Baja mortalidad | 04 ABR 16

¿Podría una cirugía de bajo riesgo ayudar con la acidez crónica?

La tasa de mortalidad por el procedimiento es más baja de lo que se había reportado

Una cirugía mínimamente invasiva para tratar la acidez crónica es más segura de lo que en general se cree, y podría ser una alternativa deseable al uso a largo plazo de medicamentos para el reflujo ácido, indica una investigación reciente.

Los científicos encontraron que la tasa de mortalidad después de la llamada cirugía de funduplicatura laparoscópica para la enfermedad del reflujo gastroesofágico (ERGE) era mucho más baja del 1 por ciento que con frecuencia se cita.

Los expertos plantearon que quizá la cirugía no se utiliza lo suficiente, sobre todo a la luz de las crecientes preocupaciones sobre la seguridad de los antiácidos.

"Uno de los principales argumentos contra la cirugía al elegir entre un tratamiento [farmacológico] o quirúrgico para la ERGE grave es el riesgo de mortalidad", apuntó el autor del estudio, el Dr. John Maret-Ouda, médico y estudiante doctoral de cirugía gastrointestinal superior del Instituto Karolinska, en Suecia.

Pero "este estudio encontró una sola muerte asociada con [esta cirugía] entre casi 9,000 pacientes... durante el periodo del estudio, de 1997 a 2013", añadió.

Los resultados del estudio aparecen en una edición reciente de la revista British Journal of Surgery.

La ERGE ocurre cuando el músculo de la parte inferior del esófago no se cierra de forma adecuada, permitiendo al ácido estomacal devolverse y provocar irritación. La acidez crónica resultante es incómoda, y puede conducir a cambios celulares que se desarrollan en un cáncer de esófago. La ERGE afecta a hasta el 20 por ciento de las personas de Estados Unidos, según el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales de EE. UU.

Los inhibidores de la bomba de protones, o IBP, pueden reducir la producción de ácido estomacal. Pero el uso a largo plazo de esos medicamentos se ha vinculado potencialmente con algunas afecciones de salud graves, como la demencia.

Maret-Ouda y su equipo analizaron las tasas de mortalidad a 30 días y a 90 días después de una cirugía de funduplicatura laparoscópica para la ERGE en casi 9,000 pacientes. La cirugía, que utiliza varias incisiones minúsculas en el abdomen, desconecta una parte del estómago del bazo y la envuelve alrededor del esófago, formando una barrera más apretada entre el estómago y el esófago para prevenir el reflujo ácido.

Apenas una muerte durante el periodo de seguimiento de 16 años se relacionó con la cirugía, y las tasas de mortalidad a los 30 días y a los 90 días fueron del 0.03 y del 0.08 por ciento, según el estudio.

"La cirugía crea una barrera que evita el reflujo al esófago, mientras que los inhibidores de la bomba de protones funcionan sobre todo al reducir la acidez de los contenidos gástricos, pero sin reducir el flujo en sí", explicó Maret-Ouda. "Además, estudios que compararon la cirugía con la medicación con inhibidores de la bomba de protones encontraron que la cirugía es superior a los fármacos, en términos del control de los síntomas y la exposición al ácido en el esófago".

 

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