Una presentación clínica rara | 23 FEB 15

Poroma pedunculado en antebrazo

El poroma ecrino es un tumor benigno anexial que se origina de la unidad epidérmica de la glándula sudorípara.

Generalmente aparece en personas de edad media.  Se ubica comúnmente en plantas o a los lados de los pies.  Generalmente es una lesión solitaria.  Se reporta un caso interesante de poroma ecrino EP que ocurrió en el antebrazo derecho y se presentó como un nódulo pedunculado.  Este es un sitio raro de ocurrencia de EP.

Reporte del caso:

Se presenta un hombre de 54 años con una lesión indolora roja en antebrazo derecho de 4 años de duración, que se incrementó de tamaño lentamente en dos años.  Presentó sangrado en la lesión ante síntomas triviales.  No presentaba otros antecedentes significativos.
Al examen dermatológico se observó un nódulo rosado firme, solitario, no doloroso de 1.5 cm x 1.5 cm en la parte extensora de antebrazo derecho (figura 1).  La superficie era nodular con telangiectasias.  No presentaba ganglios regionales palpables.



En el exámen clínico el diagnóstico diferencial fue de granuloma piogéno, acrocordón gigante y dermatofibroma.  Se extirpó el nódulo quirúrgicamente y se envió a histopatología.
El exámen histológico mostró una masa tumoral grande que se originaba de la epidermis hacia la dermis como bandas de células tumorales que se anastomosan (figura 2).  El tumor estaba compuesto por células monoformas oscuras basofílicas (poroides) y túbulos revestidos por células pálidas (cuticulares) sugestivas de poromas.  Las células tumorales presentaban un citoplasma claro con una distribución desigual. No se observaron figuras mitóticas ni focos de necrosis (figura 3). 

La histopatología fue compatible con EP.
El paciente se mantuvo en observación hasta el último año, no observándose recurrencia hasta entonces.
El poroma es un tumor adrenal con diferenciación acrosiringea.  Fue primero descripto por Goldman y Pinkus en 1956.  Corresponde a casi el 10% de los tumores de la glándula sudorípara.  La patogénesis es desconocida, aunque se lo ha asociado a cicatrices, traumatismos, radiación X, infección por virus papiloma.  El traumatismo puede haber sido un factor predisponente en este caso ya que la lesión se presentó en antebrazo.

Se especula que el EP se origina por proliferación y expansión de las células basales de los conductos ecrinos.
Generalmente se presenta en plantas como un nódulo que crece lentamente, suave, sésil o pedunculado color rojo.  Generalmente es una lesión solitaria.  Pueden manifestarse múltiples lo que se conoce como “poromatosis”.  Puede ocurrir raramente en cualquier parte donde están presentes las glándulas sudoríparas.  La lesión tiene tendencia a sangrar por traumatismos triviales.  Ocurre en la edad media de la vida sin predilección por sexo.  El tamaño es generalmente de 1-2 cm de diámetro.

Los sitios más comprometidos, son las plamas y plantas.  Hyman y Brownstein reportaron 45 casos de EP e indicaron que aproximadamente el 65% se originaron de plantas, 10% de manos, y 25% en áreas de pelo.  La ocurrencia de poroma pedunculado en antebrazo es rara y existes escasos reportes de casos.  Otras localizaciones inusuales son cuero cabelludo, cuello, nariz, párpados, pubis y pecho.
El examen histológico muestra que se origina de la porción inferior de la epidermis y se extiende hacia la dermis como masa tumoral que consiste en bandas de células epiteliales que se anastomosan. 

Las células son mas pequeñas que los queratinocitos epidérmicos, tienen una apariencia cuboide uniforme con un núcleo redondo, profundo basofílico, conectadas por puentes intercelulares.  Las células lesionales no queratinizan en el tumor, pero si lo hacen en la superficie en circunstancias en las que el tumor ha reemplazado a la epidermis suprayacente.  Las células contienen cantidad significativa de glucógeno lo que da un citoplasma claro de distribución irregular.

Se encuentran delgados lúmenes ductales y ocasionalmente espacios quísticos en las bandas tumorales.  Pueden distinguirse del carcinoma de células basales por la falta de empalizada periférica, aunque a veces pueden estar presentes focos de necrosis.
La extirpación quirúrgica es el tratamiento de elección.  No recurre luego de la extirpación.  Raramente ocurre transformación maligna.

Figura 1: Nódulo firme, solitario, asintomático de 1.5 cm x 1.5 cm con superficie nodular en la parte extensora del antebrazo derecho.

 

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