nacional. La presencia de enfermeros de UCIP experimentados y de personal aliado en la atención de la salud colabora con el entorno necesario para la evaluación y monitorización frecuente de los niños heridos.

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024